Literatura Medieval en Castilla

La crisis de la sociedad medieval en Castilla

La crisis de la sociedad medieval cuyos síntomas ya eran perceptibles en el siglo XV. Esta crisis se refleja en la actividad política, en la economía, en las manifestaciones culturales, en las formas de pensamiento y, cómo no, también en la literatura. La sociedad del siglo XV es conflictiva. En Castilla la alta nobleza había alcanzado una posición hegemónica. Además, se deterioran progresivamente las relaciones entre los miembros de las tres comunidades étnico-religiosas (cristianos, musulmanes y judíos), que hasta ese momento habían convivido en un clima de tolerancia mutua. La crisis política se agudiza en el siglo XV, y Castilla vive un clima de anarquía que tiene su reflejo en la literatura: los reinados de Juan II y Enrique IV son objeto de especial atención por parte de prosistas e historiadores; el caos y la corrupción moral de la sociedad cortesana estimulan el cultivo de la sátira sociopolítica. Por lo que respecta a la cultura, trascendental importancia reviste el descubrimiento de la Antigüedad clásica a través de los humanistas italianos (Dante, Petrarca y Boccaccio). En la progresiva aclimatación de estos aires cumplen un destacado papel las cortes literarias de Juan II, Alfonso V el Magnánimo y los Reyes Católicos, constituidas en importantes centros de recepción, promoción y difusión de la cultura humanística.

ROMANCERO VIEJO

Los romances son breves composiciones épico-líricas que surgen de la fragmentación de los antiguos cantares de gesta. También los romances responden al esfuerzo creador de un solo individuo, pues las muestras más antiguas del género son líricas o novelescas, y no épicas.

Evolución y transmisión

Los romances, cuyas primeras manifestaciones se remontan a finales del siglo XIV, se transmiten oralmente durante el siglo XV. Los autores cultos los recogen y los incluyen en Cancioneros y Romanceros. En la segunda mitad del siglo XVII empieza a olvidarse el Romancero tradicional y nuevamente se refugia en el pueblo. A partir de la segunda mitad del siglo XVI y durante el XVII componen, a imitación de los tradicionales, nuevos romances, que constituyen el Romancero nuevo o artístico. Son composiciones de carácter culto; su versión definitiva la fija por escrito, el propio autor y se transmiten ajenas a la tradición oral, por lo que no caben múltiples variantes como ocurre en el Romancero viejo.

Temas

Histórico-nacionales: proceden de los cantares de gesta castellanos y exaltan a sus héroes (Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid). Novelescos y líricos: creados por la imaginación popular. Fronterizos y moriscos: relatan episodios bélicos en la frontera entre los reinos moros y cristianos en los siglos XIV y XV. Los primeros tienen como protagonista a un cristiano, y los segundos a un musulmán.

Carolingios

Se centran en la figura de Carlomagno y los personajes y sucesos con él relacionados: el valeroso y temerario Roldán, muerto en Roncesvalles, y su esposa doña Alda. Bretones: inspirados en la leyenda del rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda.

Métrica

Es una composición formada por una serie indefinida de versos octosílabos que riman en asonante; los pares y los impares quedan sueltos.

Estilo

Los romances presentan estas peculiaridades estilísticas inconfundibles: Tendencia a lo fragmentario. El romance se ciñe a lo esencial. Entra en materia sin exponer antecedentes de la acción y en el momento de mayor intensidad dramática deja truncado el relato. Tendencia a la repetición. Unas veces se repiten fonemas (es el caso de la aliteración); otras, palabras idénticas (repetición retórica); en otras ocasiones se reiteran sintagmas o estructuras oracionales (paralelismo). Libertad temporal. Destacan los siguientes usos verbales: El imperfecto de subjuntivo con valor de pretérito indefinido. En los diálogos aparecen frecuentemente el condicional en lugar del futuro y el imperfecto de indicativo en lugar del presente.

