Platón: Contexto Histórico, Filosofía y la Alegoría de la Caverna en la República

Contexto Histórico de Platón

Platón nació en Atenas en el seno de una familia aristocrática de gran influencia política. Este hecho marcará su obra filosófica, íntimamente relacionada con la política y la reforma de su época. Conoció el pensamiento de los últimos pluralistas y presocráticos, así como al propio Sócrates, quien con su mayéutica se enfrentó a los sofistas y demagogos.

La época de Platón estuvo marcada por la Guerra del Peloponesio, un conflicto entre Atenas y sus aliados contra Esparta. La derrota ateniense supuso una profunda crisis. Esparta impuso a Atenas la Tiranía de los Treinta, un gobierno dirigido por parientes de Platón (Cármides y Critias) que eliminó los derechos democráticos y desembocó en una guerra civil.

El pueblo reinstauró la democracia, pero un jurado popular condenó a muerte a Sócrates, maestro de Platón. Decepcionado, Platón renunció a la política activa en Atenas y se dedicó a la reflexión filosófica, buscando las condiciones ideales para un estado justo.

Huyó a Megara para evitar ser perseguido y viajó a Egipto y Cirene. En Italia conoció las comunidades pitagóricas. En Siracusa, intentó inculcar al tirano Dionisio I el ideal político del rey-filósofo, expuesto en su obra Gorgias, pero fracasó. Sin embargo, entabló una gran amistad con Dión, pariente del tirano, en quien Platón vio un posible discípulo capaz de convertirse en rey-filósofo. Dionisio, irritado, vendió a Platón como esclavo en Egina, pero fue rescatado por Anniceris de Cirene.

A su regreso a Atenas, fundó la Academia, una comunidad dedicada a la libre educación. Realizó dos visitas más a Sicilia. Dionisio I murió y su hijo, Dionisio el Joven, rechazó el segundo intento de Platón de establecer su política ideal. Acusó a Dión de conspiración, lo exilió e hizo prisionero a Platón, aunque luego le permitió regresar a Atenas.

Dionisio el Joven llamó insistentemente a Platón, impulsado por Dión, que se encontraba en Atenas. Platón realizó un tercer y último viaje, que resultó un desastre. Dionisio el Joven no superó la prueba de su enseñanza como político. Dión tomó el poder en Siracusa, pero fue asesinado poco después. Finalmente, Platón se dedicó a dirigir la Academia en Atenas.

Contexto Filosófico de la República

Este texto pertenece a la República o Politeía, título griego de la obra más importante de Platón. En República encontramos la multiplicidad temática que caracteriza el pensamiento de Platón:

  • Teoría metafísica de las ideas y su jerarquización, con la idea del bien en la cúspide.
  • Fundamentación de su ética en la idea del bien.
  • Teoría del conocimiento, desde el conocimiento sensible hasta la Dialéctica, la verdadera ciencia.
  • Formulación, por primera vez, del pensamiento teológico.
  • Desarrollo de su teoría política.
  • Concepción antropológica del hombre y su dimensión psicológica.
  • Teoría de la educación y concepción de la ciudad gobernada por filósofos.

Estructura General de la República

Se pueden distinguir cinco secciones en la composición de la República:

  1. Libro I: Un diálogo socrático sobre la justicia.
  2. Libros II al IV: El proyecto político de Platón.
  3. Libros V a VII: La sección más filosófica de la obra.
  4. Libros VIII y IX: Exposición de los diversos tipos de constituciones políticas y los tipos de hombres correspondientes.
  5. Libro X: Un apéndice sobre la poesía y un mito escatológico sobre las recompensas del justo.

La República es un diálogo que no introduce directamente a los personajes, sino que presenta un narrador. El relator, a diferencia de otros diálogos, es el propio Sócrates, protagonista de la obra. Los interlocutores de Sócrates muestran buena fe al intentar comprender las enseñanzas que los acercan a la verdad.

Contenidos del Libro VI de la República

  1. Necesidad de que los guardianes perfectos de la ciudad sean filósofos.
  2. Deben ser capaces de alcanzar los estudios superiores.
  3. El objeto de este conocimiento supremo: la idea del bien.
  4. Alegoría del sol para comprender lo que es el bien en sí, causa del pensar y del mundo cognoscible.
  5. Alegoría de la línea dividida en segmentos para explicar los dos grados ascendentes del conocimiento: sensible e inteligible (cada segmento representa un nivel de conocimiento).

