1. Los Reinos Cristianos en la Edad Media: Los Primeros Núcleos de Resistencia
Tras la invasión musulmana de la Península Ibérica (711), surgieron en la franja cantábrica y pirenaica los primeros focos de resistencia cristianos. El primero se organizará en Asturias, en torno a Pelayo y a la batalla de Covadonga (722), y se expandirá por el Cantábrico y el valle del Duero, transformándose entonces en el reino astur-leonés. Pero en el siglo X, el condado de Castilla se independizó del ahora denominado reino de León. El reino de Pamplona surgió en el siglo IX en el Pirineo occidental y se anexionó al condado de Aragón, en el Pirineo central, constituyendo el reino de Aragón ya en el siglo XI. En el Pirineo oriental, se constituyeron varios condados: Barcelona, Gerona y Rosellón, entre otros. En el 1137, el matrimonio entre el conde Ramón Berenguer IV de Barcelona y Petronila, hija del rey de Aragón, constituyó el origen de la denominada Corona de Aragón.
2. Los Reinos Cristianos en la Edad Media: Principales Etapas de la Reconquista
La Reconquista es la ocupación militar por parte de los reinos cristianos de los territorios musulmanes de la Península Ibérica.
Del siglo VIII al X, los musulmanes eran militarmente superiores a los reinos cristianos, que se limitaron a ocupar territorios casi despoblados, como la cuenca del Duero. En el siglo XI, al fragmentarse el califato en reinos de taifas, se produjo una gran expansión cristiana al controlar el valle del Tajo y ser conquistada Toledo en el 1085 por el rey de Castilla y León, Alfonso VI. Sin embargo, el condado de Portugal se independizó y se constituyó en reino (1139). Durante el siglo XII, el poder de los almohades frenó el avance conquistador. Pero a partir de la derrota almohade frente a una coalición cristiana en Navas de Tolosa (1212), la superioridad cristiana fue nítida: Aragón, con Jaime I, se anexionó Baleares y Valencia; Castilla culminó con Alfonso X la conquista de Andalucía y Murcia; y Portugal conquistó El Algarve, quedando en control musulmán únicamente el reino nazarí de Granada.
3. Los Reinos Cristianos en la Edad Media: Las Formas de Ocupación del Territorio y su Influencia en la Estructura de la Propiedad. Modelos de Repoblación y Organización Social
Se llama repoblación a la ocupación efectiva de los territorios conquistados, en la que se produce la puesta en explotación de estas tierras.
Hasta el valle del Duero, la repoblación se hizo de forma espontánea, al ser ocupada la tierra de forma libre por campesinos, nobles o clérigos, lo que se denomina presura. El sistema de fueros se dio entre el Duero y Sierra Moreno y consistía en otorgar unos privilegios a las ciudades para hacerlas más atractivas. El modelo de repartimientos se dio en el valle del Guadalquivir y Levante, al repartirse las tierras entre los conquistadores. Por último, las capitulaciones, acuerdos con las poblaciones sometidas, se dieron en los valles del Tajo y del Ebro.
Estos tipos de repoblación dieron lugar, al norte del Tajo, a una sociedad de campesinos libres y pequeños propietarios; mientras que al sur triunfó la gran propiedad y los latifundios. La sociedad estaba organizada en estamentos: nobleza, clero y campesinos; y además de cristianos y musulmanes, hay que tener en cuenta a mudéjares y judíos.
4. Diversidad Cultural en los Reinos Cristianos en la Edad Media: Cristianos, Musulmanes y Judíos
Durante la Edad Media, convivieron en la Península Ibérica cristianos, musulmanes y judíos. Hasta el siglo X, la zona islámica fue culturalmente muy superior a los reinos cristianos. En los monasterios se preservó y transmitió la cultura cristiana mediante la copia y conservación de libros. En el siglo IX, el Camino de Santiago se convirtió en una ruta clave de difusión cultural entre Europa y la cultura hispano-musulmana. A partir del siglo XI, este desarrollo cultural se manifestó a través de las lenguas romances y con la aparición de las primeras universidades. Pero el principal instrumento de intercambio cultural entre el mundo islámico y la cristiandad fue la Escuela de Traductores de Toledo, donde colaboraron cristianos, musulmanes y judíos, que traducían del árabe al latín y al castellano.
5. Los Reinos Cristianos en la Edad Media: Manifestaciones Artísticas
Entre los siglos XI y XIII, los reinos cristianos peninsulares experimentaron un despertar cultural impulsado por la apertura al resto de Europa occidental y el contacto, más frecuente, con al-Ándalus. La culminación del desarrollo cultural fue la difusión, en la Europa cristiana, de la ciencia y el pensamiento de la Antigüedad que se había atesorado en al-Ándalus. Por otra parte, el Camino de Santiago fue una vía de intercambios de información cultural con Europa. Por esta ruta penetraron la arquitectura románica, vinculando el arte peninsular con el resto de Europa (catedrales de Jaca y de Santiago de Compostela), y las reformas eclesiásticas procedentes de Francia. Desde el siglo XII, el arte gótico se hizo presente en la península, culminando en el siglo XIII con las catedrales de León, Burgos y Toledo.
