El Vitalismo y el Problema de la Vida
El término vitalismo consta por un lado de la doctrina filosófica que postularía que los organismos vivos se caracterizan por poseer una fuerza o impulso vital que la diferencia de forma fundamental de las cosas inanimadas.1 Tradicionalmente se describe como una fuerza inmaterial específica, distinta de la energía estudiada por la física y otro tipo de ciencias que, actuando sobre la materia organizada, daría como resultado la vida y sin la que sería imposible su existencia. Este fundamento físico en su sentido más puro se encuentra actualmente rechazado, no obstante, también encuentra base en fundamentos antropocéntricas o racionalistas, entre otros.
Asimismo, dicho término puede referirse a la “defensa de la vida” en todas sus formas partiendo de movimientos como el animalismo, el antiabortismo, elantimilitarismo, el ecologismo, el pacifismo o el vegetarianismo. Los planteamientos más radicales de esta segunda definición vienen del maestro jaina Mahāvīra, quien combinó el ascetismo de Pārśvanātha con las enseñanzas de los naturalistas “ājīvikas”, término que, en sánscrito, significa “vivientes”:
El humanismo que defiende el vitalismo cósmico está ligado a la defensa de la vida como concepción ambiental, pero también la vida como dignidad de la vida humana. El vitalhumanismo está ligado a la reorientación del deseo. Esta reorientación apunta, en primer lugar, al autocontrol de la posesión de bienes y, en segundo lugar, a la defensa de la vida […]; para mí una filosofía de la vida tiene que crear una ética de la vida biólógica, del ambiente y, por otra parte, de la calidad de la vida social […]. Es una filosofía proyectada al porvenir, en la medida en que se compromete con la defensa de la vida.
Ante el fracaso del mecanicismo cartesiano en la explicación de la singularidad de lo orgánico, el vitalismo empieza a expandirse por Europa a finales del siglo XVIII. En biología, este cuadro teórico tuvo un momento fecundo, porque apartaba lo vivo del mecanismo y las explicaciones causales reductivas del pensamiento cartesiano del Siglo XVII sin caer en lo sobrenatural. En sentido estricto, el término “vitalismo” designa la escuela de Montpellier y su principal exponente Paúl Joseph Barthez (1734-1806). Esta hipótesis fue descartada por la mayoría de los científicos en el momento que Friedrich Wöhler sintetizó un compuesto orgánico, la urea, a partir de compuestos inorgánicos en 1828.
Posteriormente, éste le escribíó a Berzelius diciéndole que había sido testigo de “una gran tragedia de la ciencia, la muerte de una bella hipótesis por un hecho feo”. La “bella hipótesis” era el vitalismo; el “hecho feo”, la placa con los cristales de urea. Años después, W. Williams diría que el vitalismo es parte de la base de un gran número de “pseudociencias”, término utilizado, en este caso, de manera peyorativa.
El Vitalismo en Estados Unidos
En el siglo XI1 surge quien es probablemente el más grande filósofo estadounidense: Ralph Waldo Emerson, fundador del movimiento trascendentalista, dueño de un pensamiento originario basado en la observación de la naturaleza. Emerson pasó su vida impartiendo conferencias por todo el país, convirtiéndolas luego en ensayos que fue publicando progresivamente hasta que éstas fundaron un nuevo pensamiento, al tiempo que proclamaba la independencia literaria de su país. Emerson influyó en el vitalismo de Walt Whitman y en un pensador tan importante como Henry David Thoreau, quien a su vez repercutíó en las ideas pacifistas y libertarias de Mahatma Gandhi. Siendo cristiano, Emerson tuvo serias diferencias con la iglesia y fue abolicionista de la esclavitud, Es en verdad Emerson el primer pensador liberal de ese país, un filósofo que potencia los valores del individuo y del Yo, un vitalista, un optimista afirmativo, un verdadero árbol de la filosofía norteamericana.
John Dewey, filósofo nacido en Burlington, Vermont, Estados Unidos
Es llamado por muchos el padre de la educación renovada John Dewey estudio los sistemas educativos en México, China, Turquía, Japón y la Uníón Soviética. Concibió la escuela como un espacio de producción y reflexión de experiencias relevantes de vida social que permite el desarrollo de una ciudadanía plena.
