La renovación de la narrativa hispanoamericana, sufre un gran esplendor y se sitúa en la cumbre de la narrativa mundial. La gran expansión geográfica de Hispanoamérica influye en la diversidad de corrientes narrativas, algunas exclusivas de un país o regíón.
A partir de 1945, la novela realista parece exhausta. Entre 1945 y 1960 se observan en la narrativa hispanoamericana unas carácterísticas diferentes. Estas se deben a una nueva concepción del mundo y de la vida consecuencia de los cambios sociales, políticos y económicos que se estaban produciendo en Hispanoamérica. A estas novedades se añaden las influencias de la narrativa europea y norteamericana del momento.
En cuanto al contenido, conviven varias tendencias, destacan la narrativa metafísica de Jorge Luis Borges.
También se desarolla una excelente narrativa de corte existencial, con autores como Juan Carlos Onetti (caracterizado por una concepción pesimista de la existencia y por sus personajes solitarios), o Ernesto Sábato (Destaca por su psicoanálisis y el existencialismo, hace una indagación en el espíritu del ser humano). La novela indigenista y los relatos se basan en una corriente novelística que funde elementos como lo fantástico, lo mítico, lo legendario o con los conflictos sociales de la América Latina contemporánea, combinando realidad y fantasía, denominado Realismo mágico y lo real maravilloso. Con representantes como Miguel Ángel Asturias o Alejo Carpentier y ha sido decisiva para la segunda renovación narrativa de la novela hispanoamericana, de los años 60. Mezclan narrativa, metafísica, existencialismo y Realismo mágico.
Se abandona el interés por los espacios rurales y naturales y la denuncia explícita de problemas sociales. Surgen nuevos temas como lo urbano y los problemas del hombre contemporáneo.
-Penetra la imaginación, lo fantástico, dando lugar al Realismo mágico. La realidad y fantasía aparecerán unidas en la novela.
-Formalmente, se siguen las innovaciones técnicas de los grandes novelistas europeos o norteamericanos. Se introducen elementos irracionales procedentes del Surrealismo que se adaptan a la expresión de lo mágico o lo maravilloso.
-Jorge Luis Borges:
Destaca por sus relatos cortos:
Ficciones, El Aleph, El hacedor, …
En ellos combina la presencia de su tremenda cultura e imaginación; son juegos imaginativos que llevan al lector a insólitos ejercicios intelectuales. Se interpolan tres planos: la realidad, la fantasía y la sátira. La temática se basa en el tiempo cíclico, bibliotecas como conocimiento inaccesible, espejos como imagen del desdoblamiento de la personalidad del hombre.
-Julio Cortázar:
Influido por Borges, inicia su producción con libros de cuentos que muestran su concepción de lo fantástico en la que se presentan aspectos de la realidad como nuevos y asombrosos:
Bestiario, Historia de cronopios y famas
Destaca por Rayuela, novela vanguardística, construída a partir de la técnica del collage y a modo de improvisaciones, produjo un gran impacto por los aspectos novedoso que incorpora (ej: propone dos lecturas diferentes de la obra)
.
(AÑOS 60)
La definitiva renovación novelística hispanoamericana se produce a partir de los años 60 con el boom de la narrativa hispanoamericana. Surgíó ligada al apoyo de las editoriales españolas, a partir del éxito de La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa.
También destacan obras como El astillero de Juan Carlos Onetti, destacando la obra maestra de Gabriel García Márquez,
Cien años de soledad
. Todos estos novelistas llevan las innovaciones a sus últimas consecuencias:
-Ampliación temática
Preferencia de lo urbano y diferente tratamiento de lo rural.
-El Realismo mágico es una constante en estos nuevos novelistas.
-La estructura del relato sufre una profunda experimentación, al igual que las técnicas narrativas. Desaparece la linealidad temporal, cambios en el punto de vista, monólogo interior.
-El lenguaje se enriquece con la superposición de estilos o registros, distorsiones sintácticas y léxicas.
-Vargas Llosa
El inicio de su producción literaria coincide con un boom editorial de los años 60, debido al prestigio que había adquirido la literatura hispanoamericana. Utiliza el Perú contemporáneo como marco de todas sus historias y en sus obras se aúnan realidades brutales y experimentación formal. Su primera novela, La ciudad y los perros, se desarrolla en un colegio militar de la ciudad de Lima. Recibíó el Premio Nobel de literatura en 2010.
-Gabriel García Márquez
En 1982 obtuvo el Premio Nobel de Literatura. Publica novelas cortas y cuentos:
La hojarasca, El coronel no tiene quien le escriba
Todos giran alrededor del pueblo de Macondo. La vida de ese pueblo acabó por tomar cuerpo en una prodigiosa novela:
Cien años de soledad, su obra maestra. Cuenta la historia de una familia y del mundo que los rodea. La obra es una gran síntesis de todos los elementos que se han dado en la narrativa hispanoamericana, todo ello traspasado por fuerzas sobrenaturales, humor y tragedia. Transmitiendo con Macondo, una imagen de la realidad de América Latina.
También destacan Crónica de una muerte anunciada, o El amor en los tiempos de cólera.
(TEATRO)
Al terminar la Guerra Civil el panorama del teatro es desolador. Los grandes maestros (Valle y Lorca) habían muerto, y la mayoría de autores importantes, como Benavente, se habían exiliado. Las dificultades con las que nos encontramos son: la destrucción de los locales teatrales durante la guerra, la situación de pobreza de la población que impide su asistencia al teatro y la existencia de una censura que impide toda crítica.
