Oposición al Sistema y Auge de los Nacionalismos Periféricos en España a Finales del Siglo XIX

La Oposición al Sistema: El Nacimiento de los Nacionalismos Periféricos

Introducción

La profunda impresión de caos dejada por el periodo del sexenio provocó entre la burguesía y el ejército un deseo de orden que facilitó la instauración de la Restauración borbónica. Alfonso XII y su esposa María Cristina y, sobre todo, la astucia política de Cánovas del Castillo y el pragmatismo de Sagasta, ayudaron a configurar un orden que dio a España, en los epílogos del siglo, el periodo más prolongado de orden político y social. Todo se basaba en unas raíces no ya solo antidemocráticas sino, corruptas e incapaces de ir incorporando los nuevos movimientos políticos.

1. Regionalismos y Nacionalismos

Su origen está en la negativa del sistema de asumir otros intereses que no fueran los de la oligarquía madrileña.

1.1 Catalanismo

En los años 30, se había iniciado en Cataluña el movimiento cultural y literario conocido como Renaixença para recuperar la lengua y cultura catalanas. El primer movimiento político catalanista fue en 1886. Almirall (antiguo republicano federalista) publica el manifiesto Lo Catalanisme, apostando por un catalanismo interclasista y aglutinador que luchara por la autonomía política de Cataluña. Poco después surgió la versión más conservadora, cercana al carlismo, con la publicación en 1892 de La Tradició Catalana de Torras i Bages.

El movimiento más activo y, a la larga, más duradero en el tiempo fue la Lliga Regionalista Catalana, fundada por Prat de la Riba, y que aglutinó a toda la burguesía industrial y comercial catalana en torno a unos presupuestos conservadores y católicos.

1.2 Nacionalismo Vasco

Aparece en el último cuarto del siglo XIX y sin ninguna connotación lingüística, habida cuenta de la absoluta marginalidad del euskera en sectores muy minoritarios del ámbito rural. Sus causas hemos de buscarlas en la rápida industrialización de Vizcaya, que con la masiva llegada de capitales e inmigrantes estaba cambiando la estructura social y económica del País Vasco y, sobre todo, en la abolición de los Fueros Vascos, decretada por el gobierno conservador tras el final de la tercera guerra carlista.

En 1894, Sabino Arana funda el Partido Nacionalista Vasco con una ideología conservadora en lo político, católica, defensora de los intereses agrarios e industriales de la pequeña burguesía vasca y partidaria de la creación de un Estado Vasco propio. Su lema fue “Dios y ley vieja”. Esto le impidió obtener la adhesión de la gran burguesía industrial y financiera, y provocó que virara hacia posiciones menos violentas y más moderadas en la segunda década del siglo XX. En estos años, su influencia creció.

1.3 Regionalismo Gallego

Sus características principales fueron:

  • Realizó el primer levantamiento autonomista, con un carácter progresista y revolucionario, en 1846. Fue violentamente reprimido.
  • Su desarrollo posterior fue muy lento y siempre tuvo escaso apoyo social debido a contar con una burguesía muy reducida y dependiente política y económicamente de Madrid.

Al igual que el catalán, primero fue romántico y cultural en torno al movimiento O Rexurdimento. Después, Murguía, esposo de la poetisa Rosalía de Castro, fundó la Asociación Regionalista Gallega, con la que el galleguismo político inició su andadura con un carácter conservador y minoritario.

2. Movimientos Obrero y Campesino

Se iniciaron abruptamente en los años centrales del sexenio con una participación muy activa en todos los movimientos cantonalistas. La prohibición de Serrano en 1874 los condujo a la clandestinidad hasta que la nueva legalización de 1887 los sacó a la luz.

El crecimiento paralelo de la industrialización hizo que aumentaran las masas obreras y, por tanto, las afiliaciones a los movimientos obreros.

En sintonía con lo ocurrido en Europa en 1872, el movimiento se dividió entre los seguidores de Marx y los seguidores de Bakunin y Kropotkin. Junto a ellos, y con una implantación menor, los movimientos católicos, canalizados por los jesuitas.

2.1 Movimiento Anarquista hasta Finales de Siglo

Fue la corriente mayoritaria en España hasta el año 1939 por su fuerte implantación en el campo andaluz y levantino, así como por la adhesión del proletariado catalán.

Rechazaban toda acción política por vía parlamentaria. Sus postulados se mantuvieron siempre dentro de la radicalidad y el igualitarismo, con un rechazo absoluto hacia la propiedad privada y cualquier forma de organización social o política. Además, obtuvieron adeptos a la estrategia violenta preconizada por Kropotkin de practicar el terrorismo selectivo como instrumento rápido y efectivo de acabar con los dirigentes del sistema que ellos tanto aborrecían. Así, en 1897 asesinaron al líder conservador Cánovas del Castillo.

2.2 Movimiento Socialista hasta Finales del Siglo

Se funda en la clandestinidad en 1879. Pablo Iglesias, a la cabeza, funda el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Pretendía acabar con la propiedad privada, las clases sociales y apoderarse del poder político para poder conseguir los dos objetivos iniciales. En 1888 se crea la Unión General de Trabajadores (UGT) como sindicato del partido, centrado en la lucha obrera y la consecución de mejoras laborales mediante la huelga.

Su mayor logro se produjo en 1890 cuando, tras una huelga general en Bilbao, consiguieron reducir la jornada laboral a 10 horas y que se aboliera la obligatoriedad de vivir durante la semana en los barracones junto a las fábricas.

En cualquier caso, tanto el PSOE como la UGT fueron, hasta comienzos del siglo XX, grupos minoritarios en comparación con los anarquistas.