El Realismo Social en los Años 50
El estreno en 1949 de Historia de una escalera marca el comienzo de la producción teatral de Antonio Buero Vallejo, introduciendo en el teatro español una nueva tendencia basada en el compromiso con la realidad inmediata. Se renuncia al teatro de evasión que se venía representando. En 1953 sale a escena la obra Escuadra hacia la muerte de Alfonso Sastre. Las angustias existenciales y las preocupaciones sociales constituyen lo más destacado del teatro de estos años.
El teatro del realismo social se caracteriza por su compromiso con la realidad inmediata de la sociedad española, de cuya situación quiere dar testimonio, moviendo al espectador a reflexionar y a buscar soluciones. La actitud del autor será de testimonio o protesta. Las puestas en escena se caracterizan por la complejidad de los espacios escénicos. Los personajes, también complejos, luchan por defender sus ideales.
Alfonso Sastre
En 1953 estrenó Escuadra hacia la muerte. Concibe el teatro como un arte político y testimonial, cuya función es despertar la conciencia del público y agitar la vida española para transformarla. Encontramos temas sociales revolucionarios y de denuncia de la dictadura.
Sus obras han ido evolucionando desde planteamientos existenciales a sociales y revolucionarios.
De su primera época destacan El cubo de la basura y Escuadra hacia la muerte, en la que se manifiesta la tiranía de un cabo sobre unos soldados que van al frente. A partir de aquí, su obra se hace más política, radical y combativa, por lo que su teatro fue víctima de la censura. Examinó en sus obras las consecuencias del poder injusto sobre el ser humano y cómo este puede rebelarse. A veces los personajes adquieren un valor simbólico.
A esta segunda época pertenecen La mordaza y En la red.
Aplicando las técnicas de Brecht, escribió El banquete y La taberna fantástica. Son tragedias complejas.
Utiliza la ironía, la intervención del narrador y elementos extratextuales como la música.
Antonio Buero Vallejo
Para la mayoría, es el autor más importante del teatro español de la segunda mitad del siglo XX. Una concepción humanista del hombre y el compromiso político-social determinan los temas, la estética y el propósito de la obra de Buero Vallejo. La Guerra Civil, el presente, la historia de España, la solidaridad, la injusticia, la tortura… figuran entre los temas de sus obras, en las que mezcla el lenguaje realista y el simbólico.
Une lo social y lo existencial.
Buero domina la técnica y sabe aprovechar los recursos escénicos. Entre estos podemos señalar:
- El lenguaje dramático, de gran calidad.
- La ambientación y el espacio escénico.
- Técnicas de inmersión.
- Efectos escenográficos: luz y oscuridad.
- Acotaciones.
- Desarrollo dramático de la acción.
- Caracterización de los personajes, algunos con limitaciones físicas o mentales.
Su trayectoria podríamos resumirla en las siguientes etapas:
En un primer momento se observa un enfoque existencial y realista. Este sería el caso de Historia de una escalera, en la que se refleja la vida de los vecinos de una escalera. A esta etapa corresponde también En la ardiente oscuridad.
En la segunda etapa predomina el enfoque social para evitar la censura. Elige la forma de drama histórico, a través del cual hace un análisis del presente: Las meninas, El tragaluz (una de las mejores obras). La técnica teatral sufre una evolución: el espacio realista se sustituye por un escenario múltiple, la acción se hace compleja y se utilizan efectos de inmersión.
En la tercera etapa, los experimentos escénicos aumentan y los contenidos políticos también. La fundación es la obra más importante. Los protagonistas son un grupo de presos políticos, uno de los cuales se encuentra trastornado y cree estar en una lujosa fundación.
Teatro en los Años 60
Teatro comercial
En los años sesenta siguen interesando al público las comedias burguesas y las comedias humorísticas, además de las revistas musicales, las zarzuelas y los espectáculos de variedades. La comedia de evasión es una garantía de éxito comercial. Destacan autores como Juan José Alonso Millán (El cianuro, ¿solo o con leche?) o Alfonso Paso.
Alfonso Paso fue uno de los autores más importantes de la época. Su producción, extraordinariamente extensa, parte del humor realista para desembocar en una crítica social de escasa profundidad. Se inició como director teatral al frente de dos grupos universitarios.
