Materialismo histórico y alienación: La crítica de Marx al capitalismo

El Materialismo Histórico de Marx y la Transformación Social

La metafísica de Marx se centra en la transformación radical de la sociedad a través de la práctica revolucionaria. Para lograr esto, analiza la realidad existente, estudiando su estructura y dinamismo dialéctico, lo que se conoce como materialismo histórico.

Las Formaciones Económico-Sociales

A lo largo de la historia, las sociedades humanas han atravesado diferentes etapas de desarrollo. Marx denomina a cada sociedad concreta en un momento determinado de su desarrollo histórico como “formación económico-social”, compuesta por dos elementos:

  • Estructura económica (o modo de producción): Es la suma de las fuerzas productivas (elementos materiales y humanos que intervienen en la producción, siendo el trabajador el más importante) y las relaciones de producción (condiciones económicas que los hombres establecen en el proceso de producción, las cuales varían según la época).
  • Superestructura: Abarca los elementos no económicos de una formación social (política, moral, filosofía), constituyendo la conciencia social.

La estructura económica condiciona la superestructura; por lo tanto, un cambio en la estructura económica implica un cambio en la superestructura.

La Revolución Social y el Materialismo Dialéctico

La revolución social surge cuando se produce un cambio social. Este cambio se origina debido a que las relaciones de producción, al ser estáticas, se convierten en un obstáculo para las fuerzas productivas, que son dinámicas. La revolución social ocurre solo cuando las fuerzas productivas se han desarrollado completamente.

Para Marx, la historia se desarrolla dialécticamente. El cambio se genera en la estructura económica de la sociedad a partir de las contradicciones en el modo de producción. El factor dominante del cambio es la materia. Marx identifica cuatro modos de producción a lo largo de la historia: el asiático, el antiguo, el feudal y el burgués, en el cual centra su análisis.

La Sociedad Burguesa y la Alienación

Marx argumenta que la sociedad burguesa se compone de dos clases sociales con intereses opuestos: la burguesía (propietarios de los medios de producción) y el proletariado (no propietarios, dueños únicamente de su fuerza de trabajo, la cual venden como fuerza productiva). En el sistema capitalista, el trabajo de producción de mercancías se convierte en la principal actividad económica.

El Valor de las Mercancías y la Plusvalía

Las mercancías son los bienes producidos para satisfacer las necesidades humanas, y están ligadas al trabajo necesario para producirlas. Toda mercancía posee un valor de uso, relacionado con su utilidad. En el mercado, el capitalista añade a este valor de uso el valor de cambio, que incluye el valor de uso y el valor del trabajo que el trabajador ha invertido en su producción (y que el capitalista ha comprado pagando un salario). Este valor de cambio es el valor cuantitativo de una mercancía en el mercado (el precio de la mercancía). Este valor depende de la ley de la oferta y la demanda.

Dado que el propietario de la mercancía es el capitalista, cuyo objetivo es acumular capital a través del beneficio en el intercambio, se apropia de una parte del valor generado por el trabajador. Por lo tanto, el salario del trabajador no equivale al valor que aporta a la mercancía, ya que de ser así no habría beneficio. El capitalista se queda con la plusvalía, que es la causa de su progresivo enriquecimiento.

La Alienación del Trabajador

Marx observa que la alienación (proceso por el cual el hombre se convierte en algo distinto a lo que debería ser) se manifiesta en el trabajo. Aquello que debería realizar al hombre acaba esclavizándolo, convirtiéndolo en algo diferente a su esencia.

Con la plusvalía que adquiere el capitalista, el trabajador es desposeído del producto de su trabajo, es decir, de su humanidad. De esta manera, el trabajador se convierte en una mercancía.

Si la separación entre el trabajador y su trabajo no se suprime mediante la reconciliación, el trabajador queda alienado de sí mismo, ya que el producto de su trabajo es él mismo convertido en una mercancía que se vende en el mercado.

La Conciencia de Clase y la Lucha de Clases

En el modo de producción capitalista, la explotación genera la conciencia de clase, punto de partida de la lucha de clases. El desarrollo económico constante provoca que la acumulación de capital se concentre en cada vez menos capitalistas, aumentando el número de proletarios. Esto incrementa la producción de mercancías y da lugar a una crisis de superproducción que, ante la incapacidad de los capitalistas para solucionarla, deriva en una revolución social, una toma violenta del poder que busca eliminar las desigualdades de clase, dando fin a la prehistoria de la humanidad.