Dice Dewey: “toda educación deriva de la participación del individuo en la conciencia social de la especie “. John Dewey se le conoce por sus escritos sobre educación, también escrituras influyentes tratados sobre arte la lógica, ética y la democracia en donde su postura se basa en que solo se podría alcanzar la plena democracia a través de la educación y la sociedad civil
El Vitalismo en Europa
El vitalismo europeo se opone a las explicaciones mecanicistas que presentan la vida como fruto de la organización de los sistemas materiales que le sirven de base. Es un aspecto del voluntarismo que argumenta que los organismos vivos, no la materia simple, se distinguen de las entidades inertes porque poseen fuerza vital o élan vital, en francés, que no es ni física, ni química. Esta fuerza es identificada frecuentemente con el alma o el espíritu del que hablan muchas religiones. Los vitalistas establecen una frontera clara e infranqueable entre el mundo vivo y el inerte. La muerte, a diferencia de la interpretación mecanicista carácterística de la ciencia moderna, no sería efecto del deterioro de la organización del sistema, sino resultado de la pérdida del impulso vital o de su separación del cuerpo material.
Desde la publicación de El tema de nuestro tiempo en 1923, José Ortega y Gasset es considerado como el representante español por excelencia del vitalismo europeo. Aparte de la tarea de encontrar términos comunes, las clasificaciones que se ocupan de la corriente filosófica europea, derivan de las particularidades de la individualidad del filósofo – es su máximo representante español. Las investigaciones orteguianas y del pensamiento español en cambio, describen la construcción cultural e institucional del joven Ortega alrededor de la fecha de 1914 con el concepto de ‘europeización de España’, ligado a la definición de una generación de reformadores estatales, con acciones políticas e institucionales hasta su culminación en la Agrupación al Servicio de la República.
Ante el fracaso del mecanicismo cartesiano en la explicación de la singularidad de lo orgánico, el vitalismo empieza a expandirse por Europa a finales del Siglo XVIII.
Filósofos más famosos en Europa: Schopenhauer, Nietzsche y Bergson
Schopenhauer
Estipulaba que La voluntad, que es realidad, es irracional: es la expresión del querer vivir, que se manifiesta como deseo de satisfacer apariencias vitales. Pero como el querer vivir supone en la mayoría de ocasiones “insatisfacción”, la voluntad de vivir, siempre insasiada, es un mal, que nos produce dolor, y por tanto, lo es el mundo y nuestra vida. Esto hace que la filosofía de Schopenhauer sea un riguroso pensamiento.
Para aliviar el dolor, recurre a su ética “la compasión”, también el arte y sobre todo la música; pero son remedios pasajeros. La única salvación definitiva es la
“superación de la voluntad de vivir”. Si la voluntad se anula, entramos en el “nirvana”; y, esto, que páresé una simple aniquilación, es realidad el mayor bien, la verdadera salvación, lo único que pone fin al dolor y al descontento del querer siempre insatisfecho. (influencia oriental).
Nietzsche
Fue el seguidor de Schopenhauer y el vitalista más importante. Su filosofía está presente en el Existencialismo, una de las corrientes más relevantes en el Siglo XX.
“Dios ha muerto”
A parte de ser uno de sus más famosos libros, también quiso dar a entender el siguiente punto:
Es la forma de decir que la moral de Occidente ya no es capaz de actuar como código moral. El ideal del hombre superior hará sus propios valores basados en el vitalismo y no en el cristianismo.
A su vez este libro afirma 2 cosas:
La secularización de Europa: quitar de todo a Dios y cualquier valor que esté relacionado con el y suplantarlo con valores vitales.
El hombre como ser autosuficiente: su labor será desenmascarar la gran mentira del cristianismo, moral de esclavos.
Bergson
Bergson sostiene el vitalismo (ver) hostil a la ciencia biológica. Substituye la concepción científica de la evolución orgánica por la teoría mística de la “evolución creadora”, que tiene por base el “impulso vital”. Esta concepción anticientífica conduce a Bergson a la idea de Dios, fuerza motriz del universo.
El Vitalismo en Latinoamérica
Alberto Masferrer fue un pensador autodidacta salvadoreño, de vocación centroamericanista, que influyó notablemente en todo el pensamiento
latinoamericano de las primeras décadas del Siglo XX”, dijo Casaus, quien es especialista en el pensamiento vitalista del referido autor salvadoreño. Este pensador sosténía que todo ciudadano que supiera leer y escribir debía enseñar a quien no supiera y que los gobiernos de turno debían diseñar y organizar las políticas educativas en función de la vida de los salvadoreños.
“El Mínimum Vital”, es, sin duda, una de las primeras declaraciones de derechos humanos», comentó Casaus, sobre el texto en el que se citan los derechos al trabajo, alimentación, respeto al medioambiente y otros muchos derechos, como el voto de las mujeres.
El Vitalismo, acuñado por Masferrer, Casaus declaró que es una filosofía y corriente de pensamiento propiamente centroamericana. Asimismo, afirma que dicha fuente de inspiración es una síntesis creativa entre el pensamiento oriental y occidental pues, como bien dice Masferrer, “el Vitalismo es una doctrina sintética de la vida, una cristalización, que es a su vez filosofía, religión, arte, ciencia, moral, economía y derecho”