La renovación narrativa de los años 60
Con La mina (1959) y Año tras año (1962), de Armando López Salinas, y Jesús López Pacheco con Central eléctrica (1958), se representan los autores de la novela de un realismo social más combativo. Los autores de los sesenta introdujeron novedades en el discurso narrativo. Las características generales de esta narrativa en este momento son:
La pérdida de importancia de la historia, que, en algunos casos, prácticamente desaparece. Perspectivismo: se pretende conseguir que sean los personajes los que hablen y cobren importancia y no el narrador, que debe reducir su papel o incluso desaparecer. Se utiliza con frecuencia la segunda persona. Personajes: se rechaza el personaje colectivo de la novela anterior en busca de personajes individuales cuya subjetividad y pensamiento toman gran importancia.
Técnicas narrativas:
- Monólogo interior: consiste en reproducir los pensamientos de una persona tal como fluyen de su conciencia. Esta técnica se utilizó para expresar la interioridad de unos personajes conflictivos que reflejan los problemas en que se debaten.
- Estilo indirecto libre: el autor narra desde el punto de vista del personaje, sus palabras o pensamientos, en tercera persona.
Innovación lingüística: Se presta especial atención a la elaboración del lenguaje, y en su estilo es notable la tendencia al uso del neologismo y a la creación de nuevas palabras. Variedad de recursos técnicos y visuales: en los años sesenta lo visual adquirió valor expresivo. En muchos casos se prescinde de signos de puntuación o divisiones internas en el relato.
Hay algunos autores destacados como Juan Marsé que escribió, entre muchas otras, Últimas tardes con Teresa (1966); Juan Goytisolo que se suma al experimentalismo en 1966 con Señas de identidad; Juan Benet. Sin embargo, es Tiempo de silencio (1962) de Luis Martín Santos la obra más significativa de este periodo. Marca un hito en la narrativa española contemporánea. Su argumento está en la línea de la novela social, pues trata de mostrar los intestinos de una realidad miserable que empujará de un modo u otro al lector a tomar partido. La novela destaca por la búsqueda de nuevas formas que oponer al estilo de narrativa social, e integra con éxito el monólogo interior, la acusada intertextualidad de las novelas más modernas o la organización textual fragmentaria.
Los autores más importantes que iniciaron su carrera en los cuarenta se suman, a partir de 1966, a la ola experimentalista. Así, Cela escribe San Camilo, 1936 (1969), Delibes Cinco horas con Mario (1966) o Torrente Ballester La saga/fuga de J. B. (1972).
La narrativa desde los años 70 a nuestros días
El ambiente de libertad tras la muerte de Franco permitió un mejor conocimiento de la literatura española en Europa y de la literatura occidental en España. A ello contribuyó la desaparición de la censura. La acelerada modernización de las estructuras productivas y económicas del país repercutió en un rápido desarrollo de la industria editorial, que va a fijar en la narrativa gran parte de sus expectativas y su esfuerzo de difusión.
Dos son los aspectos más significativos de la novela española en los últimos treinta años:
– El carácter aglutinador. Acoge prácticamente todas las tendencias, modalidades, discursos, temas, experiencias y preocupaciones personales.
– La individualidad. Cada novelista elegirá la orientación que le resulte más adecuada para encontrar un estilo propio con el que expresar su mundo personal y su particular visión de la realidad.
En las últimas décadas conviven:
- Novelistas importantes de la posguerra: Delibes, Cela y Torrente Ballester.
- Algunos novelistas de la “Generación del 50”: Juan Goytisolo, Juan Marsé, Carmen Martín Gaite.
- Los novelistas de la generación del 75: En los setenta hay autores que siguen cultivando la novela experimental e intelectual que tiene su origen principal en Tiempo de silencio de Luis Martín Santos. Abundan las historias fragmentadas y los monólogos interiores.
En la llamada generación de 1975 o también de 1968 (mayo del 68): Eduardo Mendoza, Félix de Azúa, Juan José Millás, Vicente Molina Foix, Soledad Puértolas, Manuel Vázquez Montalbán, entre otros.
– Nuevos escritores dados a conocer ya después del franquismo: Manuel Vicent, Julio Llamazares, Javier Marías, Luis Mateo Díez, Rosa Montero, Antonio Muñoz Molina, etc.
Ciertas tendencias temáticas. Las más relevantes son estas:
Novela policíaca y de intriga
Este subgénero resurge con especial fuerza. Entre sus cultivadores Manuel Vázquez Montalbán. A esta tendencia pertenecen también algunas novelas de Antonio Muñoz Molina: El invierno en Lisboa, Beltenebros, o Plenilunio. También es necesario mencionar a Juan Madrid en terrorismo de ETA en Días contados.
Novela histórica
El oro de los sueños, de José María Merino; El hereje, de Miguel Delibes; El capitán Alatriste, de Arturo Pérez-Reverte. En los últimos años son frecuentes las novelas históricas contextualizadas en épocas cercanas, especialmente en la Guerra Civil, como Soldados de Salamina, o los relatos breves que componen Los girasoles ciegos de Alberto Méndez.
Novela de la reflexión íntima
Este tipo de narrativa se centra en la búsqueda personal y la reflexión sobre la propia existencia. Obras representativas de esta tendencia son Mortal y rosa, de Francisco Umbral o El desorden de tu nombre, de Juan José Millás. En la misma línea se desenvuelve gran parte de la obra de Javier Marías.
Novela de la memoria y de testimonio
La memoria de una generación y el compromiso son los temas básicos de esta corriente, en la que se encuadran novelistas como Rosa Montero, con Te trataré como a una reina o Amado amo en defensa de la condición femenina.
Novela culturalista
En los últimos años han aparecido una serie de autores que hacen una novela que se ocupa de analizar y explicar diferentes aspectos de la cultura occidental desde unas posturas bastante eruditas. Jesús Ferrero.
Otras tendencias
En la novela de los autores más jóvenes es la de hacer una novela que trata los problemas de la juventud urbana con una estética muy cercana a la contracultura y al Dirty Realism americano. Ej. Historias del Kronen y Mensaka de José Ángel Mañas, Días extraños y Héroes, La escala de los mapas y Tocarnos la cara de Belén Gopegui.