Platón, Descartes, Nietzsche y Foucault: Conceptos Clave de la Filosofía

Primer Trimestre

Platón y su Filosofía

Platón es uno de los pensadores más importantes de todos los tiempos. Plasmó su pensamiento a través de diálogos en los cuales Sócrates, su maestro, expresaba el punto de vista platónico sobre las principales cuestiones que han preocupado a los pensadores de todos los tiempos.

Para comprender las ideas expresadas en el texto, es necesario contextualizarlas dentro de su pensamiento.

  • Dualismo Ontológico: Platón afirma que las Ideas son la verdadera realidad, mientras que los seres sensibles son realidades «aparentes» que dependen de las Ideas. Las Ideas son esencias trascendentes e inmutables y tienen las características del ser de Parménides: son únicas, eternas e inmóviles. El mundo sensible es menos real que el mundo inteligible. Además, su realidad depende de las Ideas, pues los objetos sensibles son una copia imperfecta de las Ideas.
  • Jerarquía de los Mundos: Platón establece una jerarquía en ambos mundos que culmina en la Idea de Bien, en el caso del mundo de las Ideas, y en el Sol en el caso del mundo sensible. A este tipo de conocimiento lo llama «opinión».
  • Grados de Conocimiento: La opinión y la ciencia se subdividen en correspondencia con los diferentes tipos de la realidad: la opinión se divide en imaginación y creencia, y la ciencia se divide en pensamiento discursivo e inteligencia de las ideas.
  • Dialéctica: La dialéctica es el método que propone Platón para ascender desde la opinión a la ciencia, transitando a través de estos grados de conocimiento, como se representa en la alegoría de la caverna. De acuerdo con Sócrates, Platón piensa que la dialéctica consiste en recordar la sabiduría que habita en nuestra alma y que hemos olvidado una vez que nuestra alma fue encarcelada en su cuerpo material.

Comparación entre Platón y los Sofistas

Ontología

Para los sofistas no hay una realidad objetiva e independiente del sujeto. Frente a ellos, el dualismo ontológico platónico establece que existe una única realidad verdadera, el ámbito inteligible, porque es universal e inmutable. El mundo sensible es un ámbito de segundo orden.

Gnoseología

La posición sofista defiende que no hay conocimiento verdadero en términos absolutos, sino que depende del sujeto, cuyo conocimiento arranca de la experiencia sensible, que es siempre particular y privada: subjetivismo. También depende de sus características socioculturales e históricas: relativismo.

En cambio, para Platón, sólo el conocimiento de los seres inteligibles es verdadero: idealismo. Del mundo sensible únicamente es posible una opinión o saber aparente. A la verdad del conocimiento se llega a través del alma racional: racionalismo.

Antropología

Según los sofistas, cada ser humano es fruto de la sociedad en la que vive. En ella configura su personalidad y se le somete a un conjunto de normas que son distintas y, a veces opuestas, a su naturaleza (physis).

El dualismo antropológico platónico defiende que la verdadera identidad del ser humano es su alma, de estructura tripartita. El alma racional es la fuente del verdadero conocimiento. Para alcanzarlo, el alma tiene que luchar contra el cuerpo. La vida se convierte así en un camino de separación de lo corpóreo.

Ética

La posición sofista defiende un convencionalismo moral. En cada cultura las normas y valores son distintos. Son fruto del acuerdo de los hombres. Por tanto, tampoco existe la definición de justicia.

Alegoría de la Caverna: Niveles de Conocimiento

Durante este camino, el prisionero intentaría dar razón de lo sensible a partir de observaciones de copias imperfectas de las Ideas utilizando el método hipotético-deductivo, lo cual se corresponde con la pistis o creencia, el segundo nivel de opinión.

Una vez que el prisionero ha salido de la caverna, dejaría atrás el mundo sensible, alcanzando el mundo inteligible. Al principio, el prisionero quedaría deslumbrado por la luz del Sol, por lo que buscaría las sombras y cosas reflejadas en el agua, las cuales se corresponderían con las entidades matemáticas. Esto es representado por la dianoia o razón demostrativa, primer nivel de conocimiento, la cual usa el método axiomático-deductivo llegando a un conocimiento alcanzado a través del razonamiento en el que la mente capta la Idea a través del recuerdo que despiertan las imperfectas copias del mundo sensible. Esto se correspondería con la noesis o razón dialéctica, la cual es el grado más elevado de conocimiento.

En el mito, Platón explica que el prisionero siente el deber moral y ético de volver nuevamente al interior de la caverna, lo cual hace referencia a la dialéctica descendente y mostrar a los demás prisioneros el camino al verdadero conocimiento, lo cual les permitiría alcanzar el conocimiento, la felicidad y la perfección, dejando a un lado las cadenas (prejuicios e ignorancia).

Tercer Trimestre

Descartes y el Discurso del Método

Este fragmento pertenece a la obra Discurso del Método del filósofo René Descartes, publicada en Holanda en 1637. Este fragmento pertenece a la cuarta parte de la obra. La finalidad de esta parte es la necesidad de seguir en nuestra vida una moral provisional, donde la duda sólo se aplica a lo teórico. Las propiedades de la duda se dividen en niveles que son: los sentidos que a veces nos engañan, el paralogismo de la razón y la indistinción entre el sueño y la vigilia; rechazar como falso todo lo dudable. Los sentidos son dudables por dos motivos: porque nos engañan (alusión a Platón) y porque no se distingue entre la vigilia y el sueño. Lo racional nos puede también engañar porque comete errores.

