2.- Oído MEDIO: Está formado por una cavidad llamada caja del tímpano excavada en el hueso temporal, que establece comunicación con la faringe, mediante un fino conducto denominado trompa de Eustaquio. La caja del tímpano presenta además tres orificios cerrados por membranas: el tímpano, ya citado, que establece el límite con el oído externo, y las ventanas oval y redonda, que limitan con el oído interno. Cruzando la cavidad del oído medio hay una cadena de huesecillos, enlazados por ligamentos entre sí y unidos a la pared de la caja del tímpano por músculos, denominados por su forma: martillo, yunque, lenticular y estribo. El primero se apoya en la cara interna del tímpano y el último, o sea, el estribo lo hace, a modo de tapadera sobre la ventana oval.
3.- Oído INTERNO: Está constituido por unas cavidades excavadas en el espesor del hueso temporal. Estas cavidades, por ser muy complicadas reciben el nombre de laberinto óseo. Tales huecos óseos están tapizados interiormente por una pared membranosa que es como un molde del laberinto óseo y recibe el nombre de laberinto membranoso. En el pequeño espacio que queda entre ambos laberintos hay un líquido llamado perilinfa. Otro líquido, la endolinfa, ocupa el interior del laberinto membranoso. En el oído interno se distinguen tres partes, que son: el vestíbulo, los conductos semicirculares y el caracol.
3.1.- El vestíbulo o parte central se subdivide, a su vez, en dos sacos llamados utrículo y sáculo. Del primero salen los conductores semicirculares; del segundo, más pequeño y situado más abajo, nace el caracol.
3.2.- Los conductos semicirculares son tres tubos en forma de arco dispuestos en tres planos perpendiculares, uno en el plano vertical que corre de adelante a atrás; otro vertical de izquierda a derecha y, el tercero, horizontal. En ellos se encuentran los receptores del equilibrio representados por las llamadas crestas auditivas, situadas en unas dilataciones o ampollas que presentan dichos conductos en una de sus desembocaduras.
3.3.- El caracol o cóclea es un tubo enrollado en espiral cónica que, en los humanos, da casi tres vueltas, siendo el más largo de todos los mamíferos. Este tubo, se halla dividido interiormente en tres partes por la presencia de dos tabiques denominados membrana de Reissner (el superior) y membrana basilar (el inferior). Sobre la membrana basilar, ocupando el conducto intermedio, se sitúa el llamado órgano de Corti, que posee las células sensitivas encargadas de recoger las sensaciones auditivas. El conducto superior y el inferior se comunican al final del caracol por un orificio llamado helicotrema y están rellenos de perilinfa. El conducto intermedio está relleno de endolinfa.
B) Fisiología DEL Oído-EQUILIBRIO.: Como ya hemos indicado, en el órgano del oído se encuentran tanto los receptores del equilibrio y sentido del movimiento así como los auditivos.
1.- Función del equilibrio y sentido del movimiento.:
Cuando se realiza un movimiento, surge una aceleración, y con ella la
endolinfa de los conductos semicirculares se desplaza. Como los tres canales semicirculares están dispuestos en tres planos diferentes, un movimiento en cualquier sentido siempre provoca, por lo menos en uno de ellos, el desplazamiento de la endolinfa. Y, en general, afecta a los tres en mayor o menor medida. (Cuando nuestro cuerpo da muchas vueltas rápidas, la endolinfa se mueve demasiado rápidamente y el sentido del equilibrio informa mal al encéfalo; cuando dejamos de dar vueltas, la inercia mantiene al líquido en movimiento durante algún tiempo por lo que nos sobreviene la sensación de mareo o vértigo). Por lo tanto, los canales semicirculares son los responsables del equilibrio dinámico. Pero nuestro organismo también “sabe” la posición del cuerpo aunque no haya movimiento, de ello se encargan el utrículo y el sáculo, cavidades rellenas de endolinfa y tapizadas por células sensitivas, que también poseen un cilio en su extremo. En el líquido se hallan unos pequeños fragmentos de carbonato cálcico llamados otolitos, los cuales descansan, por gravedad, en la parte más baja de ambas cavidades. Allí donde se encuentran posados, las células sensitivas son presionadas, sirviendo este contacto de estímulo para que envíen impulsos nerviosos a la corteza cerebral. Esta información en realidad sirve para conocer sólo la posición de la cabeza.
2.- Función auditiva.:
Corre a cargo del órgano de Corti, situado dentro del caracol y tiene lugar
de la siguiente forma: Las ondas sonoras son recogidas por el pabellón auricular y dirigidas hacia el conducto auditivo externo en el que penetran, recorriendolo hasta el final, donde chocan con el tímpano y lo hacen vibrar. Las vibraciones del tímpano son transmitidas por la cadena de huesecillos del oído medio hasta la ventana oval, de ésta a la ventana redonda, la cual transmite hacia el oído interno, saliendo de éste el nervio auditivo que conducirá la sensación auditiva hacia la corteza cerebral donde será interpretado el sonido.