Mezquita de Córdoba: Joya del Arte Califal y su Evolución Arquitectónica

Arte Califal: La Arquitectura de la Mezquita de Córdoba

Sin duda alguna, el monumento más bello construido durante el Califato y una de las joyas del arte islámico occidental es la Mezquita de Córdoba. Su configuración actual es el fruto de cuatro ampliaciones, que se fueron añadiendo a la obra original entre los siglos VIII y X bajo el mandato de emires y califas cordobeses, excluyendo los añadidos cristianos posteriores.

Núcleo Original: Obra de Abderramán I (786-788)

Este emir mandó construir una mezquita sobre el antiguo solar que ocupaba la basílica visigoda de San Vicente. El oratorio estaba compuesto por 12 naves transversales (dirección Este-Oeste), cortadas por otras 11 longitudinales (dirección Norte-Sur, es decir, hacia el Guadalquivir). La gran novedad arquitectónica es la disposición de las arquerías que sujetan el techo, que en realidad son dobles: las arcadas inferiores están formadas por arcos de herradura, con dovelas alternativas de ladrillo rojo y piedra (juego cromático) y las superiores de arcos de medio punto que se apoyan sobre pilares de ladrillo colocados sobre las columnas con capiteles. Esta solución novedosa, probablemente de procedencia romana (¿acueducto de los Milagros, Mérida?), es muy útil para poder elevar la altura del conjunto, dado el escaso porte de los fustes, sin la cual el techo quedaría demasiado bajo. Así, el conjunto columna-capitel-pilar sirve de soporte a los arcos que sujetan el techo; como este conjunto es estructuralmente débil, se refuerza a media altura con arcos de herradura. Los capiteles y fustes son de acarreo (procedencia romana y visigoda), por eso son muy variados. Esta estructura condicionó las sucesivas ampliaciones que tuvieron que amoldarse a lo construido. Esta fase la terminó Hixem I (788-796) quien construyó el alminar y el patio de las abluciones.

Ampliación de Abderramán II (833-848)

Derribo del muro de la quibla de la obra original y ampliación de la sala de oración hacia el Sur, añadiendo 8 naves transversales más. Los materiales siguen siendo de acarreo. Las obras fueron terminadas en tiempos del emir Muhammad I.

Ampliación de Abderramán III (946)

El primer califa se limitó a ampliar el patio y reconstruye el alminar siguiendo un nuevo modelo: se abandona el modelo de torre helicoidal de tradición oriental, siendo sustituida por una torre de base cuadrangular, tipología que servirá de modelo a los minaretes almohades (la Giralda) y a los campanarios mudéjares. La torre se remata con el yamur, estructura formada por 4 esferas de bronce, colocadas de mayor a menor tamaño, que simbolizan la fe musulmana.

Ampliación de Alhakén II (961-966)

El hijo de Abderramán III añade 12 naves transversales más hacia el Sur. Es la ampliación de más calidad de la mezquita y el autor del proyecto es el chambelán Chafar. El diseño de las arquerías es idéntico a las fases anteriores, pero los capiteles y los fustes (alternancia de azules y rojos) son tallados expresamente para la obra. También es novedad el empleo de elegantes arcos polilobulados, como los que hay en la maqsura, cubierta con 3 cúpulas nervadas de arcos descentrados que son muy típicas del arte musulmán. La maqsura es un espacio cerrado con rejas y reservado al califa, que así está separado del resto del pueblo y se evitan atentados. Centrando la maqsura se encuentra el mihrab, sin duda la joya de esta mezquita: Chafar lo concibe como una pequeña habitación octogonal, en vez de la sencilla hornacina horadada en la quibla. Artesanos musivarios bizantinos fueron llamados para decorar con mosaicos la fachada del mihrab y la cúpula central de la maqsura. La fachada presenta atauriques, enmarcados por un alfiz y oraciones coránicas. La cúpula del mihrab tiene forma de venera (concha, símbolo de perfección en el mundo clásico) y está adornado con pequeños arcos polilobulados.

Ampliación de Almanzor (987-990)

El poderoso ministro de Hixem II y gran guerrero, mandó construir la ampliación de más superficie: se vieron forzados a ensanchar lateralmente, hacia el Este, todo el recinto con 8 naves longitudinales más, porque la proximidad del río impedía hacerlo hacia el Sur. Es la parte de menos calidad artística resultando evidente el agotamiento del repertorio artístico califal. En consecuencia, el mihrab quedó descentrado. También fue necesario ampliar el patio.

Medina Azahara

Cerca de Córdoba, el califa Abderramán III construyó el enorme palacio de Medina Azahara (iniciado en el 936), para convertirlo en la nueva capital política y administrativa del Califato. Era muy lujoso, según cuentan las crónicas de la época. Era de planta rectangular y estaba amurallado.