La poesía de Cancionero

Conjunto de composiciones, de temática muy diversa, pertenecientes a poetas vinculados a la corte y recopiladas en amplias antologías (Cancioneros). De la variada gama de temas que trata destacaremos tres: el amor, la reflexión moral y la sátira.

La lírica amorosa al estilo provenzal

Confluyen la tradición provenzal directa y espiritualizan el sentido del amor de los trovadores provenzales. Todos esos ingredientes configuraron un modelo de poesía amatoria cuyos rasgos identificadores son: reserva y contención verbal, abundancia de alegorías y personificaciones de ideas, aislamiento emocional, un cierto gusto por el alarde de ingenio (antítesis, paradojas) y la improvisación.

La reflexión moral: las coplas de Jorge Manrique

La obra más representativa de esta tendencia poética es la elegía Coplas a la muerte de su padre, poema didáctico-moral en el que el autor tras la muerte del maestre don Rodrigo Manrique, evoca y ensalza a su figura.

Género literario

Las Coplas son una elegía. Se trata de un subgénero poético en el que el fallecimiento de un ser querido o de un personaje ilustre mueve al autor, conmocionado por el suceso, a realizar unas reflexiones generales sobre la muerte y la condición perecedera de la existencia humana. Y para aliviar la angustia, el poeta ofrece como consuelo la conducta ejemplar del difunto.

Estructura

Tres partes: la filosófica, que consiste en una exposición doctrinal, establece unas reflexiones generales, de carácter filosófico, sobre la fugacidad de la vida humana y la inconsistencia de los bienes de este mundo, sujetos a la acción destructora e implacable de la fortuna, el tiempo y la muerte, la ubi sunt, en la que se aduce el ejemplo de relevantes personalidades del pasado, padre, contiene el elogio del difunto y su cita con la muerte.

Temas

El mundo es un lugar de tránsito, un escenario improvisado en el que el hombre ve la oportunidad de conseguir la salvación de su alma. El menosprecio del mundo, de gran raigambre en la tradición cristiana medieval. La fugacidad e inconsistencia de los bienes mundanos se debe a que sobre ellos actúan tres agentes ineluctables: la fortuna, el tiempo y la muerte. La fortuna es un azar ciego que desencadena las tragedias humanas. Su naturaleza mudable es un motivo más para que el hombre rechace los bienes de este mundo. El tiempo es fugaz, carece de consistencia. El presente es imposible retenerlo, por lo tanto, todo queda reducido a pasado, es decir, a un no ser, y el pasado es irreversible. La muerte tiene poder igualitario, sentido democrático, una aparición imprevisible, poder destructor, un carácter ineludible, una imagen macabra e implacable crueldad. Pero si la muerte es una realidad que escapa a la voluntad humana, el hombre debe aceptarla con serenidad, como un hecho natural.

El ubi sunt

Para ejemplificar la fugacidad de los bienes mundanos preguntar por el paradero de poderosos personajes del pasado inmediato; pero la respuesta es el silencio. Ese silencio representa lo que queda de ellos, a lo que han sido reducidos. La fama conseguir que, tras la muerte física, el nombre de uno perdure en la memoria de los que le sobreviven es una forma de prolongar la propia vida. Para el es consecuencia de una vida de honor, la única defensa del hombre ante la muerte, fortuna y tiempo, un consuelo y la salvación eterna.

Estilo

Preclásico, con naturalidad, armonía y sobriedad expresiva, sin cultismos, hipérbatos y adjetivos innecesarios. Métrica: 40 coplas de estrofas de 12 versos con rima consonante y agrupados en sextillas de pie quebrado. La sátira: La sátira social tiene su manifestación más importante en la Danza de la Muerte, género muy difundido por Europa desde mediados del siglo XIV. Tres rasgos fundamentales la caracterizan: su carácter ritual, su sentido democrático e igualador y por último, su imagen macabra, que inspira temor y desazón. La sátira política vierte una crítica violenta y personal contra miembros de la corte (el rey, nobles, damas, escritores…).

