Obras Maestras del Arte: Del Partenón al Romanticismo

El Partenón

Cronología: 447-438 a. C.

Autor: Ictino, Calícrates y Fidias

Movimiento artístico: Arquitectura griega

Ubicación de la obra: Atenas, Grecia

El Partenón es un templo dedicado a Atenea Pártenos, protectora de Atenas, y uno de los principales ejemplos de arquitectura dórica octóstila. Ordenado por Pericles, es el monumento más antiguo de la Acrópolis. Fue construido por arquitectos como Ictino y Calícrates, bajo la supervisión de Fidias, quien creó la estatua crisoelefantina de Atenea Pártenos.

El Partenón tiene dimensiones aproximadas de 69,5 metros de longitud y 30,9 metros de anchura, con columnas que alcanzan los 10,93 metros de altura, sumando una altura total de 14 metros. Construido principalmente con mármol blanco del monte Pentélico, es un templo octástilo único en Grecia, con ocho columnas en las fachadas cortas y 17 en las laterales. La estatua de Atenea Pártenos, de casi doce metros de altura, requería una amplia cella de más de 18 metros de anchura, dividida en tres naves con una doble columnata dórica. La decoración incluía frontones, metopas y un friso continuo. Las metopas representaban distintas escenas mitológicas, y los frontones estaban adornados con estructuras florales y palmetas.

Moisés

Cronología: 1513-1515

Autor: Miguel Ángel

Ubicación de la obra: Basílica de San Pedro en el Vaticano

El tema, un episodio bíblico, refleja el momento en que el profeta Moisés, al regresar de su estancia del monte Sinaí llevando las tablas de la ley, contempla con cólera e indignación cómo los israelitas han abandonado el culto a Jehová entregándose a la idolatría. La obra representa el instante preciso en que Moisés, lleno de profunda ira contenida y airada, piensa en el castigo que desatará sobre un pueblo infiel y desagradecido.

La talla de la piedra es perfecta. Miguel Ángel trata el mármol como un material maleable. El pulido de la piedra deja resbalar la luz, los pliegues de sus ropas tienen un gran naturalismo y provocan grandes contrastes de luces y sombras, otorgando un rotundo volumen a la obra. El estudio anatómico es perfecto. La composición es cerrada, clásica, en torno a un eje vertical desde la cabeza al pliegue de las piernas del profeta. Existe un ligero contrapposto a pesar de estar sentado, que queda patente en el giro de la cabeza con movimientos contrarios de piernas y brazos. El autor abandona los gestos dulces y serenos de su juventud, haciendo ahora una gran expresividad dramática y feroz.

Este Moisés pertenece al sepulcro del Papa Julio II, quien fue además el mecenas, por encargo en 1505. El proyecto original era distinto al final, la ubicación que iba a tener (la gran cúpula de San Pedro del Vaticano) pero hubo problemas económicos por la muerte del propio promotor Julio II.

El nacimiento de Venus

Cronología: 1482-1485

Autor: Botticelli

Movimiento artístico: Renacimiento

Ubicación de la obra: Galería Uffizi, Italia

El cuadro de Botticelli, realizado al temple sobre lienzo (278,5 cm x 172,5 cm), retrata una escena mitológica donde Céfiro insufla viento a Venus, mientras sostiene a Cloris, la diosa de las flores. Venus emerge desnuda sobre una concha en el centro, rodeada de rosas, símbolo del amor. A la derecha, una de las Horas, posiblemente la Primavera, cubre a Venus con un manto púrpura. En el fondo, árboles de naranjos imitan el color del cabello de Venus con flores y espinas doradas.

El paisaje de fondo es principalmente decorativo, con las figuras dispuestas como un friso prominente. Las olas del mar parecen más una alfombra que ondas reales, y los árboles a la derecha carecen de proporción con las figuras. En términos de color, los tonos verdes azulados del cielo y el mar contrastan con las tonalidades pálidas de las figuras, mientras que los toques dorados dispersos agregan luminosidad. La postura de Venus refleja la estatuaria clásica grecorromana, con un ligero desplazamiento a la derecha y un contrapposto en su pierna izquierda. Cubre sus senos con la mano derecha y con la izquierda sostiene una mata de su larga cabellera rubia sobre la ingle. Los rasgos faciales, como los de otros personajes en la obra, se caracterizan por finas narices, pómulos pronunciados y mandíbulas definidas, destacando la estructura ósea de las figuras.

Este cuadro fue revolucionario en su época al presentar un desnudo sin justificación religiosa y abordar un tema mitológico de la cultura clásica grecorromana. Se sugiere que la obra podría estar mutilada en su parte superior. Botticelli se apartó del realismo para priorizar lo alegórico, prescindiendo de la perspectiva y distorsionando las formas, especialmente en las figuras. La naturaleza es idealizada como un escenario decorativo que busca la estética y el ideal de belleza más que representar la realidad.

Se conservan dos copias del taller de Botticelli, una en la Gemäldegalerie de Berlín y otra en la Galleria Sabauda de Turín. La obra tuvo un gran éxito, siendo exportada a países como Francia y Alemania. Su influencia se refleja en obras como el óleo de Venus y Cupido del alemán Lucas Cranach el Viejo de 1509 (Museo del Hermitage, San Petersburgo), que muestra a Venus y Cupido, siendo la primera de varias obras de Cranach con Venus como protagonista.

