HISTORIOGRAFÍA DE ÉPOCA REPUBLICANA
La historiografía es un género escrito en prosa en el que se narran los acontecimientos pasados y dignos de memoria, centrándose en las causas y efectos de los hechos políticos, sociales, económicos, culturales, etc. De un pueblo o nacíón. Destaca la admiración por la grandeza de los tiempos pasados y el interés por el comportamiento humano y sus motivaciones. Según Cicerón el historiador no solo debe narrar los hechos sino investigar sus causas y analizar sus consecuencias; la obra de historia debe ser ante todo una obra
literaria, embellecida con los recursos que ofrece la retórica; y además debe ser didáctica. Es la historia entendida como magistra vitae. A pesar de ser el género en prosa más importante de la literatura romana, las obras anteriores a la Guerra de las Galias han desaparecido y, por tanto, los historiadores anteriores a César son poco más que nombres.
Las primeras manifestaciones historiográficas romanas están representadas por los “analistas”, que escribían “anales”, obras que recogían los hechos sucesivamente año por año, siguiendo el método de las actas oficiales redactadas por los Pontífices (Annales Pontificum), quienes anotaban año por año los sacrificios que habían de celebrarse, los días fastos o nefastos, los cónsules de cada año, los acontecimientos, etc. A estos analistas, les siguieron los primeros autores con ambiciones literarias, los primeros historiadores: Nevio, Ennio y Catón. Pero es con César con quien la historiografía romana alcanza su madurez.
CÉSAR
Cayo Julio César (101-44 a.C.) era descendiente de una familia romana de gran tradición, y recibíó una sólida formación literaria y retórica. Tras la muerte de Pompeyo durante la Guerra Civil, se convierte en el dueño del Imperio, hasta que es asesinado en el 44.
Se conservan dos obras de César: La Guerra de las Galias (De bello gallico) y La Guerra Civil (De bello civili). Son “comentarios” basados en sus propios informes de campaña. Su propósito al escribirlos fue sobre todo político, ya que trataba, con la primera, de conseguir una prorrogación de sus poderes consulares y justificar unas campañas militares que nadie le había pedido que hiciera; y, con la segunda, de exculparse de toda responsabilidad en la Guerra Civil. En ambas, César alterna las narraciones de batallas y las lecciones de estrategia militar con la exposición de su pensamiento político.
Influencia posterior
Shakespeare conocíó La Guerra de las Galia. Su drama Julio César es el primero cuyo asunto tomó Shakespeare de las Vidas de Plutarco y una de sus obras más perfectas.
SALUSTIO
Cayo Salustio Crispo (87-35 a.E.C.) nacíó en una familia plebeya, pero su juventud trascurríó en Roma, donde recibíó la educación típica de la época: retórica y filosofía. Militó en el partido democrático. Fue cuestor y tribuno de la plebe en el 52 a. C. Entró así en el Senado, pero fue expulsado de él por los censores con el pretexto de llevar una vida inmoral. Tomó parte a favor de César en las campañas de la Guerra Civil de África.
Escribíó varias monografías históricas. Se conservan íntegras dos:
La Conjuración de Catilina: donde analiza los antecedentes, desarrollo y conclusión del intento de Golpe de Estado protagonizado por Catilina el año del consulado de Cicerón (63 a.E.C.)
La Guerra de Yugurta: narra la guerra de Roma contra Yugurta, rey de Numidia, en el Norte de África (111-104 a.E.C.), aprovechando para hacer un análisis de la política romana en esa época.
Salustio, que tuvo como modelo al historiador griego Tucídides, es el primer gran historiador romano en sentido estricto. En sus obras adopta una actitud moralista, que no concuerda con su propia vida y critica duramente a la sociedad de su época, incluyéndose a sí mismo en sus críticas, aunque luego se autodisculpa con excusas poco convincentes.
HISTORIOGRAFÍA DE ÉPOCA AUGÚSTEA
CarácterÍSTICAS
La Historiografía es un género literario en prosa que tiene como objeto los sucesos acaecidos a un determinado pueblo. La historiografía latina intentaba presentarse con un afán de veracidad y de objetividad. Este intento se vio limitado por las propias carácterísticas que este género adquiríó en Roma, y que son las siguientes:
1. Carácter patriótico que impedía a los historiadores ser totalmente
imparciales.
2. El compromiso político de muchos de los historiadores, que, a menudo, era
parcial y partidista.
3. Los fines propagandísticos de las obras
4. Intención didáctica y moralizante, ya que para muchos la Historia era el
medio adecuado para transmitir las costumbres de los antepasados (mores
maiorum).
5. Su retoricismo formal. El análisis del pasado quedaba en cierto modo
supeditado a la belleza de un relato en el que, bajo la apariencia de
verosimilitud, los sucesos reales aparecían muchas veces embellecidos y
maquillados.
6. Los historiadores se interesaban principalmente por personajes concretos y
por acontecimientos singulares, lo que explica la presencia de discursos
dramáticos y la ausencia de análisis social y económico.
ÉPOCA AGÚSTEA
El carácter moralizante y político de la historiografía latina se acentuará a partir del Imperio. Se producirá además una radicalización política: habrá historiadores adictos al nuevo régimen, simples aduladores del emperador de turno y enemigos acérrimos de éste. La censura establecida por los emperadores se encargaría de destruir la obra de los más críticos. Los mejores historiadores de este período, Tito Livio y Tácito, tampoco
son partidarios del régimen imperial. Tito Livio escribíó su obra durante el reinado de Octavio Augusto, en los primeros años del Imperio, y ésta es una apología del sistema republicano y de las antiguas virtudes romanas. Imagen idealizada de este período.
