Los Movimientos de Vanguardia: Una Revolución Artística del Siglo XX

Los Movimientos de Vanguardia

Los movimientos de vanguardia, transición entre la Primera y Segunda Guerra Mundial, surgen en las primeras décadas del siglo XX. Durante unos 10 años, Europa disfruta, como suele ocurrir tras los conflictos bélicos, de una visible prosperidad y reina el optimismo. Se siente el deseo de olvidar los horrores pasados y se practica una literatura de evasión. La vanguardia, tanto en Europa como en España, constituye una etapa de enorme interés: un bullir de experiencias que supone una ruptura y conduce a una fecunda renovación del concepto de la literatura y del lenguaje poético. En 1920 el Modernismo está totalmente superado. En Europa, sobre todo en Francia, soplan aires nuevos. La expresión del arte de “vanguardia” expresa la actitud combativa de los nuevos artistas. El movimiento se divide en el futurismo italiano, el cubismo, el dadaísmo, el surrealismo en Francia, y el ultraísmo y creacionismo en España e Hispanoamérica. Los movimientos de vanguardia suponen un ejemplo de experimentación creadora, coexisten en pugna y se suceden unos a otros rápidamente. Afectan por igual a las artes plásticas, el arte escénico o al cinematográfico y las letras.

En este momento de experimentación renovadora se rechaza todo lo anterior, se repudian el Realismo y Romanticismo. Los autores vanguardistas fueron muy radicales y una de las consecuencias de esta radicalidad creadora fue la poesía. La característica primordial será el afán de originalidad, que se manifiesta en la búsqueda de un “más allá” inexplorado, como el futurismo y el ultraísmo, o un “más acá” anterior a toda la cultura, el dadaísmo. La innovación se produce tanto en el lenguaje, como en la métrica o en los temas, se abandonan o se abordan sin trascendencia, con ingenio o incluso con humor. La exhibición del sentimiento es considerada de mal gusto y la falta de sentido lógico les lleva a abolir signos de puntuación, distinción entre mayúsculas y minúsculas. Se trata de un arte minoritario, hermético, que busca la impopularidad. El artista se convierte en un profesional que aspira a conseguir la autosuficiencia del arte, es decir, el objeto artístico debe convertirse en una entidad dotada de vida independiente y autónoma al romper con la realidad. La poesía es pura, sin referencias a lo humano. El arte debe carecer de toda finalidad extraestética, de toda trascendencia moral, social o filosófica.

Movimientos de Vanguardia Europeos

Futurismo

Nace en 1909 cuando el escritor italiano Marinetti publica su primer Manifiesto técnico de la literatura futurista. Exalta la civilización mecánica y técnica. Se tratarán temas como el avión, la máquina, la energía eléctrica, el deporte… El estilo busca el dinamismo, rapidez verbal, rompe con la sintaxis para dejar “las palabras en libertad”, lleva a cabo innovaciones tipográficas y crea palabras de manera arbitraria.

Cubismo

Nace hacia 1907 como escuela pictórica, pero el llamado cubismo literario arranca en 1913 gracias a Apollinaire y otros poetas franceses. Se propone descomponer la realidad para proceder a composiciones libres de conceptos, imágenes o frases. Defiende lo intelectual sobre lo sensorial, se elimina lo anecdótico y desprecia lo sentimental. Los famosos Caligramas de Apollinaire son especiales disposiciones tipográficas de los versos que forman “imágenes visuales”. Éste y otros artificios como el collage serán aprovechados por posteriores movimientos de vanguardia.

Dadaísmo

Encabezado por Tristán Tzara, surge en Suiza durante la Primera Guerra Mundial en 1916. Su nombre, elegido al azar abriendo un diccionario con un cuchillo, es el de un balbuceo infantil. Es un movimiento de rebeldía pura que se levanta contra la lógica, el sentido común y las convenciones estéticas y sociales. Rompen con la coherencia del discurso y vuelven al primitivismo e ilogicismo de la infancia.

Surrealismo

Su principal representante es André Breton, que publica en 1924 el Manifiesto surrealista. No solo es una renovación estética, es una renovación integral: una total liberación del hombre de los impulsos reprimidos en el subconsciente. En el ámbito literario, quieren alejar la razón del proceso creador para que la escritura sea fruto del subconsciente. Se utilizan diversas técnicas, como la escritura automática, realizada sin reflexión. Aparecen asociaciones libres e inesperadas de palabras, metáforas insólitas, imágenes oníricas y hasta delirantes. Ante un poema de este tipo, el lector racionalmente no lo comprende, pero puede recibir fuertes impactos que modifican su estado de ánimo y suscitan en él oscuras emociones. El lenguaje acarrea una densa carga humana. El Surrealismo influyó en escritores como Lorca, pintores como Dalí y cineastas como Buñuel.

Movimientos de Vanguardia Hispánicos

Ultraísmo

Ramón Gómez de la Serna, con la publicación del Manifiesto futurista de Marinetti en la revista Prometeo, abrió el camino del arte nuevo en España, principalmente del Ultraísmo, con su prosa y sus greguerías. El primer manifiesto ultraísta aparece en 1919 en la revista Cervantes, defiende la creación de imágenes mediante metáforas y rechaza lo anecdótico y sentimental. Incluye temas maquinistas y deportivos, busca imágenes nuevas, recurre a disposiciones tipográficas y suprime la puntuación. Guillermo de la Torre fue su principal promotor con sus “poemas visuales” Hélices.

Creacionismo

Iniciado en París por el poeta Vicente Huidobro, fue el primero que lo dio a conocer en España. Querían un arte que no imitara y no tradujera la realidad, su máxima poética, la creación de la realidad en el poema. El poema será un objeto autónomo, creación absoluta, no imitación.

Surrealismo

No fue ortodoxo, no practicaban la escritura automática ni llegaron a la pura creación inconsciente. Hubo una liberación de la imagen y un enriquecimiento del lenguaje poético. Lo humano, lo social y lo político penetran de nuevo en la literatura, precisamente por los cauces de la expresión surrealista, así lo aprueban las trayectorias de Lorca, Alberti y Neruda.