Apolo y Dafne

Cronología: 1622-1625

Autor: Gian Lorenzo Bernini

Movimiento artístico: Barroco

Ubicación de la obra: Galería Borghese, Roma

El mito de Apolo y Dafne relata cómo Apolo se burló de Eros, quien buscó venganza al herirlo con una flecha de oro, haciendo que se enamorara instantáneamente. Dafne fue alcanzada por una flecha de plomo, causándole rechazo amoroso. Apolo, enamorado, persiguió a Dafne, pero ella, sintiendo lo contrario, huyó. Agotada, pidió ayuda a su padre, el río Ladón, y a su madre, la diosa Gea, quienes la transformaron en laurel.

La escultura de mármol mide 243 cm y es una escultura exenta, permitiendo ser girada. Dependiendo del ángulo de visión, se puede ver distintas imágenes. Desde la espalda de Apolo, Dafne queda oculta, revelando solo el árbol en que se transforma. Utiliza una composición abierta con una gran línea diagonal, otorgando movimiento y dinamismo, especialmente en los ropajes ondeados y el cabello de Dafne. La cercanía de los personajes proporciona estabilidad. La composición es en plano-relieve. Los contrastantes gritos de horror de Dafne y la perplejidad de Apolo reflejan el interés por la representación de las esculturas.

Lavatorio

Cronología: 1597-1600

Autor: Tintoretto

Movimiento artístico: Renacimiento

Ubicación de la obra: Museo del Prado, Madrid

Se representa aquí una escena narrada por el Evangelio de Juan, en la que se describe cómo durante la Última Cena, Jesús se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ató una toalla a la cintura. Después de echar agua en un recipiente, se puso a lavar los pies a sus discípulos.

El lienzo representa principalmente la Última Cena, con la mesa y los discípulos alrededor, destacando un perro en el centro y los apóstoles descalzándose o en diversas posturas detrás. En segundo plano, se relata un milagro de san Marcos. A la izquierda, otro apóstol se desata el calzado, con una esculturalidad reminiscente de las anatomías de Miguel Ángel. La composición parece descentrada, con el episodio principal en un lado del cuadro. En el fondo izquierdo se observan arquitecturas clásicas de una ciudad, similar a Venecia, con canales y una barquichuela, bañados por una luz fría que crea un ambiente irreal.

Esta obra decoraba el presbiterio de la iglesia de San Marcuola en Venecia. Perteneció a Carlos I de Inglaterra. Fue adquirido en la almoneda de sus bienes celebrada tras su ejecución por don Luis de Haro, que se la regaló a Felipe IV. Estuvo en la sacristía del Real Monasterio de El Escorial hasta que en 1939 se llevó al Museo del Prado.

Entierro de Cristo

Cronología: 1602-1604

Autor: Caravaggio

Movimiento artístico: Barroco

Ubicación de la obra: Museos Vaticanos, Ciudad del Vaticano

El cuadro es un óleo sobre lienzo de 369 cm x 245 cm, destacando figuras casi a tamaño real. La Virgen María es el foco central, representando alegóricamente la Iglesia inmortal, su santidad evidenciada por un halo. María Magdalena y los Apóstoles la rodean, mostrando tristeza sin exageraciones. María Magdalena llora en primer plano, mientras los Apóstoles, entristecidos, ocultan sus rostros. El ambiente es humilde, con colores oscuros y toques luminosos en el rojo de la ropa y un telón rojo. Los personajes son modelos del pueblo, iluminados de manera tenebrista, realzando el dolor realista de la pérdida.

La pintura fue encargada por Laerzio Cherubini, un abogado papal, para la capilla en la iglesia carmelita de Santa Maria della Scala, Roma, en 1601. Sin embargo, no se completó hasta 1605-1606. La representación de la Virgen María causó escándalo y fue rechazada, siendo reemplazada por otro cuadro de Carlo Saraceni. Recomendada por Pedro Pablo Rubens, la obra fue adquirida por el duque de Mantua, Vincenzo Gonzaga, y luego por Luis XIV de Francia en 1671. Surgió la leyenda de que Caravaggio se inspiró en una prostituta ahogada en el río Tíber, lo que algunos consideran inadecuado.

El caminante sobre el mar de nubes

Cronología: 1818

Autor: Caspar David Friedrich

Movimiento artístico: Romanticismo

Ubicación de la obra: Kunsthalle Hamburg, Alemania

Como los demás cuadros de Caspar David Friedrich, no es un mero paisaje, sino que tiene un contenido simbólico.

El caminante simbolizaría, en fin, al ser humano que concibe su vida terrena. La postura del caminante, con una pierna delante de otra, indicaría que domina la vida de este mundo y mira al más allá con admiración esperando que le llegue una vida eterna.

El paisaje:

  • Las rocas entre la montaña en la que está el viajero y el fondo simbolizarían la fe del ser humano en Dios.
  • Las montañas del fondo representan la vida eterna futura en el Paraíso.
  • El mar de nubes en sí se ha entendido también como alusión a la divinidad, estando el ser humano entre la naturaleza (la montaña del primer plano) y Dios (el mar de nubes).