Novecentismo y Vanguardias: Dos Movimientos Literarios de Principios del Siglo XX

Introducción

Las vanguardias históricas son un conjunto de movimientos artísticos y literarios que se desarrollan en Europa y América en las primeras décadas del siglo XX. Constituyen la respuesta en el arte y la literatura a la crisis espiritual de Occidente, que se concreta en un radical descontento ante el presente en todos sus órdenes (social, ideológico, cultural…) y hacia todo el proceso histórico que ha conducido hasta él.

Desarrollo

Características de las Vanguardias

Aunque los distintos movimientos de vanguardia (futurismo, dadaísmo, expresionismo, surrealismo, cubismo, ultraísmo, creacionismo…) presentan rasgos específicos, podemos señalar algunos compartidos:

  • Primitivismo
  • Antirrealismo
  • Irracionalismo
  • Vocación minoritaria
  • Afán de experimentación, que se traduce en el empleo de técnicas rompedoras: caligrama, cadáver exquisito, poesía fonética, “collage”.

Los movimientos de vanguardia europeos más importantes son el futurismo, el cubismo, el expresionismo, el dadaísmo y el surrealismo, a los que hay que añadir, en el ámbito de la literatura española, el ultraísmo y el creacionismo.

El futurismo exalta el dinamismo, propone verbos en infinitivo, abolir los adjetivos y adverbios, eliminar las conjunciones y suprimir la puntuación.

El surrealismo es el que aporta mayor riqueza al lenguaje poético de los escritores españoles. Se trata de un movimiento de liberación integral del espíritu humano. El lenguaje surrealista de tipo onírico, no se dirige a nuestra razón, sino que quiere despertar en nosotros sentimientos y reacciones subconscientes. El surrealismo dejó una profunda huella en algunas obras fundamentales de la poesía en castellano de los años treinta como Poeta en Nueva York, de García Lorca.

Vanguardias en España

Ramón Gómez de la Serna es el principal introductor de las vanguardias en nuestro país y el creador de las greguerías.

El ultraísmo es el primer movimiento de vanguardia netamente español. Entre sus rasgos, destaca la influencia del futurismo. Su principal promotor fue Guillermo de Torre con sus poemas visuales (Hélices).

El creacionismo, creado por el chileno Vicente Huidobro y el francés Pierre Reverdy. El creacionismo pretendía que el poeta se convirtiese en el creador de un arte que, en vez de imitar la realidad, la suplantase.

El Novecentismo

En 1914, Azorín hablaba de un nuevo grupo de jóvenes a los que había que dar paso: los autores novecentistas, nacidos en torno a 1880, que configuran la segunda generación literaria del siglo XX, con nuevas orientaciones ideológicas y estéticas que no son ni las de la generación del 98 ni las del modernismo, pero no suponen aún la ruptura radical de la vanguardia. Se refiere a ensayistas como José Ortega y Gasset y a novelistas como Ramón Pérez de Ayala o Gabriel Miró.

Características del Novecentismo

  • Valoran el rigor, el equilibrio, la crítica objetiva de los problemas del momento con especial atención al reformismo burgués.
  • En la estética, desprecian todo lo que recuerde los excesos románticos, incluidas las nostalgias noventayochistas o el exceso de fantasía modernista.
  • Defienden el “arte puro“, que Ortega llamará “deshumanizado“, desprovisto de sentimentalismo, autónomo, válido por sí mismo, dirigido a una élite.
  • Poseen un estilo cuidado, elegante, que aspira a la “obra bien hecha”, con un lenguaje pulcro y riguroso, sin dejar por ello de ser brillante.

Autores Novecentistas

José Ortega y Gasset (1883-1955) es quizá el intelectual español más importante del siglo XX. Colaboró en periódicos como El Imparcial o El Sol y fundó, en 1923, la Revista de Occidente. Escribe fundamentalmente artículos periodísticos, aunque reúne diversos materiales en libros como Meditaciones del Quijote, La rebelión de las masas y La deshumanización del arte. La clave de su ideario es la necesidad de modernizar y racionalizar la sociedad, la cultura y el Estado españoles de la mano de unas élites intelectuales y desde una perspectiva europeísta y liberal.

Otros ensayistas de la generación del 14 son Eugenio d’Ors, creador del subgénero.

Los dos novelistas más destacados de la generación del 14 son Ramón Pérez de Ayala y Gabriel Miró. Los novelistas del 14 tienen en común el deseo de renovar el género aportando, con diferentes estrategias narrativas, una concepción distinta de la novela.

Gabriel Miró (1879-1930) cultivó en Nuestro padre San Daniel o El obispo leproso, lo que se llamó novela descriptiva o formalista: obras en las que la trama cede terreno a una elaborada descripción de ambientes, llenas de referencias sensoriales.

Ramón Pérez de Ayala (1880-1962) representa la novela intelectual o de ideas, donde la acción no es lo más importante sino los diálogos y las ideas que en ellos se defienden, así como el carácter alegórico de sus personajes, con obras como Tinieblas en las cumbres (1907), y Trotteras y danzaderas (1913).

Juan Ramón Jiménez

En poesía, Juan Ramón Jiménez (1881-1958) es figura fundamental de este periodo en la que convergen todas las tendencias y cuyo magisterio fue indudable para los poetas de la generación del 27. Para él la poesía es belleza, un modo de conocimiento, de inteligencia, de penetración en la esencia de las cosas y, finalmente, es expresión de un ansia de eternidad; de ahí su obsesión por la fugacidad de las cosas y su especial idea de Dios, a quien identifica con la Naturaleza, con la belleza absoluta, o con la propia conciencia creadora. Su trayectoria poética se suele dividir en tres etapas:

  1. Sensitiva o modernista, con obras como Arias tristes (1903) y Jardines lejanos.
  2. Pura o desnuda, intelectual, con Diario de un poeta recién casado (1917).

Conclusión

En suma, estos dos movimientos de principios de siglo XX, novecentismo y vanguardias, suponen dos posturas rebeldes contra las circunstancias sociopolíticas y estéticas de final del siglo XIX, que dejarán su huella en generaciones posteriores, principalmente, en la generación del 27.