A Proserpina se la representa en el momento en que Plutón la rapta llevándosela en su carro: la muchacha levanta los brazos al cielo en señal de desesperación. A Plutón se le representa como un hombre de barba tupida y negros cabellos; a veces lleva una corona y blande un bidente; a un lado puede aparecer Cerbero.
Proserpina, hija de Júpiter y Ceres, es la reina de los infiernos. Plutón, hijo de Rea y Saturno, por tanto, hermano de Júpiter, señor del reino de las sombras, enamorado de la muchacha, la rapta mientras ella cogía flores con una ninfas en el llano de Enna, en Sicilia, y la hace su esposa. Orgulloso el dios con su presa, lanzó a todo correr sus caballos negros, abrió la tierra con un golpe de su cetro y se hundió en el reino de las tinieblas. Este rapto se realizó con la complicidad de Júpiter y en ausencia de Ceres. Al enterarse ésta de la desgracia, partió precipitadamente en busca de su hija, recorrió las montañas, exploró las cavernas y los bosques, atravesó los ríos, encendiendo al llegar la noche dos antorchas para poder continuar su camino en la oscuridad. Al llegar al lago de Siracusa encontró allí el velo de Proserpina y comprendió que el raptor de su hija había pasado por aquel lugar; después supo por
boca de la ninfa Aretusa que el raptor era Plutón. Ceres, al saber dónde se encuentra su hija, se retira enojada, lo que provoca carestías y sequía en la tierra. De modo que Júpiter ordena a Plutón que restituya a Proserpina a su madre; sin embargo, la joven ha comido un grano de granada y eso basta para unirla definitivamente al mundo del más allá. En efecto, según la tradición, quien llegue al mundo de los muertos y coma allí cualquier cosa, no puede volver al mundo de los vivos. Así pues, Júpiter ordena que la hija de Ceres pase dos tercios del año en la tierra y un tercio con Plutón en el reino de los muertos. Según otros autores debe pasar la mitad del año en la tierra y la otra mitad en los infiernos.
A Proserpina se la celebra en el ámbito de las fiestas eleusinas, organizadas también en honor de Ceres. El culto de la diosa estaba difundido sobre todo en Sicilia, donde se pensaba que había ocurrido el rapto. En el ámbito iconográfico, Proserpina puede estar acompañada de Mercurio, el mensajero de los dioses, al que algunos atribuyen la función de benefactor. La granada, en cuanto fruto relacionado con Proserpina, fue considerada ya desde la Edad Media símbolo de resurrección.
A Vulcano se le suele representar en su fragua, mientras forja metales. Atributos del dios son el yunque y el martillo. A veces le rodean los Cíclopes, sus ayudantes.
Vulcano, hijo de Júpiter y Juno, es el dios del fuego y herrero de los dioses, presentado en los relatos míticos como un dios cojo, defecto que, según algunos mitos, se remonta a su nacimiento. Por ese motivo, Juno, avergonzada de él, arrojó del Olimpo al hijo todavía en pañales. Caído en el Océano, Vulcano fue recogido por Tetis, que lo crió durante nueve años. En cambio, según otra versión del mito, el defecto de Vulcano se debió a Júpiter, quien, en un momento de ira, mientras discutía con Juno, Vulcano salió en defensa de su madre, lo agarró por un pie y lo arrojó del Olimpo. El dios estuvo cayendo durante un día entero hasta que al atardecer cayó sobre la isla de Lemnos y fue acogido y curado por los sintios, la población del lugar; por ello el culto de Vulcano se celebraba especialmente en esta isla; también se le honraba en las islas de origen volcánico, como Sicilia. En Roma el culto de Vulcano tenía orígenes muy antiguos.
Además es el dios de los metales y la metalurgia, y reina sobre los volcanes, que son sus talleres, y en ellos trabaja con sus ayudantes los Cíclopes.
Vulcano se casó con Venus, quien le traicionó con Marte. Informado por el Sol de la infidelidad de su mujer, el dios preparó una red invisible que colocó sobre el tálamo (asunto que se observa en la obra de Velázquez). Apenas los dos amantes se acostaron, quedaron atrapados en la red. Luego Vulcano llamó a todos los dioses para que fueran testigos de la traición. Ese episodio ha atraído la fantasía de muchos artistas que, a veces, han reelaborado el mito aportando en sus pinturas soluciones originales. Vulcano aparece también solo con Venus en su fragua o mientras la diosa de la belleza le pide las armas para Eneas (momento representado en la obra de Le Nain) o cuando le entrega a Tetis las armas de Aquiles.
Encontramos otros mitos relacionados con Vulcano; así pues, ayudó a Júpiter en la batalla contra los gigantes, encadenó a Prometeo en el Cáucaso, creó y modeló a Pandora del fango, ayudó al nacimiento de Minerva al hender la cabeza de Júpiter.