Poesía y Prosa Modernista en España: Autores y Obras Clave

La Repercusión del Modernismo en España: Valle-Inclán, los Hermanos Machado y Juan Ramón Jiménez

Precursores y Figuras Clave

En primer lugar, cabe citar a algunos poetas que, como Salvador Rueda, se pueden considerar precursores del movimiento: sus preocupaciones estéticas marchaban por caminos similares a los del Modernismo cuando Rubén Darío se instaló en nuestro país.

En segundo lugar, las figuras de la poesía modernista española son Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez, dos poetas que después evolucionarán hacia líneas distintas y alejadas del movimiento.

Por último, estarían los poetas menores, desde el punto de vista de la calidad literaria: Manuel Machado, Francisco Villaespesa y Eduardo Marquina.

Todos ellos, éstos y los anteriores, evitan los excesos de Rubén Darío. Sus poesías adquieren un tono más intimista y se expresan con modos más cercanos al Simbolismo francés.

En el plano novelístico y teatral destaca Ramón María del Valle-Inclán, al menos en su primera etapa.

Antonio Machado (1875-1939)

Poeta sevillano que murió en Francia tras terminar la Guerra Civil. Allí se había trasladado para huir del nuevo gobierno franquista, puesto que colaboró con la República.

Su obra poética presenta dos etapas. La primera etapa es la propiamente modernista, en cuanto a la métrica, el léxico, las imágenes y el predominio de elementos musicales; ahora bien, el poeta huye de la frialdad de Rubén Darío.

A este período pertenece la obra Soledades (1903), a la que se agregan en 1907 nuevos textos (a esta edición la denominó Soledades, galerías y otros poemas).

Se percibe en esta obra la influencia del intimismo de Bécquer y la predilección por ciertos ambientes: jardines sombríos, el otoño melancólico y las puestas de sol, en la línea del francés Paul Verlaine.

Características de Soledades

  • Temas: el paso del tiempo, los sueños, la pérdida de la juventud y el problema de la muerte (vinculado al tópico del tempus irreparabile fugit).
  • Símbolos:
    • La tarde: declive, decaimiento.
    • El agua y la fuente: expresan a la vez alegría y dolor.
    • El huerto: simboliza el recuerdo infantil, el paraíso perdido.
    • El jardín: vinculado a la tarde, la fuente, el lugar sombrío, lo triste.
    • Los caminos: sendas reales por las que transita el poeta, caminos que llevan al ocaso.
    • La noria: en su girar representa la monotonía.
  • Destaca el uso del diálogo: con las estaciones, el amanecer, la noche, elementos que aparecen personificados y a los que el “yo” poético formula preguntas para las cuales a menudo no existen respuestas (interrogaciones retóricas).

Juan Ramón Jiménez (1881-1958)

Juan Ramón Jiménez (Moguer, Huelva, 1881 – San Juan, Puerto Rico, 1958), en el exilio, varía desde su inicial vinculación al Modernismo hasta la creación final de una obra personalísima y diferente. Su influencia fue decisiva en los poetas de los años 20 y posteriormente.

Su obra se clasifica en tres períodos: etapa modernista, intelectual y suficiente. En este epígrafe, nos ocuparemos del primer período.

Etapa Sensitiva o Modernista

En esta etapa, el poeta recibe la influencia de los simbolistas franceses (especialmente Paul Verlaine), de Bécquer, el Romancero y el Cancionero español.

La métrica de esta etapa es el romance junto al alejandrino (tan característico del Modernismo) y el endecasílabo. El léxico es sencillo y musical.

Desde el punto de vista temático, recoge evocaciones de paisajes, que actúan como símbolos del alma del poeta. Abundan los mustios jardines, los parques otoñales, las fuentes y las noches de luna que sugieren nostalgia, melancolía, tristeza y presagios de muerte.

A este período pertenecen Arias tristes, Jardines lejanos, Elejías, Poemas mágicos y dolientes, La soledad sonora y Baladas de primavera. Además, se incluye la obra en prosa poética Platero y yo.

Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936)

Ramón María del Valle-Inclán se inclina en narrativa y teatro básicamente por la estética modernista y, a medida que su producción avanza, incorpora la técnica del esperpento.

Novelas Modernistas

Entre las novelas modernistas, destacan Las sonatas, cuyo protagonista, el marqués de Bradomín, es un donjuán “feo, católico y sentimental” que funciona como hilo conductor para abordar los temas del amor (humano y carnal, pecaminoso, homosexual, incestuoso), la muerte y la religión; y la trilogía de la guerra carlista (Los cruzados de la causa, El resplandor de la hoguera y Gerifaltes de antaño), que se apoya en la idea de que el liberalismo es la fuente de todos los males de España y propone como alternativa el modelo de sociedad carlista, patriarcal y arcaica.

Inicios Dramáticos

Sus inicios dramáticos están vinculados al movimiento modernista con obras como El marqués de Bradomín, donde también se recogen personajes y actitudes realistas.

El ciclo mítico, situado en la Galicia rural, intemporal, arcaica y supersticiosa, también tiene elementos propios del Modernismo. Así en la trilogía Comedias bárbaras, centrada en la saga de los Montenegro, y Divinas palabras (que abordaremos más extensamente en el tema 9 dedicado al teatro anterior al 36).