Primera Certeza: La Existencia del Yo

La existencia del yo es el primer principio cierto. El yo es una sustancia pensante. El criterio de verdad: todo lo que perciba con la claridad y distinción del “pienso luego soy” será verdadero.

Segunda Certeza: La Existencia de Dios

A partir del yo, Descartes busca otro principio, que será Dios. Dios causa mi idea de ser perfecto. Se explica: el yo es imperfecto pues duda, pero tiene la idea de ser perfecto, pero la idea no proviene de él. Sólo el ser perfecto como Dios causa mi idea. Dios causa el yo, el yo piensa que es perfecto, pero es imperfecto. Existe un ser perfecto, por lo que Dios existe, y no engaña, es el criterio que orienta hacia la certeza.

Dios es el que reúne todas las perfecciones. El argumento ontológico: la idea de ser perfecto exige la existencia de un ser perfecto que es Dios. Dios y el alma se conocen mejor y con mayor certeza que lo sensible.

René Descartes: Padre de la Filosofía Moderna

René Descartes (1596) fue un filósofo, matemático y físico francés considerado como el padre de la geometría analítica y de la filosofía moderna. En su obra El Discurso del Método, que usa para dirigir bien la razón y buscar la verdad en las ciencias, defiende la autonomía del conocimiento humano con respecto a la fe y afirma que la verdad depende solo de la razón. En su búsqueda del saber, el hombre tiene como luz a la razón. En ella hallamos las verdades a partir de las cuales construir el edificio del saber. Hay que encontrar una verdad absolutamente cierta, dado que su ideal de ciencia es la matemática que parte de principios ciertos y evidentes. Con el fin de encontrar esa verdad, propone su duda metódica, rechaza todos los conocimientos de los que es posible dudar. No significa que todo sea falso, sino que, al no ser un conocimiento seguro, no puede servir como principio de un saber definitivo. Hay tres niveles de duda: la información de los sentidos, las demostraciones científicas y el mundo real, pero la propia duda nos dirige a la primera verdad: “pienso, luego existo”. Esta verdad está en la razón, fuente del conocimiento para el racionalismo, y es la base de un saber firme porque es indudable. De ella surge el criterio de certeza: lo verdadero es evidente (claro y distinto). Desde la existencia del yo pensante y de la idea innata de infinito, Descartes llegará a la existencia de Dios, y de esta, a la del mundo real, las tres sustancias que forman la realidad cartesiana: infinita (Dios), pensante (yo) y extensa (materia).

Nietzsche y la Crítica a la Metafísica Occidental

El autor francés del siglo XX, Paul Ricoeur, consideraba a Nietzsche (junto con Karl Marx y Sigmund Freud) uno de “los pensadores de la sospecha” porque intentaba desvelar los motivos ocultos que dieron origen a nuestra forma de pensar. Por ello, Friedrich Nietzsche (1844-1900) desarrolló el método genealógico, que trata de rastrear las escondidas razones sobre las que se sustenta nuestra actual escala mediante un perspicaz análisis psicológico.

Para el filósofo alemán, representante del movimiento llamado vitalismo, el gran error de la metafísica occidental (debida al ateniense Platón, del siglo V a.C.) ha consistido en dividir la realidad en un mundo sensible, que se considera sólo aparente, y un mundo trascendente, al que se ha identificado con la auténtica realidad.

Por esto, es preciso revisar críticamente toda la cultura occidental, ya que en ella la vida ha sido menospreciada durante siglos. Así lanza un ataque demoledor contra toda la tradición cultural de Occidente.

En Sobre verdad y mentira en sentido extramoral (de 1873, una obra escrita muy poco después del primer libro que sacó a la luz, y publicada en 1896), al reflexionar de dónde proceden nuestros valores y creencias, escribe: “las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son; metáforas que se han vuelto gastadas y sin fuerza sensible, monedas que han perdido su relieve troquelado y no son ahora ya consideradas como monedas, sino como metal”.

Y en El crepúsculo de los dioses, subtitulado Cómo se filosofa a martillazos, de 1889, expone en el apartado titulado Cómo el mundo verdadero acabó convirtiéndose en una fábula: “El mundo verdadero: una Idea que ya no sirve para nada, que ya ni siquiera obliga, una Idea que se ha vuelto inútil, superflua, por consiguiente, una Idea refutada. Retorno del bon sens y de la jovialidad; rubor avergonzado de Platón”, filósofo a quien alude con sarcasmo. Con la expresión bon sens, buen sentido, hace alusión a la primera parte de El discurso del método, en franca oposición a la obra y planteamiento cartesiano.

Segundo Trimestre

Foucault y la Ilustración

Hubo un filósofo francés del siglo XX, perteneciente al estructuralismo, que estudió a Kant y entiende que la filosofía de Kant es también la revolución como esencia de la Ilustración. Foucault, en su pregunta sobre Kant, considera que el autor ilustrado parte de buscar un sentido para la reflexión filosófica sobre el presente. Su pregunta es: ¿qué es lo que en el presente otorga sentido a la razón? Esto es lo que escribe en la crisis de la razón. Así, la primera tarea de la filosofía consiste en ver su propia condición de posibilidad. El filósofo que pertenece al presente aspira a dar voz a nosotros. Para Foucault, esa decisión para nosotros libre es lo que lleva a una revolución. Esto llevó, cinco años después de la Revolución Francesa, en 1789, a la toma de la Bastilla por el pueblo.