Tácito escribe en la época de los Antoninos, un período de paz y prosperidad pero en la que aún estaba vivo el recuerdo de los abusos de la dinastía Julio-Claudia o de Domiciano. La visión de Tácito será pues mucho más pesimista.
TITO LIVIO
Tito Livio (59a.C.-17 d.C.) escribe Ab urbe condita (“desde la fundación de la ciudad”): una historia general de Roma en 142 libros que abarcaba desde la fundación de Roma hasta la época de Augusto. Se ha conservado sólo en parte. Es una obra monumental, en todo el sentido de la palabra. En esta obra encontramos la defensa de los mismos valores que Augusto trataba de recuperar: patriotismo, virtud y moralidad. Su estilo es periódico, con períodos densos y simétricos, expresiones antiguas, metáforas abundantes y atrevidas, comparaciones, discursos frecuentes y bien construidos, descripciones dramáticas y rica imaginación.
Se le reprocha el que consigne los hechos fabulosos y prodigios, a menudo sin
cuestionarlos, actitud ésta impropia de un historiador. Tampoco su método histórico es
muy riguroso ya que utiliza como fuentes a historiadores anteriores.
TÁCITO
De Publio Cornelio Tácito (55-120 d. C.), pese a ser uno de los más grandes escritores latinos, tenemos muy poca información biográfica, e, incluso, las fechas de nacimiento y muerte son aproximadas. Procedía sin duda de familia distinguida y estudió Retórica y Filosofía. Dejó escrita la historia del siglo I en dos obras que nos han llegado incompletas:
Los Annales: abarca desde la muerte de Augusto hasta la de Nerón (año 68); Las Historias: desde el 69 hasta el final de la dinastía Flavia (año 96) En ambas siguió el procedimiento expositivo típico de la historiografía romana: exponer los hechos año tras año, alternando la narración de los acontecimientos internos con la de los externos.
Influencia posterior
Por su método historiográfico y por la creación de un estilo personal Tácito es reconocido hoy día como el más grande historiador latino. Ha influido enormemente en escritores políticos, como Maquiavelo y su teoría de la razón de estado.
LA ÉPICA LATINA
El término épica deriva del griego ἐπ&ómicron;ς, cuyo significado primitivo es “palabra”. Los antiguos griegos consideraban épica aquella poesía que, desde el punto de vista argumental, trataba de las gestas memorables de hombres y dioses. La exaltación de las figuras heroicas ajenas al autor será la carácterística que diferenciará esta poesía de la lírica, centrada en los sentimientos personales del poeta. En el origen y desarrollo de la épica latina observamos tres carácterísticas fundamentales:
1. La influencia homérica. Las huellas de la Ilíada y la Odisea se ven por todas
partes. Se trata de una épica popular con un fondo histórico real, fijada en un momento
determinado por escrito y entre cuyos rasgos se encuentra el empleo de fórmulas, el uso
de símiles, la claridad y la utilización del hexámetro como metro único.
2. La utilización de la historia nacional como argumento épico, celebrando las
cualidades y virtudes que han adornado la grandeza de Roma. Canta los destinos de todo
un pueblo.
3. La influencia de la poesía alejandrina, con poemas mitológicos refinados y
eruditos, no excesivamente extensos, pero muy trabajados. A este tipo pertenecen las
Metamorfosis de Ovidio.
VIRGILIO
Publio Virgilio Marón (70-a.C. – 19 a. C.) vive los últimos años de la República y la consagración de Octavio como emperador (Augusto). Estaba muy relacionado con los grupos cercanos al emperador y con el propio emperador. Entre el 42 y el 37, escribe las
Bucólicas, que le dieron gran celebridad; tras su publicación fue introducido en el círculo de Mecenas, protector de las letras, quien le hizo su amigo; este lo recompensó de las tierras perdidas, regalándole una villa en Nola y una casa en el Esquilino. A instancias de Mecenas y durante 7 años se dedica a escribir las Geórgicas, a cuya lectura dedicó Augusto 4 días, tras la batalla de Accio. El propio Augusto le incitó a escribir la Eneida. Los doce cantos que componen la Eneida pueden estructurarse en dos partes: los seis primeros, hechos a imagen de la Odisea, narran los viajes y peripecias de Eneas desde su salida de Troya, destruida por los griegos, hasta su llegada a Italia; los seis últimos cuentan las luchas que el protagonista sostiene con los pueblos que habitan el Lacio, a semejanza de la Ilíada. Desde el punto de vista de los personajes que dominan en cada una, también puede dividirse en tres partes: los cuatro primeros se centran en Dido, los cuatro centrales en Eneas y los cuatro últimos en Turno.
Influencia posterior
La influencia de Virgilio en la poesía latina posterior es inimaginable, provocando que su obra pasara a los campos académicos muy rápidamente. Su fama fue tal que aún en la Edad Media se escribieron romances, cantares y gestas inspirados en la “Eneida”.
LUCANO
Marco Anneo Lucano (39-65 d. C.) nacíó en Corduba (Córdoba) y era sobrino del filósofo Séneca. Séneca lo introdujo en el círculo íntimo de Nerón. Fue testigo de la locura del emperador y participó en una conjura para derrocarlo que, al ser descubierta, le condujo a un suicidio obligado.
Su breve vida no le permitíó acabar su gran poema épico, Pharsalia. Se trata de una epopeya histórica sobre la Guerra Civil entre César y Pompeyo. El nombre de la obra se debe a la ciudad griega donde tuvo lugar la batalla decisiva de la guerra. La obra constituye un canto al pasado, a los valores tradicionales, a la libertad del régimen republicano. Su estilo destaca por erudito, Barroco y a veces oscuro.