Personalidad y Madurez Emocional: Claves para Relaciones Sanas

Componentes de la Personalidad

La personalidad es un constructo complejo que se va forjando a lo largo de la vida. En ella intervienen una serie de características y cualidades donde confluyen aspectos sociales, culturales, psicológicos y morfológicos. Para entenderla mejor, es útil diferenciar entre sus distintos componentes:

  • Carácter: Es la parte adquirida de la personalidad. Se va fraguando a lo largo de la vida en relación con la cultura y la sociedad.
  • Temperamento: Es la parte heredada de la personalidad. Tiene que ver con los patrones hereditarios y, en consecuencia, posee una raíz neurológica.
  • Rasgo: Se refiere a una situación psicológica duradera, un atributo estable de la personalidad. Es una tendencia a comportarse de la misma manera en situaciones diferentes, lo que origina una conducta consistente. Es una forma de ser que mostramos.
  • Estado: Es una característica pasajera de la persona que se da en varios momentos de la vida. Son efímeros, temporales y pasajeros.

Elementos Clave de la Personalidad

La personalidad no es una mera colección de procesos que se van interrelacionando. Es una totalidad de elementos y estados psicológicos de un individuo. Algunos de los elementos clave son:

  • Originalidad: Un ingrediente importante de la personalidad es la originalidad. Implica no ser ecléctico, es decir, no tomar un poco de todos lados sin mostrar lo que realmente se lleva dentro.
  • Integración: Se refiere a la integración entre los distintos elementos que articulan y estructuran la personalidad. Cuando hay algo en nosotros que no nos gusta, puede llegar a trastornar toda nuestra vida.
  • Zonas transparentes y opacas: Todos tenemos una parcela exterior, que es lo que mostramos, y una interior, que no siempre estamos dispuestos a enseñar.

El conocimiento de la personalidad de un individuo nos permite predecir su conducta en situaciones determinadas.

Madurez e Inmadurez Afectiva

Características de la Inmadurez Afectiva

La inmadurez afectiva se manifiesta de diversas formas en las relaciones interpersonales, especialmente en las relaciones de pareja. Algunas de sus características son:

  • Desconocimiento del mundo sentimental: La persona no sabe distinguir lo superficial de lo que no lo es. No sabe qué pasa ni cuáles son los resortes para adelantarse a algunas situaciones desagradables.
  • Cimientos inestables: Hay personas que construyen su vida sentimental sobre cimientos poco sólidos e incoherentes. Por ejemplo, después de una ruptura, siempre hay que tener un proceso de soledad y no iniciar otra relación inmediatamente.
  • Idealización del amor: Hay personas que no son felices si no tienen una persona al lado. No se puede depender emocionalmente de otra persona para alcanzar el equilibrio emocional. La idea es: “Desde mi independencia emocional, quiero estar contigo y compartir mi vida contigo”.
  • Convertir a la pareja en un absoluto: Se deben cuidar los detalles, ya que una relación es un continuo esfuerzo y sacrificio para complacer a la otra persona y ganar profundidad.
  • Falta de independencia: Hay personas que creen que estar todo el día con la pareja es lo mejor, y eso no puede ser. Cuando esto ocurre, se terminan cansando, no hay tema de conversación, la relación se hace monótona y se necesita una independencia.
  • Alexitimia: Algunas personas sufren de alexitimia, que es la incapacidad de expresar sentimientos de ningún tipo. No cuidan la relación, no porque no quieran, sino porque son incapaces. Terminan quedándose solas por no saber dar ni recibir cariño, lo que puede llevar a trastornos psicológicos.
  • No saber dar ni recibir amor: Los sentimientos en una pareja necesitan ser recíprocos. Si damos y no recibimos, la relación se enfría y termina perdiéndose. Las personas sanas sentimentalmente se expresan, sacan sus sentimientos al exterior. Las personas enfermas siempre guardan lo que sienten, cierran la puerta, y cuando pierden a la persona, se dan cuenta de que les hace falta.
  • Incapacidad de elaborar un proyecto en común: La pareja está “junta”, pero cada uno va por su lado. No hay integración entre ambas partes.

Metodología del Amor Maduro

El amor maduro se basa en:

  • Inteligencia: Implica saber convivir diariamente, comunicarse con la persona y sacar el humor en momentos difíciles de la relación.
  • Voluntad: Es necesaria para cumplir con nuestras metas de pareja.
  • Compromiso: Se refiere a cumplir con los objetivos, negociar, hablar desde la igualdad, la fidelidad y la lealtad.
  • Diferenciar enamoramiento de amor: El enamoramiento es la base de una relación, es el inicio. Es un deseo, pero no un sentimiento. El amor, en cambio, implica sentimientos más profundos y duraderos.
  • Controlar las emociones: Los sentimientos no se pueden gobernar, pero sí las emociones. Una emoción nos puede cegar y hacernos decir cosas que no debemos. Con los sentimientos, somos capaces de contar hasta 100 y responder adecuadamente a lo que nos están pidiendo.

En una buena relación sentimental, los sentimientos van creciendo con el tiempo y se producen cambios. La clave está en saber adaptarse a esos cambios y seguir construyendo una relación sólida y satisfactoria para ambas partes.