Obras Maestras del Barroco: Ribera, Velázquez, Rembrandt y Más

Tizio. Se trata del *Tizio* de Ribera, correspondiente con la pintura barroca española (S. XVII). Es una obra tenebrista claramente. El foco de luz ilumina lo que es verdaderamente significativo, dejando en penumbra el resto de la escena, con un fondo plano, oscuro e impenetrable. Es, pues, la luz encargada de configurar la escena; la forma se subordina a la luz. Da la sensación de que la figura emana de la oscuridad con fuerza y violencia, enfatizando así la angustia, impotencia y el dolor del personaje. Ribera es un autor muy realista que lleva el naturalismo al extremo; personajes nada idealizados, saca los modelos de la calle. También plasma con gran virtuosismo técnico el estado psicológico del personaje: las manos sucias, la cara y el cuello rojos del sol, el vello en el pecho. Todo en conjunto enfatiza el naturalismo que le caracteriza. Dota a la composición de una gran movilidad y dinamismo que subrayan la angustia del personaje.

Tizio

Tizio


Las Meninas. Se trata de *Las Meninas* de Velázquez, correspondiente con la pintura del barroco español (S. XVII). En esta obra, Velázquez nos presenta su genial imaginación representando lo acontecido al otro lado del cuadro, en el lugar del espectador, mientras que las figuras ocupan el lugar del pintor. La infanta Margarita se sitúa en la zona central del cuadro, rodeada de criadas. Una de ellas se ha dado cuenta de la presencia de los reyes y realiza una reverencia; la otra, que aún no se ha percatado de su presencia, le ofrece algo a la infanta. Al fondo, el aposentador aparece abriendo la puerta. Los cuadros que se encuentran en el fondo son dos copias realizadas por su yerno Juan Bautista de Marzo: una de *Minerva y Aracne* de Rubens y la otra de *Apolo y Pan* de Jordaens. Junto a su genial imaginación para representar lo acontecido al otro lado del cuadro, donde imperan las fuerzas centrífugas, hay que destacar el sublime uso de la luz. Velázquez, en su primer viaje a Italia, abandona el tenebrismo y comienza a interesarse por la perspectiva aérea, como bien consigue en esta obra con las partes en luz y en sombra reflejada en el suelo y también en el techo. Velázquez es capaz de pintar las capas de aire, de marcar la profundidad sin utilizar los recursos anteriores en la historia del arte, y de suplir la ausencia de movimiento en sus obras contraponiendo personajes y situaciones.

Meninas


San Carlo alle Quattro Fontane. Se trata de *San Carlo alle Quattro Fontane*, conjunto arquitectónico perteneciente al barroco italiano, obra de Borromini. La fachada presenta un fuerte dinamismo con el movimiento ondulante. Borromini emplea la línea cóncava y convexa con un resultado muy creativo y dinámico. Las calles laterales del piso inferior son cóncavas, mientras que la central (la puerta de acceso) es convexa. En el superior se sigue un esquema distinto, siendo las tres calles cóncavas, la central decorada con una balaustrada. Mientras que las hornacinas del piso inferior están ocupadas, las del superior se encuentran vacías. La ondulación del muro permite la flexibilidad de la planta, configurándose así esquemas más originales y complejos. Borromini era un artista barato, son pues los materiales empleados en este edificio de esas características, a diferencia de Bernini, que además era mucho más demandado que Borromini. El barroco rompe con la norma, simetría, las proporciones, etc. Es precisamente Borromini quien plantea esa nueva organización espacial, como se aprecia en *San Carlo alle Quattro Fontane*, pudiendo ser esta la causa de que no recibiese importantes encargos pontificios.

San carlos de las cuatro fuentes


Apolo y Dafne. Se trata de *Apolo y Dafne*, escultura barroca italiana (S. XVII) obra de Bernini. El tema representado es mitológico, precisamente el momento exacto de la metamorfosis. Dafne se transforma en laurel por Zeus cuando Apolo se lanza a tocarla. Esta escultura pertenece a su primera etapa, se aprecia un gran control anatómico y virtuosismo técnico. Lejos del equilibrio y simetría renacentista, esta escultura presenta un gran dinamismo y desequilibrio. Los brazos y piernas se lanzan al exterior, no se encierra la composición en un polígono, así como múltiples puntos de vista. El movimiento es representado en potencia, no en acto. Se representa el momento álgido, también nos da una sensación de agitación, exaltación y espontaneidad. Bernini se preocupó de transmitir el estado psicológico de los personajes, como el deseo de Apolo y la angustia de Dafne. En la escultura barroca se potenció la línea establecida por Miguel Ángel y el manierismo conectada con el helenismo griego para romper con el equilibrio y serenidad clásico, dando lugar a obras como esta.

Apolo y dafne


Las Hilanderas. Se trata de *Las Hilanderas*, obra de Velázquez, correspondiente con el barroco español (S. XVII). Velázquez sitúa en *Las Hilanderas* el mito de Aracne, en la antesala. En el tapiz aparece representado el rapto de Europa de Tiziano, aunque no deja del todo claro si se trata de una antesala o todo en conjunto es un tapiz. La gran protagonista del cuadro es la luz, que incide de forma diferente en cada una de las formas. Con ello, Velázquez representa la perspectiva aérea con gran virtuosismo técnico. En los personajes del primer plano la luz incide con protagonismo, además enfatizada con la blusa blanca de uno de los personajes que contrasta fuertemente con la falda oscura, mientras los personajes del segundo plano aparecen más oscuros con rasos mucho menos nítidos. También en las paredes y en el suelo se aprecian las zonas iluminadas y otras en penumbra, como en los peldaños de la escalera. Al abandonar el rigor por la perspectiva lineal, Velázquez se sirve de otros elementos para conseguir la profundidad, como esta perspectiva aérea al pintar las capas de aire, con los marcados escorzos, objetos apoyados como la escalera. También nos muestra su virtuosismo técnico al ser capaz de representar el movimiento, como es el caso de la rueda a la que podemos ver girar, o a uno de los personajes con seis dedos a causa de la rapidez del movimiento que ejecuta. *Las Hilanderas*, junto con *Las Meninas*, es uno de los cuadros que nos muestran su importante aportación a la pintura.

Las hilanderas