En un primer momento aparecerá un teatro de carácter propagandístico y se tenderá a hacer un teatro de tipo burgués y de entretenimiento, básicamente comercial, carente de todo tipo de crítica.
A finales de los 40 nos encontramos con dos hitos de gran importancia:
Tres sombreros de copa de Miguel Mihura, una obra humorística, escrita antes de la Guerra, que pertenece al teatro del absurdo; e Historia de una escalera, de Buero Vallejo, que gana el primer premio Lope de Vega e inicia un teatro de corte social que será la tónica durante los años 50. En ella aparecen temas como la Guerra Civil o la situación de pobreza de la sociedad española. Otros autores importantes son José María Pemán y Enrique Jardiel Poncela, autores de un teatro burgués basado en el entretenimiento.
Antonio Buero Vallejo
Desarrolló una extensa obra en la que expone críticas a determinados aspectos del Régimen (presos políticos, falta de libertad,etc). Fue detenido y condenado a muerte por colaborar con comunistas clandestinos, pero logra salir en libertad provisional en 1949 con “Historia de una escalera”, que alcanzó gran éxito. Además de un uso exhaustivo de los elementos escénicos, Buero utiliza un procedimiento que le permite burlar la censura, la presentación de los acontecimientos como hechos históricos.
Buero también empleó la aparición de personajes con taras físicas o mentales como un símbolo de la sociedad española, mutilada por el Régimen Franquista.
1ª Época:
hasta 1957: predomina un enfoque existencial. Desde el punto de vista técnico, las obras se ajustan a una estética realista y a lo que él mismo llamó “construcción cerrada”. Destacan:
Historia de una escalera (refleja un mundo donde las furstraciones se repiten debido al peso social y la debilidad personal), y En la ardiente oscuridad.
2ª Época:
de 1958 a 1970: es la etapa social, ahora se insiste en las relaciones entre individuo y su entorno. La necesidad de burlar la censura hace que cultive un tipo de drama histórico, en el que la anécdota de la historia es un pretexto para plantear problemas actuales. Destacan:
Un soñador para el pueblo, Las meninas; El concierto de San Ovidio, El tragaluz, El sueño de la razón
3ª Época:
Manifiesta una voluntad de no permanecer al margen de las innovaciones experimentales de los 70. La novedad técnica más llamativa son los “efectos de inmersión”, que nos hacer ver u oír las cosas tal y como las perciben o imaginan los personajes. Destacan:
La llegada de los dioses; La fundación; La detonación.
Durante los años 50 lleva a cabo una exclusiva dedicación a la creación teatral, y en los 60 realiza una práctica teatral con activismo político. Su vida hasta la muerte de Franco es una sucesión de choques con la censura, prohibiciones, multas e incluso periodos de prisión. En sus primeras obras, a finales de los 40, indaga en diversas posibilidades de rebelión y en los problemas éticos que la lucha cotidiana plantea a un revolucionario. Entre sus obras destacan “La mordaza”, “Tierra roja”, “Muerte en el barrio” y “Escuadra hacia la muerte”, el más conocido de esos años, en la que desarrolla la tensa convivencia entre un cabo tiránico y un grupo de soldados que bajo su mando han de desempeñar una misión suicida en primera línea del frente, en la obra aparecen algunos de los temas predilectos de Sastre: la opresión, la rebelión, la culpa, la expiación…
Durante los 60 se acentúa la preocupación social y se aprecia una renovación estética, buscando nuevos moldes expresivos. Comienza a denominar a sus obras tragedias complejas, en las que conjuga la tragedia clásica con el esperpento de valle-Inclán, el teatro épico de Brecht y el teatro-documento de Weiss, por lo que da paso a un nuevo componente dramático: el humor. Esa comicidad se da tanto en el lenguaje como en las situaciones y en el diseño de personajes, trazados de forma grotesca y ridiculizados. Otros rasgos de las tragedias complejas son: el uso de la ironía, fragmentación de obras, acotaciones, intervenciones del narrador, empleo de músicas y canciones, fotografías… Destaca “La taberna fantástica”.
Entre 1969 y 1971 desarrolla una vertiente peculiar de su obra: el interés por lo terrorífico y espeluznante se mezcla con el humor en “El escenario diabólico”.
Durante los años 60, el teatro de tipo social convivirá hasta los 70 con obras de carácter experimental. El teatro experimental generará una gran cantidad de obras excesivamente centradas en la actualidad. Cabe destacar a Fernando Arrabal, cuyo teatro se basa en una violencia y esrotismos extremos, tratados desde procedimientos surrealistas. SU obra no será estrenada en España hasta los 80.
Tras la muerte de Franco, el panorama teatral español se ve dominado por el reestreno de obras prohibidas durante el franquismo, como las de Lorca o Valle, quedando los jóvenes autores españoles en segundo plano. Durante los 80 se da un cierto resurgimiento del teatro, tratando temas como las drogas como José Luis Alonso de Santos con La estanquera de Vallecas o Bajarse al moro.
Sin embargo este teatro acabará por convertirse en el comercial, dominante desde los 60 con figuras como Alfonso Paso y la creatividad se verá reducida a las compañías independientes, como las surgidas en Cataluña:
Els joglars, El comediants o La fura del baus.
Estos grupos rechazaban el espectáculo conservador mediante la elaboración de una estética particular y de un intento de autofinanciación, perdieron la primacía de la palabra y potenciaron elementos sonoros y visuales, y el deseo de llegar a públicos más amplios y de conseguir la participación de los espectadores, los llevó a apropiarse de técnicas propias de la farsa, la pantomima, el teatro de títeres, el circo o el cabaret.