Contenidos del Libro VII de la República

Esta parte, centrada en la alegoría de la caverna, está en estrecha relación con la parte final del Libro VI sobre la alegoría de la línea. Antes se ha referido a los géneros o especies de conocimiento; ahora aparece el tema de la educación. La función educadora, que implica la selección y formación en sentido ético-político, tiene una importancia fundamental en la ciudad platónica; de ella depende que se alcance el ideal de la comunidad social, que debe estar gobernada por filósofos.

Los pasos que sigue el diálogo en este fragmento son:

  1. Alegoría de la caverna: descripción de cómo viven los prisioneros sometidos a las tinieblas interiores.
  2. Narración de la liberación de los prisioneros hasta llegar a la luz exterior.
  3. Interpretación de la alegoría: el alma atada al cuerpo pasa del mundo sensible al mundo inteligible, de la luz al bien.
  4. Función de la educación: estimular al alma para suscitar el conocimiento como reminiscencia que posee mediante la dialéctica.
  5. Los que gobiernen la ciudad, hombres filósofos, deben ser educados para que alcancen la contemplación de la idea del bien.

La Educación y la Crítica a los Sofistas

Platón considera que la educación es esencial para que un gobierno sea justo, ético y entregado al pueblo. Su filosofía desemboca en una crítica a la corrupción que, a su juicio, suponían tanto la concepción sofista de la educación como la democracia ateniense. Platón combatirá el escepticismo, el subjetivismo y el relativismo.

El filósofo Gorgias defiende el escepticismo, que implica la suspensión de todo juicio, afirmando que solo podemos acceder a lo que nos rodea y que, aunque alcanzáramos una verdad, no podríamos comprenderla. Platón, en cambio, sostiene que el hombre puede conocer más allá de los límites del mundo sensible y alcanzar una comprensión a través del conocimiento.

El relativismo, defendido por Protágoras, afirma que todo es relativo, lo que choca con la teoría platónica de que las ideas son absolutas. Protágoras dice que “el hombre es la medida de todas las cosas”, estableciendo el “yo” como principio. Platón, por otro lado, sitúa la verdad en el mundo de las ideas, no como algo que el hombre pueda establecer a su conveniencia.

El subjetivismo es la postura filosófica que toma como factor primario para toda verdad y moralidad la individualidad psíquica y material del sujeto particular, siempre variable e imposible de trascender hacia una verdad absoluta y universal. Esto se opone a la teoría de Platón, que busca la definición perfecta y universal.

Influencias en el Pensamiento de Platón

Los argumentos platónicos contra los sofistas se nutren de ideas de Sócrates y de algunos presocráticos. Heráclito influye en Platón con su idea de que el mundo está en constante movimiento, comparándolo con el fuego. Platón establece que el mundo sensible está en constante cambio, pero el mundo de las ideas permanece inmóvil. Parménides, por otro lado, ve al mundo como una esfera sin cambios, llena, compacta y limitada, una visión que Platón asocia con el mundo de las ideas.

Platón establece el mundo de las ideas gracias a la contrastación de las teorías de Parménides y Heráclito. Critica el mecanicismo atomista y defiende una explicación teológica cercana a la de Anaxágoras.

Anaxágoras propone la teoría de las homeomerías (semillas) para el mundo sensible. Explica que al principio había una masa compacta de semillas, y recurre al Nous (una especie de Dios), un entendimiento superior que da fuerza a esa masa para ponerla en movimiento. Platón toma esta idea como inspiración para su Demiurgo, una especie de Nous, pero a diferencia del Nous de Anaxágoras, que solo actúa al principio, el Demiurgo platónico es la razón siempre presente, un dios hacedor que da forma a una masa caótica a semejanza de las ideas, movido por el amor al bien.

Platón también asume el intelectualismo moral socrático (conocer es igual a virtud). La escuela pitagórica influye en Platón con la importancia de las matemáticas, su dualismo antropológico, la identificación del ser humano con su alma racional y la reencarnación.

Finalmente, Platón afirma la existencia de ideas, realidades objetivas a las que corresponden nuestros conceptos de las cosas sensibles.