Nacionalismos y Crisis Colonial en España a Fines del Siglo XIX

El Surgimiento de los Nacionalismos Periféricos en España

Tras cuarenta años de revolución liberal burguesa, en España emergieron movimientos regionalistas periféricos. Estos movimientos se nutrieron de movimientos culturales preexistentes, como la reinaixença catalana, el rexurdimento gallego y el carlismo vasco-navarro, que buscaban recuperar costumbres y peculiaridades lingüísticas. Estos movimientos adquirieron tintes políticos, algunos cristalizando en nacionalismos que reivindicaron autonomía (catalanes) o independencia (vascos). Inicialmente, sus bases sociales fueron las clases medias y populares, pero luego se convirtieron en un instrumento político para la burguesía periférica en su búsqueda de concesiones al Estado central.

El Catalanismo Político

El catalanismo político fue un movimiento autonomista y democrático que surgió en los años ochenta, liderado por Almirall y Prat de la Riba. En 1891, se creó la Unió Catalanista, que integró diversas sensibilidades y dio paso al nacionalismo. Su programa político, presentado en las Bases de Manresa en 1892, proponía una Cataluña liberal y moderada, con un parlamento propio y el catalán como lengua oficial, pero integrada en España.

El Nacionalismo Vasco

El nacionalismo vasco tuvo como bases sociales al campesinado y la pequeña burguesía derrotados en la Tercera Guerra Carlista. Desarrollaron un movimiento nacionalista basado en la diferencia de la lengua y la raza vascas, que consideraban en peligro por la supresión de los fueros de 1876 y la llegada de inmigrantes. Su líder ideológico, Sabino Arana, fundó el Partido Nacionalista Vasco (PNV) en 1895, de ideología antiliberal, racista y ultracatólica, que proponía una Euskadi independiente. Posteriormente, un sector de la burguesía urbana e industrial vasca financió su crecimiento y lo reorientó hacia una estrategia autonomista.

El Nacionalismo Gallego y Otros Regionalismos

El nacionalismo gallego nació a finales de siglo, a partir del rexurdimento de su lengua literaria y las ideas federales. Su primer ideólogo, Alfredo Brañas, teorizó sobre la naturaleza nacional gallega. Sin embargo, el galleguismo no cristalizó políticamente hasta el siglo XX. En Andalucía, Valencia y Aragón también surgieron corrientes regionalistas, aunque con escasa presencia política, que reivindicaban descentralización y formas de autogobierno.

Guerra Colonial y Crisis de 1898

Los gobiernos de la Restauración apostaron por mantener el imperio de ultramar, lo que llevó a España a una serie de guerras coloniales que culminaron en 1898 con la guerra contra Estados Unidos. La derrota supuso la liquidación del imperio colonial y provocó una profunda crisis nacional.

La Política Colonial Española y las Insurrecciones

La política colonial de los partidos dinásticos buscaba mantener el prestigio militar y político de la Corona y defender los intereses de la oligarquía española y criolla. Ante las insurrecciones cubana y filipina, se optó por una política belicista, criticada por socialistas, anarquistas y nacionalistas. Se cometieron errores como la tardanza en adoptar medidas autonomistas, la política exterior aislacionista y la subestimación del potencial de Estados Unidos.

El Independentismo Cubano

El problema más grave fue el independentismo cubano, cuyo origen se remonta a la Guerra de los Diez Años (1868-78) y al incumplimiento de los acuerdos de la Paz de Zanjón, lo que dio lugar a la Guerra Chiquita (1879), que se saldó con una dura represión.