Militarismo Japonés y el Ascenso de los Fascismos en Europa

El Militarismo Japonés

La Revolución Meiji había convertido a Japón en una potencia económica y en el estado más poderoso del continente asiático. Desde principios del siglo XX, Japón había evolucionado hacia un sistema fuertemente expansionista, marcado por un fuerte militarismo. La adopción de usos y costumbres europeos fue el origen de una crisis de identidad en Japón, que derivó en la aparición de grupos y sociedades de corte ultranacionalista.

La Crisis Interna

La Primera Guerra Mundial había favorecido el crecimiento económico nipón, que permitió la expansión de los productos japoneses en los mercados asiáticos e impulsó el crecimiento de la población y un proceso de urbanización acelerado. Durante la Gran Guerra, Japón amplió su flota mercante y su marina, lo que le permitió convertirse en la tercera potencia naval del mundo. La recuperación de los flujos comerciales europeos tras el fin de la guerra colocó en dificultades a la economía japonesa, agravada por el proceso inflacionista iniciado en los años de prosperidad, que dio lugar a una creciente conflictividad social. La crisis llegó a su punto culminante en 1921, con el asesinato del primer ministro Hara Takashi, del partido liberal. El 1 de septiembre de 1923 tuvo lugar un violento terremoto que asoló Tokio y que no hizo sino acrecentar la crisis socioeconómica. Además, a la conflictividad laboral vino a sumársele una súbita agitación de tipo xenófobo contra la población inmigrante.

La Radicalización Política

Hirohito fue proclamado nuevo emperador. Muchos intelectuales se oponían a la monarquía tradicional y al poder absoluto del emperador. De hecho, en sus primeros años de gobierno, el parlamento japonés adoptó medidas de aperturismo político y se concedieron ciertas libertades sociales. Los zaibatsus hicieron que el régimen parlamentario no gozara de un fuerte apoyo social. Ante las demandas crecientes de reformas del sistema político japonés, los sectores conservadores apostaron por la defensa a ultranza de la monarquía imperial y por la radicalización del mensaje nacionalista. El estado japonés emprendió su transformación hacia un sistema totalitario que culminó en 1940 con la prohibición de los partidos políticos. Desde ese instante, se impuso en los sectores conservadores de la sociedad, y en muchos cuadros del ejército, lo que se conoce como panasiatismo.

El Imperialismo Nipón

Otro de los grupos de presión en Japón lo constituía el ejército, donde proliferaron las sociedades de índole ultranacionalista y que, a diferencia de la clase política, sí poseía un gran prestigio social. La superioridad económica y militar de Japón con respecto a los estados vecinos propició la aparición de un creciente panasiatismo. El creciente expansionismo imperialista defendido por el nacionalismo japonés se vio favorecido por un discurso que insistía en las limitaciones naturales del archipiélago japonés para mantener su independencia y liderazgo en Asia, por:

  • Su escaso territorio era incapaz de proporcionar lo que precisaba una economía en expansión: materias primas y mercados.
  • El fuerte crecimiento demográfico había desvelado un problema de superpoblación en el que la ocupación de otros territorios se vislumbraba como la única solución viable.

El nacionalismo japonés justificó la política expansionista como una prolongación natural. En 1932 fue asesinado el primer ministro Inukai Tsuyoshi; este hecho puede simbolizar el fin de la política tradicional y la irrupción del ejército como institución de presión en la política imperial:

  • Japón ocupó Corea, las costas continentales y el interior de China, donde estableció el protectorado de Manchukuo, que consideró su área natural de expansión y que, en 1934, fue incorporado al imperio.
  • En 1937 inició una guerra con China. Dos años más tarde firmó un pacto con Alemania e Italia, por el que entró en la Segunda Guerra Mundial.
  • En 1938, el primer ministro japonés anunció la consecución de “un nuevo orden” en Asia Oriental. Japón trató de conquistar todo el sudeste asiático, bajo el pretexto de crear una zona de seguridad.

Al igual que los otros sistemas totalitarios, su política económica estuvo basada en el crecimiento rápido de la industria pesada. El rearme fue facilitado por la concentración de grandes corporaciones industriales.

Los Fascismos: Rasgos Generales

¿Qué es el Fascismo?

El fascismo fue un movimiento político que nació en el periodo de entreguerras, y se caracterizó por la exaltación de la nación, desde planteamientos excluyentes y agresivos, por el militarismo, por el antimarxismo, el antiliberalismo y el rechazo del modelo parlamentario, y por el totalitarismo. Bajo dicha denominación existieron muchos modelos políticos. Por ello se suele hablar de fascismos, para referirse a opciones políticas y regímenes que compartieron algunos rasgos básicos, como la subordinación del individuo a la nación, y su carácter antidemocrático y totalitario.

