Poesía española del siglo XX: Tendencias, autores y obras destacadas

Resumen tema 7. POESÍA DE 1939 A FINALES DEL XX. TENDENCIAS, AUTORES Y OBRAS

Nos encontramos ante un periodo claramente marcado por los acontecimientos económicos, políticos y sociales derivados de la Guerra Civil Española, de la dictadura de Franco y del inicio del periodo democrático. En poesía supone un “año cero” por la muerte, exilio y silencio de los poetas de la brillante etapa anterior.

Década de los cuarenta

Se caracteriza principalmente por una negativa situación tanto a nivel nacional de una dura posguerra como de la internacional (II Guerra Mundial). En esta década se produce un aislamiento internacional y una división nacional que se traduce a su vez en una división de la cultura en dos; una poesía arraigada de aquellos poetas afines al franquismo que evitan en sus poemas cualquier crítica o visión negativa en la que destacan Leopoldo Panero y Luis Rosales, y una poesía desarraigada de aquellos que marcharon al exilio y claramente influida por el existencialismo filosófico, abogando por una poesía más directa, menos retórica y más comprometida con el ser humano. Destacamos así a autores como Miguel Hernández, con obras como El rayo que no cesa, Viento del pueblo (de estilo popular) y su libro póstumo Cancionero y romancero de ausencias (sobre la cárcel y la angustia por el destino de su familia). Otros autores de gran importancia, los cuales sobresalen por su ruptura temática y formal y una gran presencia del existencialismo, son Vicente Aleixandre con Sombra del paraíso, en la que el autor manifiesta su dolor ante el alejamiento del humano de la naturaleza y Dámaso Alonso con Hijos de la ira, donde el autor vuelca todo el dolor de aquella época.

La década de los cincuenta

Durante los años cincuenta se inició una cierta apertura al exterior y un desarrollo económico que mejoró las condiciones de vida que se vio reflejado en el auge de la poesía social, la cual pretende mostrar la verdadera realidad del ser humano y del país denunciando las injusticias y usándola como un instrumento para transformar el mundo. Se pasa así del yo al nosotros. Como tema principal destaca la preocupación por España y el recuerdo y la superación de la Guerra Civil, dirigiéndose así a la “inmensa mayoría” con un lenguaje directo y coloquial. Destacamos a poetas como Blas de Otero, con Pido la paz y la palabra, José Hierro que escribe Cuanto sé de mí y Gabriel Celaya con su obra Cantos iberos. Los poetas sociales no conseguían que la poesía llegara a un gran número de lectores; sin embargo, este objetivo lo consiguió la música de los cantautores españoles de las décadas de los 60 y 70 por la enorme difusión de la cultura audiovisual.

Década de los 60

La llamada generación de los 50 – poesía del conocimiento – era un grupo de jóvenes poetas que comienzan una nueva andadura y arrancan de la poesía social para poco a poco ir distanciándose de ella. Han perdido la esperanza en la eficacia de la poesía como arma para cambiar el mundo, así que los temas sociales ceden terreno a los temas más personales y regresan a la intimidad, la infancia, el amor, la vida cotidiana. Sin embargo, son poetas de una enorme conciencia cívica, y denuncian, ahora con ironía y distanciamiento la situación de la España de la época. En cuanto al lenguaje literario, estos poetas se distancian tanto del patetismo de la poesía existencial como del prosaísmo de la poesía social. En los versos de casi todos ellos el lenguaje es sencillo, aparentemente corriente, pero muy trabajado. Destacan especialmente el cuidado del ritmo o la belleza de las imágenes. Entre ellos están Jaime Gil de Biedma, Ángel González, Claudio Rodríguez.

Democracia (70-2000)

Por último, la década de los 70 en España se vive desde la perspectiva del agotamiento de la dictadura y la preparación de la transición (1975), por lo que hace que sea de gran influencia la literatura extranjera al producirse un mayor aperturismo político y social. En el ámbito literario, destaca la generación de los Novísimos, que supone un gran cambio con respecto a la poesía anterior, cuyos poetas, que se conciben a sí mismos como aristócratas e intelectuales cuyas manifestaciones principales se transmiten por medio de la poesía, entendida como una exhibición cultural y recogida en antologías, influidas temáticamente por los medios de comunicación y la poesía extranjera, así como por los experimentos vanguardistas (escritura automática, collage) y por el Modernismo. Sobresaldrían poetas como Gimferrer, Panero, Ana María Moix, José María Álvarez. Se produce una gran diversificación de tendencias y corrientes: culturista, con Antonio Colinas; clasicista, destacando a Antonio Carvajal; experimental, con Fernando Millán o la llamada poesía del silencio con versos breves en los que predomina la condensación significativa, lo abstracto y lo conceptista: José Ángel Valente o Antonio Gamoneda.