Los Orígenes de la Prosa en el Siglo XIII
Durante el siglo XIII, en los reinados de Fernando III y Alfonso X, tiene lugar el surgimiento de la prosa.
El tratado Disciplina clericalis es una de las colecciones de relatos moralizantes medievales más importantes, iniciando una serie de recopilaciones y traducciones. Calila e Dimna: colección de cuentos de origen hindú de los que se desprende una moral práctica basada en la sagacidad, la astucia y el dominio de las emociones. Sendebar: colección de fábulas indias que se centran en el amor, la mujer y la codicia. Esta obra es una de las primeras manifestaciones de la literatura misógina.
Alfonso X impulsa el uso del castellano como lengua de difusión del conocimiento. Este rey no pasó más allá de redactar algún que otro capítulo y corregir textos. Sus obras tienen una gran variedad temática, por tanto, pueden ser:
Tipos de Obras de Alfonso X
- Jurídicas: El Libro de las Leyes o Siete Partidas fue escrito para dotar al pueblo de unas normas jurídicas claras y razonadas en la lengua común. Se basaron en el derecho romano y las leyes de la época.
- Científicas: Incluyen tratados de astronomía (Tablas alfonsíes) y estudios sobre las propiedades de las piedras preciosas (Lapidario).
- De entretenimiento: Su obra El libro del ajedrez enumera distintas formas de diversión en la época.
- Históricas: Alfonso X quiso contar el proceso de la humanidad desde los orígenes hasta su época y, como consecuencia, surgieron dos obras: Grande y General Historia y Crónica General de España. La primera surge con la intención de referirse a toda la humanidad, la segunda trata solo de los “hechos de España”.
- Prosa histórica: Una de las obras más “atractivas” de este tipo de prosa es Gran Crónica de Alfonso XI, en la que se presenta a este como un caballero virtuoso y generoso con sus vasallos frente a la alta nobleza, capaz de provocar grandes altercados para hacerse con el control de ciudades y villas principales.
- Prosa de ficción: Está enfocada al entretenimiento, su origen procede de las aventuras de caballería y su interés se centra por las aventuras con componentes fantásticos.
El personaje principal suele descender de la nobleza, no evoluciona con la acción y persigue el amor y la fama que le permitan hacerse un hueco en el lugar al que pertenece y le ha sido negado. La acción se desarrolla en lugares fantásticos poblados de seres fabulosos y en un tiempo remoto, el cual no está presente en la realidad histórica que se describe. Su estructura no tiene un final concreto, lo que permite que haya continuaciones; generalmente, la generación que las protagoniza supera en hazañas, fama o méritos. Esta estructura facilita la existencia de ciclos:
Ciclo Artúrico
Se centra en la leyenda del rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda. Las obras que se incluyen dentro de esta tradición muestran un mundo idealizado en el que cobran especial relevancia la aventura, los valores de la caballería y los elementos míticos y simbólicos.
El Libro del Caballero Zifar puede considerarse la primera novela de caballerías escrita en castellano. Narra la historia del caballero y su familia que deben abandonar el lugar en el que viven. En su viaje, Dios pondrá a prueba al caballero y él lo aceptará a la vez que intentará indicar a sus dos hijos cuál debe ser su comportamiento en el mundo.
Amadís de Gaula es la obra cumbre de la novela de caballerías en España.
Ciclo Troyano
Esta tradición toma como modelo las narraciones de Homero sobre la Guerra de Troya en La Ilíada y La Odisea. La Crónica Troiana toma del mundo clásico la descripción de las batallas y de las armas o la figura del héroe, pero lo adapta al mundo medieval en el que surge, dando como resultado un reflejo de la sociedad feudal.
Don Juan Manuel, sobrino de Alfonso X, es considerado por muchos el máximo representante de la prosa del siglo XIV, ya que es el primero cuyas obras presentan una amplitud de temas llevados, sin embargo, con una clara intención didáctica y moral.
La liturgia fue el motor de la actividad dramática durante la Edad Media, ya que muchas de las ceremonias religiosas resultaban incomprensibles para la mayoría de la población. Los primeros dramas litúrgicos, denominados tropos, consistían en representaciones cantadas que se hacían dentro del templo. Tenían lugar al comienzo de la misa de Pascua de Resurrección y escenificaban el diálogo entre las mujeres que iban a visitar el sepulcro de Jesucristo y el ángel que lo custodiaba, eran conocidas con el nombre de Visitatio sepulchri.
El esquema que seguía el tropo de Pascua de Resurrección se tomó como modelo para la escenificación del diálogo entre los pastores ante el pesebre (Officium pastorum), que tenía lugar en Navidad, y para el Ordo stellae, que trata sobre la adoración a los Reyes Magos.
Auto de los Reyes Magos: Esta obra, que data del siglo XIII, es una adaptación de un Ordo Stellae.