Órdenes Clásicos: Contexto Histórico
El arte se afinca en la Hélade, sintetizando sus aportaciones con la cultura local. Hacia el año 1600 a.C., los aqueos fundan el imperio micénico y, tras desembarcar en la isla de Creta, suplantan a la civilización minoica. En torno al 1100 a.C. serán los dorios los que arruinen a los aqueos. De esta combinación surge el «milagro griego», que constituye el mayor triunfo estético del mundo antiguo. Roma los adoptó plenamente; su sentido del orden y la belleza dio estructura a la imaginería cristiana.
Pero los griegos no sólo produjeron arte, sino que fijaron las coordenadas del pensamiento moderno, sentaron las bases de la democracia política y establecieron los cimientos de la cultura europea.
Características de la Arquitectura Griega
La arquitectura griega se forjó a partir de los órdenes clásicos. En el curso del siglo VII se fueron concretando los órdenes dórico y jónico; el corintio apareció en la segunda mitad del siglo V.
- La escala era humana. El dramaturgo Sófocles había afirmado que «numerosas son las maravillas de la naturaleza, pero de todas ellas la más grande es el hombre». Una idea que Protágoras resumió en la máxima: «el hombre es la medida de todas las cosas» y, a su imagen y semejanza, los griegos configuraron el panteón olímpico y graduaron proporcionalmente sus construcciones.
- La forma viene determinada por las columnas, que se componen de basa, fuste y capitel.
- La decoración se centra en el friso que cabalga sobre el entablamento. El friso dórico aparece fragmentado por metopas intercaladas entre triglifos, mientras que el jónico y el corintio presentan un campo liso y continuo para desarrollar ciclos narrativos en relieve.
La sobriedad viril del orden dórico se impulsó en el Peloponeso, extendiéndose a las colonias italianas que se fundaron entre la Magna Grecia y Sicilia. La esbeltez femenina del orden jónico apareció en Asia Menor y en las islas del Egeo. A partir del siglo V comenzaron a yuxtaponerse ambos órdenes en un mismo edificio, reservándose el dórico para el exterior y aplicando el jónico en el revestimiento interior. El Partenón, erigido en la Acrópolis de Atenas entre el 447 y el 432 a.C., muestra esta combinación. La geografía del orden corintio partió del Peloponeso y conocería su máxima expansión en el período helenístico.
El Templo Griego: El Partenón
Cuando en el siglo VII a.C. comienzan a labrarse estatuas de dioses, surgió la necesidad de custodiarlas y en eso se convirtió el templo griego: en la morada de la imagen del dios.
La fachada principal se disponía siempre en uno de los ejes cortos y, de acuerdo con el número de columnas que exhibe, el templo puede ser dístilo (2), tetrástilo (4), hexástilo (6), octástilo (8), decástilo (10), así sucesivamente. Si sólo presenta columnas en la fachada posterior, es próstilo, pero si éstas se proyectan también en su frente posterior, será anfipróstilo. Finalmente, si está rodeado en sus cuatro costados por una fila de columnas, recibe el nombre de períptero, mientras que si la hilera es doble entonces se le llama díptero.
La arquitectura es arquitrabada y en época clásica el material de construcción predilecto fue el mármol. Una policromía final en tonos rojos y azules resaltaba el edificio.
El Partenón: Emblema del Arte Griego
El Partenón es un templo octástilo, anfipróstilo y períptero que, a pesar de la destrucción y de los expolios padecidos, sigue siendo el emblema universal del arte griego. Se concibió como expresión del agradecimiento que sentían los atenienses por la diosa Atenea, que les había conducido a la victoria sobre los persas, y mostraba la prosperidad de la época de Pericles después de este triunfo.
Previamente, Pericles tuvo que vencer la oposición de la Asamblea a financiar los gastos que suponía levantar el templo dórico más grandioso de Grecia y la resistencia de los ancianos, que habían jurado durante las guerras médicas mantener en ruinas las Acrópolis, conservándola en el estado de destrucción que la habían dejado los persas, para que las futuras generaciones recordaran la barbarie del invasor.
La planificación fue de los arquitectos Ictino y Calícrates, que respetaron los cimientos de un edificio anterior incendiado. La supervisión general corrió por cuenta de Fidias, a quien se confió también la ornamentación y la imagen titular de Atenea Parthenos. En el 447 a.C. comenzaron las obras y se inauguró quince años después.
Tan importante como el diseño arquitectónico es la decoración escultórica que aplicó Fidias al edificio. El vasto programa iconográfico se convirtió desde su inauguración en un espléndido instrumento pedagógico, donde los atenienses y los extranjeros podían aleccionarse sobre el origen de Atenea, contemplar el milagro que la exaltó al patronato de la ciudad, enorgullecerse de sus triunfos olímpicos y emocionarse con el culto que le dispensaban sus devotos.
Los Frontones del Partenón
Todos los personajes son de idéntica escala, acomodándose con su postura erecta, sedente, agachada o yacente a las fastidiosas pendientes del frontón triangular. Asimismo, las telas de los vestidos se pegan al cuerpo dejando traslucir la anatomía, lo que da origen a una técnica que los arqueólogos han llamado «de paños mojados» y que los diseñadores actuales de alta costura han rebautizado como «transparencias».
Las Metopas del Partenón
Las metopas son 92, distribuidas en bloques de 14 y 32. Ilustran cuatro ciclos míticos en los que Atenea participó con resultado favorable: la Gigantomaquia, en el frente oriental; la Amazonomaquia, en el occidental; la Guerra de Troya, en el costado septentrional; y la Centauromaquia, en el meridional.