Fundamentos Ideológicos de los Fascismos

Desde finales del siglo XIX proliferaron todo un conjunto de teorías que terminaron sirviendo de base ideológica para los movimientos fascistas; podemos destacar las siguientes:

  • Nacionalismo: La nación se convirtió en el auténtico elemento catalizador de los fascismos. Se trataba de un nacionalismo exacerbado y excluyente, de carácter expansivo, mediante la anulación del individualismo por los intereses superiores de la comunidad nacional.
  • Irracionalismo: Corriente filosófica que rechazaba el pensamiento procedente de la Ilustración. Sus principales autores fueron Schopenhauer y Nietzsche.
  • Decadentismo: Corriente cultural que criticaba los valores del liberalismo burgués y planteaba una visión pesimista y elitista de la sociedad.
  • Darwinismo social: Las teorías de Darwin sobre selección natural fueron aplicadas por algunos autores en el plano social, donde establecían la supervivencia del más fuerte como explicación del funcionamiento de las estructuras humanas.
  • Corporativismo: Concepción de la sociedad como una organización basada en corporaciones, de claras reminiscencias tradicionales puestas al servicio del estado. Niega la lucha de clases y unifica en una misma organización a trabajadores y empresarios.
  • Futurismo: El fascismo se apropió de algunos planteamientos y representantes del futurismo, al combinar la crítica a los valores de la decadente sociedad burguesa con el canto a la técnica y la supeditación del individuo, como consecuencia de la deshumanización de la era del maquinismo.

Características de los Fascismos

Aunque cada régimen fascista tuvo sus peculiaridades, existen una serie de características aplicables a los modelos más significativos:

  • Rasgos políticos:
    • Rechazo del liberalismo y del parlamentarismo democrático, sustituidos por una sociedad disciplinada y autoritaria.
    • Antimarxismo, pues la lucha de clases contraviene los intereses nacionales.
    • Supremacía del estado, es decir, obligación de la ciudadanía.
    • Nacionalismo expansionista, agresivo y militarista.
    • Partido único, cuyos intereses eran identificados y ligados.
    • Líder carismático, entendido como la personificación de los valores supremos de la patria.
  • Rasgos económicos:
    • Autarquía, puesto que los demás países son percibidos como enemigos.
    • Imperialismo. La superioridad de la nación hace que el resto sean utilizados en beneficio de los intereses nacionales.
    • Programas de obras públicas como medio para reducir las altas tasas de desempleo y otorgar al estado un “prestigio monumental”.
    • Economía de guerra, basada en la construcción de armamentos y en la militarización de la ciudadanía.
  • Rasgos sociales y culturales:
    • Control exhaustivo de la sociedad, obligada a encuadrarse en diversas asociaciones relacionadas con el partido único.
    • Elitismo. Se plantea una sociedad jerarquizada, en la que una cúspide intelectual posee el cometido de dirigir a las masas.
    • Víctimas expiatorias, que explican los males de la nación.
    • Control minucioso de los medios de comunicación. Los regímenes totalitarios fueron pioneros en la utilización de los nuevos medios de comunicación de masas con fines propagandísticos.
    • Empleo de la violencia interna para reprimir cualquier tipo de oposición.

El Fascismo Italiano

La Crisis Sociopolítica en Italia

Finalizada la Gran Guerra, Italia se vio sumida en una profunda crisis, que terminó desembocando en el ascenso del fascismo. Las claves de dicha crisis fueron:

  • El malestar tras la Primera Guerra Mundial: los acuerdos de paz no dejaron satisfechas las reivindicaciones territoriales italianas.
  • La crisis del sistema democrático en Italia: la imposibilidad de crear gobiernos estables fue aprovechada por el fascismo.
  • La crisis económica: el esfuerzo asumido durante la guerra había agotado a la economía italiana.
  • La conflictividad laboral: el movimiento obrero mostró un gran nivel organizativo y desencadenó una oleada de protestas.
  • El miedo a la revolución, incrementado tras el triunfo bolchevique, caló en importantes sectores económicos y sociales de la Italia de posguerra.

La Toma del Poder

La conquista del estado italiano por el fascismo comenzó en 1919, cuando Mussolini fundó las primeras milicias fascistas. El futuro dictador había militado en las filas socialistas, pero tras la guerra decidió crear su propio partido, consiguió atraer a importantes sectores descontentos con la situación italiana. La creciente presencia en la calle del comunismo alarmó a los sectores tradicionales y al nacionalismo de derecha, como consecuencia de la debilidad de los partidos de centro y de la crisis económica. En 1921, Mussolini creó el Partido Nacional Fascista, cuyos miembros más jóvenes fueron usados para acabar violentamente con la influencia de los comunistas y socialistas. La violencia se apoderó de las calles de las ciudades y se extendió por el campo; los camisas negras fascistas se encargaron de incrementar la conflictividad social con constantes ataques a líderes obreros. En 1922, Mussolini organizó la Marcha sobre Roma; se trató de una concentración nacional de fascistas que marcharon hacia la capital como muestra de su poder de convocatoria.

