El Pensamiento Crítico de Karl Marx
Marx se encuadra dentro de los llamados filósofos de la sospecha (junto a Nietzsche y Freud), que criticarán en profundidad la civilización occidental. Presentará una explicación económica y sociológica de la sociedad capitalista mediante una teoría de la Historia que pretende ser científica (materialismo histórico) y un intento por transformar la realidad económica, política y social basada en el materialismo dialéctico. Su teoría filosófica es una crítica a toda la filosofía anterior: “Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintas maneras. De lo que se trata es de transformarlo”.
Materialismo Histórico y Dialéctico
Marx plantea una filosofía de la historia para transformar el mundo bajo las premisas de la dialéctica de Hegel (Tesis-Antítesis-Síntesis), cuyo método permite dialogar y discutir para descubrir la verdad confrontando razones y argumentos contrarios entre sí y el modo de ordenarlos (Materialismo dialéctico). Pero, si para Hegel la sociedad debe ser interpretada como resultado del espíritu, es decir, desde un punto de vista espiritual (como el concepto de alma de los antiguos filósofos), Marx sustituye ese espíritu por el concepto de materia (como defendía Feuerbach): algo que se pueda demostrar, que sea tangible, palpable y que haya sido igual en cada una de las etapas históricas anteriores. Si para Hegel la concepción de la Historia es ideal (nacionalista), para Marx es materialista (Materialismo Histórico).
Para Marx, la historia se basa en contradicciones opuestas, por lo que cada época (tesis) engendra sus propias antítesis que terminarán por destruirla. De este modo surge una nueva época (síntesis) y la sociedad se puede interpretar como resultado de este proceso histórico.
Análisis del Capitalismo y la Lucha de Clases
Con el materialismo histórico, Marx analizará el sistema capitalista de su época y cómo este ha alienado al ser humano (concepto que rescata de Feuerbach), partiendo del socialismo de Rousseau y bajo las premisas de los sistemas económicos. Marx defiende un socialismo científico para plantear el fin de la Historia a partir del fin de la lucha de clases.
Marx defiende que a lo largo de la historia siempre ha habido opresores y oprimidos. Los primeros se sirven de los mecanismos de la superestructura del Estado para mantener su dominio (política, leyes, ideología…). En una sociedad capitalista (la del S. XIX de Marx), su propio germen (la relación con los medios de producción) engendrará su autodestrucción (sigue la línea del materialismo dialéctico). Por lo tanto, las consecuencias del Capitalismo (Tesis) están engendrando su propia oposición en el proletariado (Antítesis). Y como toda etapa engendra su propia síntesis, el Capitalismo desembocará en un sistema económico y social nuevo, como resultado de esa síntesis, que es la lucha de clases.
Para Marx, el capitalismo no es negativo en cuanto a progreso, sino en las consecuencias que tiene para el proletariado: una sociedad basada en la propiedad privada de los medios de producción hace rica a la burguesía, explota al proletariado y aliena al hombre.
Hacia el Comunismo
Por último, la lucha de clases que defiende Marx desembocará en un nuevo sistema social (síntesis) donde no existirán clases sociales (Rousseau). Una vez que el proletariado tome el poder, se producirán tres etapas hasta la instalación del Comunismo y el fin de las clases sociales:
- Dictadura transitoria del proletariado (Antítesis del sistema capitalista): El proletariado controlará el Estado y se apropiará de los medios de producción.
- Socialismo: Se abolirán progresivamente las clases sociales y la propiedad privada. Los medios de producción se harán colectivos.
- Comunismo: La fase final (Síntesis). Habrá desaparecido el Estado y las clases sociales. Reinarán los principios de Libertad e Igualdad que defendía Rousseau. Esta fase significará el fin de la Historia.
Aunque las tesis de Marx se pusieran en práctica con la revolución rusa de 1917, el marxismo no consiguió transformar la realidad como pretendía Marx, pero ha sido clave para explicar la historia y la cultura posteriores.
El Concepto de Alienación
Para explicar la concepción del hombre, Marx se basa en el concepto de alienación, usado anteriormente por Hegel y, sobre todo, por Feuerbach. Del primero rescata la idea de que el espíritu es dialéctico, es decir, el hombre lleva en sí mismo una contradicción que le impulsa a salir de sí, le lleva a alienarse para que se produzca la síntesis: identificación del sujeto (espíritu) con el objeto. De Feuerbach, el concepto de alienación religiosa: para conocerse a sí mismo, el hombre proyecta sus cualidades en la figura de Dios, pero es necesario que el hombre reconozca a Dios como una creación suya y no al revés.
A diferencia de Hegel, Marx considera que la alienación se da en una materia, al igual que defiende Feuerbach. Pero, para el filósofo alemán, esa materia es el Proletariado: El hombre debe hacerse a sí mismo transformando la naturaleza mediante la actividad productiva, por lo que el trabajo es la esencia del individuo.
La alienación se produce cuando el trabajador considera el producto de su trabajo como algo ajeno a él. De este modo, se produce un distanciamiento y una deshumanización.