En la trayectoria teatral de Alfonso Paso se advierten dos etapas diferenciadas: en la primera de ellas, abordó la tragicomedia, destacando títulos como Los pobrecitos y Cena de matrimonios; mientras que en la segunda, se volcó en comedias más netamente comerciales. Al igual que hiciera Jardiel Poncela, Alfonso Paso erigió al humor en el verdadero protagonista de sus obras, sirviéndose de situaciones absurdas y extravagantes de unos personajes.
La segunda generación del realismo social
Un grupo de autores jóvenes, siguiendo los planteamientos realistas iniciados por Buero y Sastre, ofrecen una propuesta teatral caracterizada por:
- Actitud testimonial, teatro políticamente comprometido.
- Realismo directo y crítico que tiene al pueblo como protagonista.
- Personajes de extracción humilde, obreros que malviven, víctimas de la explotación económica.
- Lenguaje violento, formas populares y coloquiales, voces malsonantes.
Entre los autores más destacados, Lauro Olmo (La camisa), José Martín Recuerda (Las arrecogías en el beaterio de Santa María Egipciaca), Carlos Muñiz (El grillo) y José María Rodríguez Méndez (Los inocentes de la Moncloa).
Teatro experimental
Hacia 1970 irrumpe en la escena española un grupo de dramaturgos que se proponen superar las limitaciones del realismo, incorporando corrientes experimentales extranjeras. La reacción antirrealista no renuncia al contenido social: les preocupan temas políticos, sociales y morales.
Sigue siendo un teatro de protesta y denuncia sobre la dictadura, la falta de libertad, la injusticia…
Entre estos dramaturgos se encuentran Francisco Nieva y Fernando Arrabal, aunque cada uno con un estilo personal y una poética diferenciada. Coinciden en entender el texto dramático solo como un elemento más de la puesta en escena vanguardista, presentando a los personajes bajo una representación en la que el espectador tiene que participar activamente. De ahí la importancia que adquieren los efectos especiales, la escenografía, la luz, el sonido, el vestuario, la música, etc. Se pretende romper con la división entre el escenario y los espectadores, convirtiendo la escena en un espacio común. En bastantes ocasiones encontraron pocas facilidades para ser representadas, tanto por la censura como porque sus propuestas formales no encontraron fácil eco en el público.
Francisco Nieva
Francisco Nieva no empieza a estrenar hasta los 70. Es también director y escenógrafo. Su teatro es de gran calidad, vanguardista y alejado de los cánones tradicionales. España, el erotismo y la religión son temas reiterados. Tiene la idea de un teatro catártico y liberador, cuya finalidad es mostrar la esencia del hombre.
Escribió tres tipos de teatro:
- Teatro furioso (Pelo de tormenta).
- Teatro de farsa y calamidad (Malditas sean Coronada y sus hijas).
- Teatro de crónica y estampa (Sombra y quimera de Larra).
Fernando Arrabal
Uno de los autores más personales, interesantes y polémicos del teatro español del siglo XX. Ha escrito también en francés y estrenado en Francia. Es uno de los máximos exponentes del “teatro pánico”, presidido por la confusión, el humor, la búsqueda formal y elementos surrealistas.
El teatro de Arrabal, vanguardista y transgresor, abunda en aspectos religiosos, eróticos y políticos. Sus obras están a medio camino entre el esperpento, el surrealismo y el teatro del absurdo.
Destacan Pic-Nic y El jardín de las delicias. Los temas más frecuentes son la sexualidad, la religión, la política, el amor y la muerte.
Teatro independiente
La renovación teatral que se produce en torno a 1970 no solo la traen los nuevos autores. También la impulsan grupos de teatro independiente, que crean textos propios,
hacen montajes colectivos y actúan fuera de los circuitos comerciales.
Destacan entre ellos Los Goliardos y Tábano (Madrid), Akelarre (Bilbao), La Cuadra (Sevilla), Els Joglars, Teatre Lliure, Els Comediants, La Fura Dels Baus (Cataluña), Quart 23 (Valencia). Aunque algunos de estos grupos han desaparecido, la mayoría de ellos aún continúan en activo, y han alcanzado una estabilidad y una protección de las autoridades impensable hace años. En general, con obras de autor o con creaciones colectivas, han llevado a cabo una síntesis entre la tendencia experimental y elementos populares, y junto a enfoques críticos, se preocupan por los aspectos lúdicos del espectáculo.