Literatura Medieval Española: Cantares de Gesta y Lírica

Literatura Medieval Española

Los Cantares de Gesta

Los cantares de gesta son narraciones en verso sobre las hazañas de héroes, comunes en la Europa medieval. En la épica castellana, solo se han conservado tres poemas: el Cantar de Mio Cid, unos cien versos del Cantar de Roncesvalles, y una parte de Las mocedades de Rodrigo. Otros cantares se han preservado en crónicas medievales, como Los siete infantes de Lara y La condesa traidora.

Rasgos de los Cantares de Gesta Castellanos

Generales:
  • Carácter anónimo.
  • Carácter tradicional, por el que sus héroes han pervivido en la memoria colectiva popular durante siglos.
  • Carácter realista o historicista, frente a los europeos, más dados a la introducción de elementos fantásticos.
Formales:
  • Rima asonante en tiradas o series de versos monorrimos.
  • Verso irregular: dividido en dos hemistiquios con un número variable de sílabas en torno a 16.
  • Empleo de fórmulas orales, epítetos épicos, voces narrativas y figuras de repetición para llamar la atención del público.

Jorge Manrique y las Coplas por la Muerte de su Padre

Jorge Manrique (c. 1440-1479), de noble linaje, vivió durante los reinados de Juan II, Enrique IV y los Reyes Católicos, apoyando a Isabel la Católica contra Juana la Beltraneja. Escribió poemas amorosos y burlescos, destacando en su poesía amorosa unas cincuenta composiciones de estilo trovadoresco y cortesano, donde se refleja su personalidad melancólica y su experiencia en la guerra. Su obra más notable son las Coplas por la muerte de su padre, escritas tras la muerte de don Rodrigo Manrique en 1476.

Coplas por la muerte de su padre

Esta obra, que reflexiona sobre la vida, la fama, la fortuna y la muerte, pertenece al género poético de la elegía funeraria medieval o planto y contempla estos grandes temas desde una aparente resignación cristiana. Está formada por cuarenta coplas de pie quebrado (o coplas manriqueñas). Según el modo en que plantean el tema de la muerte, las Coplas por la muerte de su padre se organizan en tres partes:

  • La muerte como elemento cósmico y universal.
  • Muerte de personajes históricos concretos y evocación emotiva y nostálgica del pasado.
  • La muerte del padre, el maestre don Rodrigo Manrique.

Lírica Popular y Tradicional

Características:

  • Difundida por los juglares, a esta tendencia pertenecen las jarchas mozárabes, las cantigas de amigo gallego-portuguesas y los villancicos castellanos.
  • La poesía lírica tradicional medieval se manifestó de forma espontánea en los idiomas de la península ibérica: castellano, gallego, catalán y mozárabe.
  • Transmitida principalmente por los juglares, es básicamente de difusión oral y de procedencia anónima. Aunque en su origen hay un creador individual, pronto se transforma en una pieza con múltiples variaciones y diferentes versiones.
  • Las composiciones de constante tema amoroso se cantaban en actos de la vida cotidiana: bodas, labores agrícolas, romerías, etc.
  • En las diversas formas de la lírica popular peninsular se encuentran estas características comunes.

El tema de buena parte de los poemas son las confidencias que una joven enamorada expresa ante su madre, sus hermanas o amigas; también, a veces, ante el mismo ser amado, o ante las olas del mar, las flores del campo, etc. La naturaleza y el ambiente rural cobran gran importancia: el río, el campo, el ambiente marinero o las romerías aldeanas. Las canciones de la lírica tradicional se suelen adaptar a dos estructuras métricas:

  • La estructura paralelística y el leixaprén, basados en la repetición de los versos, cambiando solo la palabra de la rima.
  • La estructura zejelesca y del villancico castellano, caracterizadas por el uso del estribillo y unos versos de mudanza o glosa.

El Cantar de Mio Cid

El Cantar de Mio Cid se conserva en un manuscrito en la Biblioteca Nacional de Madrid copiado en el siglo XIV, al que le faltan la hoja inicial y dos interiores. Al parecer, es una copia, a su vez, de otro manuscrito fechado en 1207 y firmado por un tal Per Abat. El poema consta de 3730 versos, agrupados en tiradas o series de número variable de versos monorrimos asonantados, de entre 12 y 16 sílabas. Cada verso, a su vez, queda dividido por una cesura en dos mitades o hemistiquios. Las tiradas se agrupan en tres cantares:

  • 1. Cantar del destierro: Comienza con la salida del Cid de Vivar, desterrado por Alfonso VI, y la despedida de su mujer y sus dos hijas. Gana territorios a los árabes en tierras de Toledo y Zaragoza, y hace prisionero al conde de Barcelona, a quien más tarde libera. Tras cada victoria, el Cid envía regalos al rey con el fin de ser perdonado.
  • 2. Cantar de las bodas: El Cid conquista Valencia, obtiene el perdón del rey y se reúne con su mujer y sus hijas en la ciudad recién ganada. Defiende Valencia del asalto del rey de Marruecos. Los infantes de Carrión piden la mano de las hijas del Cid, para lo cual intercede el rey.
  • 3. Cantar de la afrenta de Corpes: Los infantes de Carrión toman venganza contra el Cid y sus hijas, a causa de las burlas por su cobardía. En el robledal de Corpes, abandonan y azotan a las hijas del Cid. Ante esto, Rodrigo Díaz de Vivar pide justicia al rey y se convocan unas cortes donde se restaura el honor afrentado. Las hijas del Cid terminan casándose con los infantes de Navarra y Aragón.