La Oposición al Sistema de la Restauración
La Restauración, liderada por Cánovas del Castillo, reprimió y marginó a carlistas y republicanos, considerados enemigos del Estado. También excluyó a los regionalistas, que cuestionaban la administración centralista, y a las organizaciones obreras, contrarias al orden liberal y capitalista. La oposición, débil e incapaz de capitalizar la corrupción política y el malestar social, se vio afectada por divisiones internas y el tardío despertar de las fuerzas nacionalistas.
El Carlismo en Declive
El carlismo perdió influencia debido al apoyo del Vaticano y las jerarquías católicas a Alfonso XII. Se dividió en dos tendencias:
- Integristas: Criticaban el liberalismo de Carlos VII y exaltaban el catolicismo.
- Tradicionalistas: Influenciados por Juan Vázquez, evolucionaron hacia posiciones regionalistas.
Aprovechando la libertad de asociación y el sufragio universal, los tradicionalistas se reorganizaron como partido político, manteniéndose activos hasta bien entrado el siglo XX.
El Republicanismo Fragmentado
Los republicanos, duramente reprimidos al inicio del régimen, no lograron recuperarse del fracaso de la Primera República. Se agruparon en diferentes corrientes:
- Federalistas: Liderados por Pi i Margall, con posiciones socializantes y eco en sectores populares urbanos.
- Unionistas: Formaron el Partido Centralista (1801), representando a la intelectualidad burguesa y defendiendo la unidad territorial.
- Radicales: Crearon el Partido Republicano Progresista, dirigido por Manuel Ruiz Zorrilla, con insurrecciones hasta la muerte de su líder.
- Posibilistas: Grupo minoritario conservador, liderado por Emilio Castelar, que se integró en el Partido Liberal.
Federalistas y unionistas crearon la Unión Republicana en 1893, consolidada en 1903.
El Movimiento Obrero: Anarquismo y Socialismo
El movimiento obrero, inicialmente sin una oposición política real, atacó al sistema con insurrecciones, huelgas y atentados. El anarquismo tuvo gran aceptación social, mientras que el socialismo, menos extendido, defendía la participación política. En 1879, Pablo Iglesias fundó el PSOE. El movimiento obrero se convirtió en oposición política en el siglo XX.
Regionalismos y Nacionalismos
Durante la regencia, surgieron movimientos regionalistas y nacionalistas en Cataluña, País Vasco y, tímidamente, en Galicia. En Valencia y Andalucía, algunos intelectuales defendieron los particularismos regionales. Estos movimientos se originaron en el particularismo lingüístico, cultural, institucional e histórico frente al centralismo del Estado liberal.
El Catalanismo Político
El catalanismo político surgió del renacimiento cultural y los cambios socioeconómicos. Partió de dos corrientes:
- Federalismo republicano: Valentí Almirall creó el Centre Català (1882), reivindicando la autonomía.
- Conservadurismo tradicionalista y católico: En 1891 se constituyó la Unió Catalanista.
Tras la pérdida colonial en 1898, la burguesía industrial se comprometió con el catalanismo político. En 1901, se creó la Lliga Regionalista, y en 1906, la Solidaritat Catalana.
El Nacionalismo Vasco
La reacción contra la abolición de los fueros tras la Tercera Guerra Carlista (1876) originó un movimiento de defensa de las instituciones suprimidas y la cultura vasca. Sabino Arana configuró el primer programa político nacionalista, creando el Partido Nacionalista Vasco (PNV) en 1895, con un carácter conservador, antiliberal y anti-españolista. El PNV organizó una campaña autonomista en 1917, con una escisión en 1921.
El Galleguismo
El atraso socioeconómico dificultó la implantación del galleguismo. El regionalismo gallego se inició como un movimiento cultural y literario, el Rexurdimento, con figuras como Rosalía de Castro y Manuel Murguía. En el siglo XX, surgió una visión más progresista, con Alfonso D. Rodríguez Castelao como figura destacada.
Otros Regionalismos
En Valencia y Andalucía, surgieron reivindicaciones autonomistas y regionalistas a partir de 1910.
El Movimiento Obrero en el Siglo XIX
Los obreros adquirieron conciencia de clase y se organizaron para defender sus derechos. Las primeras protestas fueron de tipo ludita. A partir de 1840, se organizaron en asociaciones. La primera huelga general española fue en 1885.
Durante el Sexenio Democrático, se legalizaron las organizaciones obreras (1864) y se fundó la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT). En 1870, se creó la Federación Regional Española (FRE) de la AIT, con tesis anarquistas.
Con la Restauración, se ilegalizaron las asociaciones obreras hasta 1881. En 1879, Pablo Iglesias fundó el PSOE, y en 1888, se constituyó como partido político y se fundó la Unión General de Trabajadores (UGT). Los anarquistas organizaron la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE) en 1881.
Conclusión
La ineficacia del sistema de la Restauración permitió a los partidos nacionalistas presentarse como regeneradores del país. El movimiento obrero, a pesar de su creciente importancia, no tuvo la capacidad suficiente para imponer cambios políticos y sociales profundos.