El Régimen Fascista

Una vez en el poder, Mussolini dio los pasos necesarios para acabar con la democracia y convertirse en dictador, en Duce. Con los recursos del estado, los grupos fascistas se hicieron con el control de la calle y se lanzaron a implantar un régimen autoritario mediante distintas medidas:

  • La violencia política como medio para acabar con cualquier tipo de oposición:
    • En 1924 llegó a su momento más álgido, con el asesinato del líder de los socialistas; con su desaparición, toda la oposición a Mussolini pasó a estar amenazada.
    • Tras el cierre del parlamento en 1925 comenzó una nueva etapa en la historia italiana.
    • El Partido Nacional Fascista se convirtió en partido único, en la que todos los candidatos pertenecían al PNF.
    • Ese mismo año, Mussolini firmó con la Santa Sede los Pactos de Letrán, acuerdos que pusieron fin al litigio existente entre el Papado y el gobierno.
  • El modelo socioeconómico de estado totalitario italiano se basó en el corporativismo, inspirado en las corporaciones gremiales de la Edad Media:
    • Se trataba de un sistema de organización obligatorio, que regulaba la vida económica y social. En 1927, se promulgó la Carta di Lavoro.
    • La economía proteccionista se centró en el sector industrial y en las grandes explotaciones agrícolas. La creación, en 1933, del IRI fue el origen de un proceso de industrialización que la propaganda convirtió en orgullo nacional para devolver a Italia el prestigio internacional perdido.

Orígenes del Nacionalsocialismo

Alemania fue la gran derrotada en la Primera Guerra Mundial y la más humillada en la Paz de Versalles. La nueva República de Weimar tuvo que hacer frente desde el principio a graves dificultades. El fascismo alemán o nacionalsocialismo se convirtió pronto en la más agresiva de las ideologías fascistas.

La Crisis de Posguerra

Para entender el ascenso del nazismo en Alemania, hay que tener en cuenta dos factores fundamentales:

  • La excesiva dureza del Tratado de Versalles, por el que Alemania era tratada como la única culpable de la Primera Guerra Mundial:
    • Las condiciones de paz obligaban al pago de unas compensaciones económicas muy elevadas.
    • Se impusieron duras condiciones territoriales. Los nazis supieron instrumentalizar esta humillación en su beneficio.
    • Los políticos de la nueva República de Weimar fueron considerados traidores a la patria por haber aceptado las condiciones impuestas por el Tratado de Versalles.
  • La mejoría económica desde 1924, sobre todo tras la aplicación del Plan Dawes, se vio bruscamente frenada al estallar la crisis económica de 1929. En 1933, había 6 millones de parados, muchos de los cuales pasaron a engrosar las filas del Partido Nazi.

La Creación del Nazismo

En 1920, Hitler ingresó en el Partido Obrero Alemán. Su programa de 25 puntos contenía todos los objetivos del nacionalismo:

  • No reconocimiento del Tratado de Versalles.
  • Rearme militar, expansionismo y constitución de la Gran Alemania.
  • Antisemitismo, xenofobia y racismo.
  • Antiparlamentarismo y antimarxismo.

En agosto de 1921, Hitler ya era jefe del Partido Nazi y comenzó el cambio de estrategia para llegar al poder; disponía de una fuerza paramilitar, las SA o Secciones de Asalto, que se encargaron de reprimir a comunistas y socialistas. En 1923, se lanzó a la conquista del poder. Sin embargo, el golpe de Estado de Múnich fue desbaratado y Hitler encarcelado. En prisión redactó su ideario en Mein Kampf (Mi lucha), y también en la cárcel concluyó que el ascenso al poder debía ser realizado por la vía democrática. Cuando el Crac del 29 dejó sentir sus efectos en Alemania, el NSDAP era una fuerza minoritaria; tres años después, Hitler estaba en disposición de ocupar el cargo de canciller.

El Ascenso al Poder

Ante la indiferencia de los conservadores y la división de la izquierda, las maniobras políticas de los nazis precipitaron el hundimiento de la República de Weimar. Apoyado en un lenguaje antijudío, en el revanchismo por la derrota militar y en los efectos de la aguda crisis económica, el Partido Nazi fue aumentando sus apoyos hasta llegar a 230 escaños en el Reichstag. Las SA incrementaban la violencia callejera para intimidar a la población y acabar con sus enemigos políticos.