Orígenes y Consecuencias de la Guerra Civil Española

Del Frente Popular al Golpe de Estado de 1936

Análisis del Texto

El documento es un texto primario de corte histórico y político. Se trata de un fragmento del discurso de Negrín, último presidente de la Segunda República Española, pronunciado en 1939 ante el Council of Foreign Relations en Nueva York. En este discurso, Negrín rememora lo sucedido tras las elecciones de febrero de 1936 ganadas por el Frente Popular, defendiendo que el golpe militar de julio de 1936 fue preparado con antelación y no fue consecuencia directa de la acción del gobierno republicano. Negrín expone que las causas del alzamiento se deben a actos de violencia, sabotaje y represalias impulsadas por grupos reaccionarios y profascistas de la derecha, y señala que la respuesta del gobierno fue débil al no controlar estas acciones.

El fragmento incluye una breve reseña biográfica: Negrín, originario de Las Palmas, inició su carrera política en tiempos de la dictadura y ocupó cargos relevantes como diputado, ministro de Hacienda y presidente del gobierno, hasta su exilio y posterior fallecimiento en París. El autor del texto argumenta que ni el gobierno moderado ni el de tendencia conservadora fueron responsables del levantamiento, y que el asesinato de Calvo Sotelo fue solo uno de varios episodios violentos en un periodo marcado por la polarización y la crisis política. De esta forma, se busca justificar la continuidad del Estado republicano en el exilio y defender su legitimidad ante la comunidad internacional.

Antecedentes de la Guerra de España

El discurso sitúa a España en un contexto internacional similar al del resto de Europa, donde la crisis económica de 1929, la agitación social y el mal cierre de la Primera Guerra Mundial contribuyeron al ascenso de ideologías totalitarias como el comunismo, el fascismo y el nazismo. Estas circunstancias crearon un ambiente de enfrentamiento entre fuerzas democráticas y totalitarias que se vería reflejado en el devenir de la guerra en España.

En el ámbito interno, las elecciones de febrero de 1936 y la formación del Frente Popular significaron una reorganización de la República. Las reformas iniciadas durante el primer bienio republicano, como la amnistía de presos políticos, la recuperación de la autonomía de Cataluña y la reforma agraria, generaron tensiones con los sectores conservadores y la derecha, que se presentaron desunidos y sin un programa común. La falta de cohesión en el ámbito conservador favoreció la conspiración contra la República y el fortalecimiento de movimientos violentos.

El clima de enfrentamiento se intensificó con la presencia de milicias, huelgas y actos violentos protagonizados tanto por extremistas de izquierda como de derecha. La planificación de la sublevación militar, impulsada por oficiales de la UME y grupos de extrema derecha, se llevó a cabo desde el triunfo electoral del Frente Popular. El golpe comenzó en el Protectorado de Marruecos el 17 de julio y, pese a no movilizar a todo el ejército ni lograr el éxito inmediato en las grandes ciudades, desembocó en una guerra civil de casi tres años.

La Guerra de España como Antesala de la II Guerra Mundial y sus Consecuencias

El Tema 16 aborda la Guerra Civil Española desde una perspectiva más amplia, situándola como la antesala de la Segunda Guerra Mundial y analizando sus profundas consecuencias en diferentes ámbitos. Este análisis parte de un contexto internacional marcado por la crisis económica de 1929, la agitación social tras la Primera Guerra Mundial y el auge de ideologías totalitarias, factores que prepararon el terreno para la confrontación global entre democracias y regímenes fascistas.

En este escenario, la Guerra Civil se presenta como un campo de pruebas para las potencias fascistas. Alemania e Italia aprovecharon el conflicto para ensayar nuevas tácticas militares y demostrar su eficacia, proporcionando un apoyo militar crucial a los sublevados. Mientras tanto, la República, en una situación de relativa desventaja, se vio obligada a recurrir a la ayuda de la URSS, enviando incluso las reservas de oro del Banco de España para financiar la compra de armamento. La intervención extranjera, además, se materializó en la participación de las Brigadas Internacionales, formadas por voluntarios de distintas partes del mundo que se unieron a la defensa de la democracia y la República.

El análisis también profundiza en las consecuencias que tuvo la guerra en España. En el plano demográfico, se estima que la guerra y la represión posconflicto dejaron un saldo trágico, con cientos de miles de muertos, una notable disminución en la natalidad y un éxodo masivo de exiliados. Económicamente, la destrucción de infraestructuras, industrias y viviendas supuso un retroceso devastador: la renta nacional tardó décadas en recuperarse y la economía se vio reducida a un modelo agrario empobrecido. Culturalmente, la Guerra Civil truncó lo que se conoció como la “Edad de Plata” de la cultura española. Numerosos intelectuales y artistas sufrieron la represión directa, lo que generó un éxodo que empobreció el panorama cultural del país. Por otro lado, en el ámbito social, se consolidó la hegemonía de la oligarquía y se reprimieron los derechos laborales y las conquistas sociales logradas en años anteriores. Finalmente, el conflicto dejó una huella imborrable en la memoria colectiva, marcando a generaciones enteras por el sufrimiento y la represión que caracterizaron el régimen franquista.

La Guerra Civil, aunque no implicó una participación formal en la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en un laboratorio ideológico y militar que anticipó las dinámicas del enfrentamiento global entre democracia y totalitarismo, evidenciando la fragilidad de las democracias europeas frente al auge del fascismo. Ambos temas, analizados de forma separada, ofrecen una visión integral sobre cómo la Guerra Civil Española no solo fue un conflicto interno, sino también un preludio de los enfrentamientos que transformarían Europa en las décadas siguientes.

El régimen franquista se forjó en plena Guerra Civil, cuando Franco concentró el poder militar y político, asumiendo el título de “Generalísimo” y “Jefe del Estado”. Con el “Decreto de Unificación” de 1937 se creó el partido único, la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, que se convirtió en el instrumento ideológico y organizativo del régimen, permitiendo la centralización del poder y la supresión de toda oposición.