Metafísica, Duda Metódica y Antropología Cartesiana

La Metafísica y la Duda Metódica

Descartes comienza aplicando el método de las matemáticas. Al ver el éxito que obtiene, empieza a aplicarlo a las demás ciencias, comenzando por la metafísica. La primera regla conllevaba la necesidad de la duda. Descartes utiliza la duda como la única forma de construir el edificio del saber. No se puede aprovechar ni una sola piedra anterior, sino comenzar haciendo nuevos cimientos, más profundos. La única forma de encontrar un punto de apoyo sólido para la nueva filosofía es someterlo todo a duda.

Las características de la duda de Descartes son:

  • Universal: se aplica a todo aquello que pueda ser dudado.
  • Metódica: la duda es un estado preliminar, no es un fin en sí misma, es un medio, un camino que conduce a la certeza.
  • Voluntaria: por eso la duda no es definitiva, sino un estado provisional de la mente que busca la verdad.
  • Teórica: no se extiende a lo práctico. Solo tiene una aplicación teórica; por esto último es por lo que la duda no debe afectar a la moral. La moral de Descartes es provisional mientras dure el estado teórico de la duda.

Motivos de la duda. Las razones en las que se fundamenta la duda son:

  • La incertidumbre de los datos sensoriales: los sentidos nos han engañado muchas veces, por eso Descartes duda de todos los datos que se originan en los sentidos, duda de toda la realidad material del mundo.
  • Los errores del razonamiento: el ser humano los comete a menudo. Una buena parte del saber tradicional se ha fundamentado en la razón y en su poder, pero en esta época se considera válido dudar de todos los razonamientos que se han tenido por demostración.
  • La dificultad de distinguir los sueños de la vigilia (estar despierto).

Cogito, ergo sum: Pienso, luego existo

Descartes argumenta que, por mucho que dude, tiene que existir; de lo contrario, ni siquiera podría dudar. En el acto mismo de la duda se pone de manifiesto la existencia. Descartes llega a la primera verdad, a un punto de apoyo absolutamente indudable, sobre el que ya puede empezar a construir el edificio del saber. Cuando dudo, pienso; la acción de pensar implica la existencia de un ser que piensa: si estoy pensando es que estoy existiendo.

El cogito ergo sum cumple dos funciones bien determinadas:

  • Justifica la existencia de un yo pensante, diferenciado del cuerpo. El cuerpo, percibido mediante los sentidos, se encuentra bajo la duda metódica.
  • Se convierte en un principio modélico. Así, todo lo que sea evidente, claro y distinto como este principio, será aceptado como verdad.

Antropología: La unión del alma y del cuerpo

Descartes habla del hombre máquina. Sostiene que el cuerpo es una máquina. Entiende que el hombre es un compuesto de cuerpo y alma. El cuerpo está sometido a las leyes naturales por ser res extensa (materia). El alma (res cogitans) tiene como atributo principal el pensamiento.

Descartes se plantea un problema: el de la relación de estas dos sustancias tan diferentes. Relación cuerpo/alma, materia/mente. Sostiene que se unen a través de la glándula pineal, localizada en la base del cerebro. A través de esta glándula, el alma comunica al cuerpo sus pensamientos y demás operaciones, y recibe de este las impresiones. Quien siente es el alma. Las sensaciones son maneras confusas de pensar. El alma es también la que sufre las pasiones. Lo que no explica Descartes es cómo es posible esta relación.

La Moral Provisional

Descartes nunca llegó a desarrollar una teoría moral, pero escribió sobre cuestiones morales. En la tercera parte del Discurso del método propone un programa personal de moral, que él mismo llama provisional, y al que concede validez mientras estructura definitivamente su sistema de pensamiento. Este programa consta de las siguientes máximas. En síntesis, se puede decir que la línea de conducta que persigue es la moderación:

  • La primera máxima exige respetar las leyes y costumbres de un país, así como la práctica de la religión en la que cada uno ha sido educado, teniendo como guía de su conducta la opinión de las personas más sensatas (término medio de Aristóteles).
  • La segunda máxima: actuar decididamente una vez tomada la determinación de hacerlo. Ser lo más firme y resuelto en mis acciones.
  • La tercera: tratar de convencerme siempre a mí mismo. Practicar el control de los propios deseos antes de tratar de imponérselo a los demás.

Hay en todo este pensamiento ético una tendencia espiritualista, ya que dice que si vemos que algo es malo, no podemos realizarlo. También hay en esta ética influencia estoica al hablar del control de los propios deseos. Considera que la felicidad es el fin de la vida humana y la entiende como una satisfacción espiritual o tranquilidad de espíritu. Para Descartes, la felicidad depende de nuestra propia virtud y sabiduría, aunque también, en parte, de bienes externos como la salud, los honores y la riqueza.