Para Marx existen tres tipos de alienación:
- Económica: Es la fundamental porque de ella derivan las otras dos. El trabajo creativo no es posible en la sociedad capitalista al ser forzoso y repetitivo. De esta manera, el hombre no se siente realizado; tan sólo es una mercancía más en manos del capitalista. Además, el obrero no tiene ningún poder sobre el producto que crea, puesto que el empresario burgués se queda con el beneficio de su trabajo (plusvalía). Con estas circunstancias, las relaciones humanas no pueden ser más que conflictivas y no se basan en la justicia ni en la igualdad.
- Social y política: La alienación económica es la base de la división social en clases. El Estado representa siempre los intereses de la clase dominante, por lo que es un poder enemigo.
- Religiosa: Siguiendo a Feuerbach, para Marx, Dios es una creación del ser humano (no al revés). La religión no es más que el “opio del pueblo” porque ofrece consuelo frente a la miseria y la injusticia, pero lo hace en un mundo más allá de éste, por lo que resulta un freno para la transformación de las condiciones de vida aquí y ahora. La dimensión religiosa del hombre no es natural y desaparecerá si se produce la transformación de la realidad social.
La Ética Formal de Immanuel Kant
El filósofo alemán, Immanuel Kant, es una de las figuras sublimes de la historia de la Filosofía y uno de los pensadores ilustrados de referencia. Su idealismo trascendental sintetiza las tesis racionalista y empirista, dando respuesta a tres cuestiones planteadas en su obra “Lógica”: ¿Qué puedo conocer?, ¿Qué debo hacer? y ¿Qué puedo esperar?
Crítica a las Éticas Materiales y Propuesta Formal
Si notable fue la originalidad kantiana en el terreno de la filosofía teórica, también lo es en el plano de la ética. Hasta él, todas las éticas habían sido materiales (parten de que hay cosas buenas para el hombre y hay que determinar cuál es el bien supremo de entre todos los bienes). Kant criticará estas éticas porque son:
- Empíricas: sus contenidos están sacados de la experiencia.
- Hipotéticas: son sólo medios para conseguir un fin.
- Heterónomas: la ley moral se recibe desde fuera de la propia razón.
Como para Kant una ética tiene que ser estrictamente universal, absoluta y autónoma, defenderá una ética formal, es decir, vacía de contenido empírico, que se centra en la forma de la acción y no en su objeto o resultado. No le interesa tanto saber qué es bueno o malo, sino por qué una acción es moralmente correcta. La ética kantiana se basa en tres conceptos fundamentales: la buena voluntad, el deber y el imperativo categórico.
La Buena Voluntad y el Deber
En cuanto a la buena voluntad, Kant defiende que para saber si un acto es moralmente bueno no hay que atender a sus consecuencias, sino a la intención con la que se realiza. Tener una buena voluntad implica actuar por deber, es decir, por respeto a la ley moral, utilizando todos los medios que estén al alcance de uno mismo para lograr un fin determinado por esa ley. La buena voluntad es lo único incondicionalmente bueno.
Para Kant, el deber es la necesidad de actuar por respeto a la ley moral. Actuar según la buena voluntad o actuar por deber son conceptos equivalentes. Para comprender con qué intención debemos actuar, Kant distingue tres tipos de acciones en relación con el deber:
- Las contrarias al deber: Inmorales.
- Las conformes al deber, pero realizadas por interés o miedo: Sin valor moral genuino (legales pero no morales).
- Las conformes al deber y realizadas por respeto al deber: Moralmente buenas.
La voluntad es el motor de la acción moral. La buena voluntad es la que interviene cuando queremos hacer el deber por el deber mismo.
El Imperativo Categórico
Actuar por deber significa actuar por respeto a una ley moral universal. Se pueden establecer una infinidad de normas de conducta, pero todas ellas deben poder derivarse de un principio único y formal, el imperativo categórico:
- Es un imperativo porque el deber constriñe la voluntad, se presenta como un mandato.
- Es categórico porque manda acciones que son buenas en sí mismas, no como medios para conseguir otro fin (en cuyo caso sería un imperativo hipotético). La acción moral es un fin en sí mismo.
El imperativo categórico es un mandato universal y necesario que prescribe acciones como buenas en sí mismas con independencia de las consecuencias. Su estructura es: “Debes hacer X” (o su negativa, “No debes hacer X”). Las acciones que se ejecutan por el imperativo categórico se calificarán como buenas “en sí”. Este imperativo es la fórmula de la ley moral y explica las acciones de la buena voluntad, las hechas por deber.
Kant afirma que hay un único imperativo categórico, que se puede formular de diferentes maneras:
- “Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal“. La bondad de una acción reside en su carácter de universalidad: lo que es bueno para mí debe serlo para todos.
- “Obra de tal modo que uses a la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio“. Esta formulación resalta la diferencia fundamental entre el ser humano y el resto de la naturaleza: su dignidad.
La dignidad es el valor intrínseco de toda persona como un fin en sí misma, que no puede ser utilizada indiscriminadamente como medio para conseguir otras cosas. Las guerras, la esclavitud y otras formas de instrumentalización y desigualdad son actos inmorales porque atentan contra la dignidad humana. La ley moral se origina en el interior del ser humano, en su propia razón.