6. Los Reinos Cristianos en la Baja Edad Media: Organización Política e Instituciones en el Reino de Castilla y en la Corona de Aragón
En Castilla, entre los siglos XIII y XIV, los monarcas tuvieron que afrontar diversas sublevaciones de la nobleza; sin embargo, hubo un fortalecimiento del poder monárquico, debido a instituciones como el Consejo Real, que auxiliaba al monarca, la Cancillería Real, que impartía justicia en todo el reino, los alcaldes mayores y corregidores, representantes del rey en los ayuntamientos, y una serie de impuestos permanentes que aseguraban los ingresos del soberano.
En Navarra y Aragón, al contrario que en Castilla, los monarcas dependieron en gran medida de las Cortes para gobernar. En Navarra, el poder de los señores fue muy elevado y los enfrentamientos civiles entre clanes rivales eran casi permanentes. En Aragón, los monarcas se vieron obligados a ceder patrimonio, privilegios y derechos a los grandes señores y a hacer todo tipo de concesiones a las Cortes. Junto a ellas, surgieron otras instituciones que velaban porque el monarca no vulnerase las leyes de cada reino, como el Justicia Mayor de Aragón, cargo judicial que interpretaba los fueros, o la Generalitat en Cataluña o en Valencia, una diputación permanente de las Cortes respectivas que supervisaba la acción del monarca.
7. Los Reinos Cristianos en la Baja Edad Media: Crisis Demográfica, Económica y Política
Desde mediados del siglo XIV, se produjo un notable descenso demográfico en toda Europa debido a continuas hambrunas, las epidemias, como la peste negra, y las guerras civiles y la violencia feudal. La despoblación en las áreas rurales ocasionó un descenso en la producción agraria, por lo que se adoptaron una serie de medidas económicas:
- Se abandonaron las tierras marginales, lo que aumentó la productividad.
- Crecieron los pastos para la ganadería.
- La agricultura se reorientó hacia cultivos de interés industrial y comercial.
- Se promovió la actividad pesquera, el artesanado urbano y la construcción naval.
La transformación de la economía tuvo consecuencias sociales, como el aumento del poder de los señoríos. Hubo una fuerte inquietud espiritual por los problemas de la Iglesia y se marginó a las minorías sociales. Estos cambios tuvieron importantes repercusiones en las instituciones políticas: aparecieron las Cortes, en las que estaban representados los tres estamentos. Los monarcas también la unificación de las leyes mediante la creación de una legislación inspirada en el derecho romano.
8. Los Reinos Cristianos en la Baja Edad Media: La Expansión de la Corona de Aragón en el Mediterráneo
La expansión aragonesa se basó en un próspero comercio con Italia, el norte de África y Oriente. Pedro III conquistó Sicilia (1282), lo que le enfrentó con el papado y con Francia, aunque se separó en el 1302. En 1311, los almogávares, contratados para luchar contra los turcos, conquistaron los ducados de Atenas y de Neopatria, que entregaron a Aragón. En Cerdeña, conquistada por Jaime II en 1324, se producían constantes rebeliones y Génova alentó una guerra naval que perjudicó al comercio. La conquista de Nápoles (1442) por Alfonso V volvió a enfrentar a Aragón con Francia y el papado. Este monarca se desentendió de la política ibérica y se centró en la mediterránea por lo que, a su muerte, el reino napolitano pasó a su hijo y se desvinculó de la Corona de Aragón. Con estas actuaciones se consolidó una política exterior opuesta a Francia y de expansión comercial de los aragoneses que continuarán los Reyes Católicos y sus sucesores.
9. Los Reinos Cristianos en la Baja Edad Media: Las Rutas Atlánticas (Castellanos y Portugueses). Las Islas Canarias
La ruta hacia el Atlántico norte era la vía principal de exportación de la lana castellana y del hierro vizcaíno a través del puerto de Bilbao. Por el mismo camino, Castilla importaba, desde Flandes, manufacturas de lujo y otros productos. Por otro lado, la ruta de Atlántico sur estaba controlada por los genoveses y permitía acceder a los productos africanos, italianos y orientales. La unión de ambas rutas se producía a través de una red de ferias, que impulsaba el comercio peninsular; entre ellas destacaba, en Castilla, la de Medina del Campo. Con el fin de proteger la ruta atlántica del sur y controlar el estrecho de Gibraltar, Castilla colaboró con Portugal y Aragón frente al reino nazarí de Granada y los benimerines, un pueblo norteafricano. Esto llevó a Portugal a convertirse en un poderoso rival en la expansión atlántica hacia el sur.
Por otro lado, el archipiélago canario, habitado por aborígenes guanches, constituía una excelente base marítima de operaciones y aprovisionamiento para los marinos europeos. Entre 1402 y 1428 se enviaron varias expediciones a las islas, siendo la primera la encabezada por Jean de Béthencourt, que se apoderó de la mayoría de ellas; las restantes islas no fueron conquistadas hasta finales del siglo XV.