Poesía Española de la Guerra Civil a los Años 70
La Guerra Civil (1936-1939)
La Guerra Civil, a pesar de interrumpir la evolución cultural y literaria española, paradójicamente impulsó una efervescencia poética gracias a la prensa.
Miguel Hernández (1910-1942)
Considerado parte de la Generación del 27 por sus textos, pero perteneciente a la del 36 por edad, Miguel Hernández, nacido en Orihuela, participó en la Guerra Civil y murió en prisión. Su poesía, dominando diversas técnicas y con tonos angustiados, alterna versos y evoluciona desde el vanguardismo inicial hacia una poesía humanizada con influencias surrealistas. En “El rayo que no cesa” se observan sus obsesiones: amor, vida y muerte. Durante la guerra, su poesía se compromete con la denuncia social, destacando “Viento del pueblo”. Tras la guerra, su obra evoluciona hacia la intimidad y la sencillez, con temas como el amor, el dolor y la ausencia de su mujer e hijo.
La Posguerra (Años 40)
En el exilio, se superponen generaciones poéticas, marcadas por la patria perdida. En España, los poetas o bien aprueban la nueva situación o reflejan la desesperanza en el presente y el futuro, en lo que Dámaso Alonso definió como:
Poesía Arraigada
De tono heroico y forma clasicista, recurre al pasado imperial para ensalzar el orden presente e intimista, la belleza de la tierra y el sentimiento religioso. Este tono contrasta con la pobreza y desilusión de la época. Su principal representante es Luis Rosales con “La casa encendida”, donde la casa simboliza la vida y representa un camino vital que parte de la desesperanza y encuentra sentido en la amistad, la familia y el amor.
Poesía Desarraigada
Refleja la peripecia individual en tiempos de angustia, dolor y falta de fe (poesía existencialista). Destaca “Hijos de la ira” de Dámaso Alonso, un desgarrado grito contra la miseria moral. Esta poesía se centra en la realidad cotidiana, con temas como la muerte, la tristeza, la soledad, la desesperación y la búsqueda de la fe o el amor. Su lenguaje es desgarrado. (Otras tendencias paralelas son el Postismo y el Grupo Cántico).
La Poesía Social (Años 50)
Con un tono enérgico de protesta y denuncia social, los poetas salen de su angustia interior para contemplar la realidad de la calle, presentando objetivamente la vida española. Conscientes de su papel en la sociedad y de la importancia de ésta en su poesía, denuncian la marginación, el paro y la falta de libertad, exigiendo justicia y paz para España. Palabras como compromiso y solidaridad expresan su sentir, buscando una obra para todos.
Gabriel Celaya (1911-1990)
Autor de una extensa y desigual producción, su obra se divide en etapas existencialista, social y experimental. Destaca “Tranquilamente hablando”.
Blas de Otero
Considerado el gran poeta de la posguerra, su obra resume la evolución de la poesía española, con etapas existencialista, social (pesimismo social) y experimental.
La Poesía de los 60 y 70: La Generación del 50 y los Novísimos
Con un compromiso ético con el ser humano, la Generación del 50 parte del realismo social para evolucionar, en su madurez, hacia un humanismo existencial, recuperando lo individual con serenidad, reflexión y tono filosófico. Destacan José Ángel Valente y Jaime Gil de Biedma.
Su actitud humanista se preocupa por los problemas del ser humano (morales, sociales, existenciales e históricos). Abordan temas como el paso del tiempo, el amor, la infancia, el dolor y la muerte. Su inconformismo se tiñe de escepticismo e ironía. Demuestran una voluntad de estilo y un esmero en el lenguaje y las formas poéticas.
José Ángel Valente (1929-2000)
Evoluciona desde tonos existenciales y sociales hacia un tono intelectual y simbolista, partiendo de lo cotidiano (“A modo de esperanza”) para llegar a la depuración y concentración extrema del lenguaje en obras como “Fragmentos de un libro futuro” y “Poesía del silencio”.
Jaime Gil de Biedma (1929-1990)
Con dos etapas como Valente, influyó en la generación posterior y en la poesía de la experiencia. Su poesía irónica y cercana a lo cotidiano, se orienta hacia la crítica social y el intimismo, conduciéndole al escepticismo y a una visión negativa de la realidad. Destaca “Compañeros de viaje”.
Los Novísimos (Generación del 68)
Movimiento de ruptura vanguardista con un nuevo lenguaje experimental, rechazan el realismo social y conciben el poema como creación autónoma. Integran elementos culturales dispares, incluyendo la metapoesía (reflexión dentro del poema). Despreocupados por las fórmulas tradicionales, incorporan el barroquismo y la experimentación continua, con influencias surrealistas y tonos coloquiales. Algunos se dieron a conocer con “Nueve novísimos poetas españoles”.
Pere Gimferrer
Su poesía culturista incorpora numerosos motivos culturales, caracterizándose por la musicalidad y plasticidad de sus imágenes. Destaca “Arde el mar”.
Antonio Martínez Sarrión
Poesía vanguardista o experimental con temática variada, de aire antirrealista, surrealista y rebelde. Destaca “Teatro de operaciones”.
También destaca Diego Jesús Jiménez.