El Friso de las Panateneas
Cuando la estructura dórica del Partenón había concluido, Fidias decidió encapsular en un friso jónico para narrar el ceremonial que seguían los atenienses durante las grandes fiestas estivales de las Panateneas.
La Escultura Griega: Contexto Histórico
El principal problema que plantea la escultura griega es la falta de piezas. Mármoles de los siglos V y IV a.C. quedan muy pocos, si exceptuamos los relieves de los grandes templos, solían estar labrados por aprendices del taller y colaboradores del maestro. El bronce, que se convirtió en el material favorito a la hora de realizar estatuas exentas, es aún más escaso, y sólo los hallazgos recientes que ha proporcionado la arqueología submarina, rescatando del fondo del Mediterráneo a náufragos como el Poseidón del cabo Artemisión, los filósofos de Anticítera y Porticello y los Guerreros de Riace, permiten vislumbrar la perfección que alcanzaron los artistas en la técnica de la fundición.
La plástica griega es conocida por copias en mármol del periodo romano, que los Césares ordenaron reproducir para decorar sus palacios, villas, termas y ciudades. El segundo problema es la policromía. Empleándose, además, postizos en los bronces: láminas de plata sonrosadas en los labios, incrustaciones de pasta vítrea en los ojos y rodetes de cuero en los pezones. En época clásica, los griegos reprodujeron la realidad, aplicaron tres conceptos a las estatuas: la armonía de proporciones, el principio de diartrosis y la postura del contraposto.
Características de la Escultura Griega
Se emplea el mármol, policromado muy suavemente. También el oro, marfil y bronce.
Periodos de la Escultura Griega
Periodo Arcaico (Anterior al Siglo VII a.C.)
- Influencia egipcia (hieratismo), no presenta movimiento (sonrisa inexpresiva, «sonrisa arcaica»).
- Siempre tiene el pie izquierdo adelantado y brazos pegados al cuerpo.
- Anchos hombros y cintura estrecha.
- Paralelismo en los pliegues. El pelo en zigzag.
- Cuando se representa a los chicos se les llama kouroi y a las chicas, korai.
Periodo Clásico
- La escultura está muy ligada a la arquitectura.
- Preocupación por las medidas, se tiende a representar la belleza suprema.
- Peinado plano y se sigue teniendo la inexpresividad en el rostro.
Escultores Destacados del Periodo Clásico
- Mirón: Quiere representar el instante, lugar y el momento, antes de una acción, cara inexpresiva y el cuerpo en tensión. Ejemplo: El Discóbolo.
- Fidias: El cuerpo de sus personajes se adivina bajo la ropa (paños mojados). Ejemplo: frontones del Partenón.
- Policleto: Sus personajes tienen expresividad tranquila y serena. A él se debe otro canon de belleza, el cuerpo debe ser 7 veces la cabeza. Los músculos, pectorales y abdominales parecen una coraza. Ejemplos: Doríforo y Diadumeno.
Los Grandes Maestros del Siglo IV a.C.
La escultura se aleja de la arquitectura, hay una transición hacia el barroquismo, los peinados ya no son planos, aparecen las figuras femeninas desnudas y transmitiendo sensualidad.
Escultores Destacados del Siglo IV a.C.
- Praxíteles: Nació en Atenas. Aprendió con su padre, el pintor Nikias fue su habitual policromador. Obras realizadas en la década 380-370 a.C., como El Sátiro escanciador y El Apolo Sauróctono, apuntan la fórmula de su estilo maduro: temas agradables, llenos de encanto, tratados con suavidad y reflejados a través de un rítmico contoneo sinuoso, que se ha dado en llamar curva praxiteliana. Su obra maestra es la sensual Afrodita saliendo del baño. Se trata del primer desnudo íntegro femenino del arte griego, en el que imprime las suaves formas redondeadas de su amante Friné. Leyendas posteriores hacen circular la creencia de que la «diosa del Amor y la Belleza» descendió a su taller para felicitarle por lo acertado de la creación. Los tratadistas barrocos la recuperarán para los imagineros españoles del siglo XVII. La gracia y la serenidad de la Afrodita Cnidia motivó que fuera muy solicitada por la clientela del mundo antiguo, reproduciéndose en infinidad de copias y adaptaciones que se prolongarán hasta la helenística Venus de Milo. El único original que se conserva de Praxíteles es Hermes con el niño Dionisos en brazos. La Iglesia católica se apropiará de sus formas, cristianizándola en San Cristóbal.
- Escopas: Frente a la simpatía de Praxíteles, Escopas ahonda en los estímulos patéticos. Representa a héroes trágicos, como Meleagro, y muestra predisposición por los irracionales y embriagados integrantes del cortejo dionisíaco. Su instintiva Ménade furiosa, retratada en plena orgía, con un cabrito muerto sobre los hombros, muestra el pathos escopásico, que el artista conseguía al complementar el dinamismo del cuerpo en rostros de bocas anhelantes y ojos profundos.
- El broncista Lisipo: revisa el canon de belleza, convirtiendo la cabeza en una octava parte de la altura total. Este nuevo sistema de proporciones lo plasma en el Apoxiomeno: un atleta desnudo que se limpia el linimento con el estrígilo después del ejercicio. Las más célebres conocidas por copias romanas son: Eros tensando el arco, el Hermes Landsdowne y el Hércules Farnesio. Lisipo fue el escultor predilecto de Alejandro Magno, que apreciaba la expresión de «león» con que supo retratarlo, sin dejarse engañar por la suave mirada que animaba el rostro del rey héroe de Macedonia.