Poesía y Compromiso Social en la Obra de Miguel Hernández: Evolución y Legado

La Trayectoria Poética de Miguel Hernández: Humanidad, Compromiso y Guerra

La poesía de Miguel Hernández (MH) está profundamente imbuida de humanidad. Su sensibilidad poética se manifiesta en la cercanía a lo cotidiano, a los sucesos y a las personas del pueblo. En sus primeros poemas, no se observa un compromiso político explícito ni una postura de solidaridad social definida. Sin embargo, a principios de 1935, durante su segundo viaje a Madrid, establece una amistad sincera con Pablo Neruda y Vicente Aleixandre.

Influencia de Neruda y Aleixandre: Vanguardia y Revolución

Estos dos poetas ejercen una doble influencia, tanto literaria como vital, sobre Hernández. En primer lugar, MH se siente fascinado por la nueva poesía vanguardista. Neruda y Aleixandre le aconsejan romper con los versos tradicionales y buscar formas de expresión más acordes con los sentimientos que desea transmitir. En segundo lugar, MH se va impregnando de los ideales revolucionarios y de la ideología comunista. Es en este momento cuando se despierta en él la conciencia del poder transformador de la palabra y la posible función social y política de la poesía. El poeta adopta un tono combativo y rebelde, en consonancia con los trágicos momentos que atraviesa la sociedad española.

El Poeta en la Guerra Civil: “Viento del Pueblo” y “El Hombre Acecha”

Con el estallido de la Guerra Civil, la poesía de MH da un giro radical. Se convierte en el poeta comunista, luchador y mártir por la causa de la libertad, dejando atrás la poesía clásica y de fervor católico. Su producción bélica se resume en dos libros fundamentales: Viento del pueblo y El hombre acecha.

En 1936, MH se alista como voluntario en el bando republicano, iniciando así su faceta de poeta-soldado. El nacimiento de su segundo hijo le devuelve la ilusión mientras observa cómo el conflicto bélico se torna cada vez más amargo. La guerra concluye con la derrota republicana. El poeta es detenido cuando se dirigía a la frontera portuguesa y encarcelado. Tras ser liberado, regresa a Orihuela, donde es nuevamente detenido. Comienza entonces un periplo carcelario que culminará con su fallecimiento en Alicante, el 28 de marzo de 1942.

“Viento del Pueblo”: La Voz del Pueblo y la Lucha por la Libertad

En Viento del pueblo, vemos a un escritor arraigado en el pueblo, que se hace eco de las inquietudes populares con una marcada tonalidad épico-lírica. Para MH, la poesía es esencia del pueblo y tiene su raíz y su destino en la tierra misma. Es el momento del poeta y esposo soldado, arrastrado por los acontecimientos bélicos. Su poesía (“Elegía primera”) se carga de imágenes llenas de dureza (la muerte como guerrero medieval), de elementos metálicos (toros fundidos en bronce y hierro) y de armas (la guerra hace que los claveles se transmuten en disparos).

En numerosas ocasiones, el poeta recuerda su origen humilde para convertirse en “ruiseñor de las desdichas” (“Sentado sobre los muertos”, “El niño yuntero”). En “Vientos del pueblo me llevan”, la libertad está representada por los campesinos, los obreros, los luchadores y, simbólicamente, por leones, toros o águilas; una raza que se rebela contra los yugos impuestos por “gentes de mala hierba”. Los bueyes, carentes de atributos viriles, son los únicos que se dejan someter. Estos “vientos del pueblo” modulan su voz poética, y solo cumpliendo su misión podrá morir con la cabeza alta. Su papel es como el de los jornaleros, los aceituneros, los campesinos, quienes con sus manos –herramientas del alma– y su sudor se ganan el pan diario de forma honrada y sacrificada. En medio de la destrucción, el caos y la muerte, MH anhela sembrar una nueva vida en el vientre de su esposa (“Canción del esposo soldado”).

“El Hombre Acecha”: Pesimismo, Tragedia y Desencanto

El segundo libro, El hombre acecha, se abre con una afirmación contundente: «Hoy el amor es muerte, / y el hombre acecha al hombre». Es el resultado de una visión trágica y desalentada de la vida y la muerte. Muertes sin sentido, violencia, crueldad y odio son los temas dominantes. El tono es mucho más pesimista y negativo. El hombre combate contra el tiempo, que lo va consumiendo; el hambre se extiende y ataca a los más pobres; las cárceles permanecen abiertas en busca de hombres y pueblos enteros para saciar su voraz apetito (“Las cárceles”); los trenes circulan llenos de sangre, derramando piernas, brazos y ojos (“El tren de los heridos”).

En medio de este clima de muerte, MH invoca a los poetas (Aleixandre, Neruda, Alberti…) para intentar hablar de aquello que siempre ha constituido el quehacer poético: llevar a la gente un mensaje de amor, fe en el ser humano, unidad, comprensión, solidaridad y justicia (“Llamo a los poetas”).

Existe una diferencia esencial entre ambos libros. En Viento del pueblo, se refiere al enemigo como el combatiente del bando contrario; en El hombre acecha, se refiere al hombre en general, a sus instintos feroces y a su sed de sangre. El poeta combatiente y social se transforma en el poeta amargamente desilusionado con el hombre. Su poesía transmite tristeza, amargura y desencanto a causa del odio que alberga el corazón humano.

El Legado Íntimo: “Cancionero y Romancero de Ausencias”

Su último libro, Cancionero y romancero de ausencias, publicado póstumamente, recoge, de forma intimista y con resignación, episodios de su vida: la muerte de su primer hijo, la alegría por el nacimiento del segundo, la separación de su esposa, los momentos finales de la guerra y las consecuencias de la derrota, incluida su condena a muerte.