La novela picaresca

Los rasgos esenciales del pícaro son los siguientes: Muestra una actitud antiheroica y vive a base de trucos y trampas. Presenta con ironía un origen genealógico bajo, que lo predetermina. Trabaja como criado de muchos amos (lo que permite al narrador criticar distintos estamentos sociales). Actúa por móviles inmediatos, principalmente por hambre. Sufre con resignación las adversidades, buscando ascender en la escala social. Tiene gran capacidad de adaptación y no es materialista. Pasa con rapidez de la inocencia a la malicia, y posee un código del honor deformado.

Estructura

Es una ficción autobiográfica relatada en primera persona. Se basa en una sucesión de memorias por episodios, el narrador ofrece su visión del mundo. La acción es itinerante, pues el pícaro va de amo en amo y de lugar en lugar. Los acontecimientos se subordinan a un final predeterminado. Sigue una evolución temporal típica de una narración ab ovo (desde el principio), desde la niñez a la madurez. Existencias confluencias temporales, pues se intercalan visiones del narrador-adulto y del narrador-niño.

Lazarillo

Ofrece al lector una doble perspectiva: el resultado de una «deseducación» como producto de una sociedad degradada por motivos materialistas, y la visión de unas clases rectoras de esa sociedad que no responden a sus compromisos sociales. Lázaro, realiza un aprendizaje vital y mantiene expectativas personales. Lázaro evoluciona y se adapta; y que convertido en centro de su obra, nos ofrece como real un relato de ficción.

Género

La obra es una narración autobiográfica, pero como esa identificación entre autor, narrador y protagonista es una simple convención literaria, se trata de una pseudo autobiografía. Además, tiene forma epistolar, por lo que se trata de una carta autobiográfica.

Temas y motivos

El proceso vital de Lázaro, enmarca dos temas fundamentales: la honra y la religión. Pero son múltiples los motivos que muestran la escala de valores humanos: el delito, el desarraigo, la soledad, la pobreza, el hambre, la mendicidad, la avaricia, la falsa honra, el comportamiento antisocial.

Estructura

La estructura externa: un prólogo y siete tratados (Los tres primeros tratados, más extensos y elaborados que los restantes, describen las andanzas del Lázaro-niño. Los temas que los unen son el hambre y la astucia del personaje para sobrevivir. A partir del tratado IV, Lázaro va creciendo y mejora su situación hasta llegar a lo que él considera «la cumbre de su buena fortuna». En el tratado VII Lázaro es un hombre maduro, está casado y desempeña un oficio respetable, el de pregonero. Es entonces cuando conocemos el «caso»: las habladurías sobre el amancebamiento de su mujer con el arcipreste de San Salvador. Estructura interna: El eje narrativo, que engloba el «caso» (prólogo y tratado VII) y El desarrollo picaresco, dividido, a su vez, en el período de aprendizaje (tratados I al III) y la práctica de las enseñanzas picarescas (tratados IV al VI).

Narrador

Es autobiográfico y la voz del protagonista guía el relato.

Estructuración temporal

Surge del cruce entre el tiempo del narrador pregonero (presente) y el narrador niño (desarrollo vital).

Personajes

El autor de El Lazarillo realiza la caracterización de los personajes de distintas formas, no unidireccionalmente, sino a través de sus actos, palabras, ademanes o actitudes. Entre Lázaro y los amos la relación es de antagonismo, de enfrentamiento entre las perspectivas de la realidad.

Técnicas literarias

La economía narrativa tiende a presentar los elementos imprescindibles para que el relato resulte creíble. La verosimilitud dirige el entramado estructural y es un principio ordenador de hechos, lugares y acciones. La intervención de los personajes apenas ofrece diálogos; sin embargo, los apartes de Lázaro, sirven para establecer una complicidad con el lector. El recurso del humor facilita las intenciones críticas recurriendo a cuentecillos graciosos, y con ellos «suaviza» el proceso de degradación y envilecimiento. El estilo ofrece múltiples recursos literarios y retóricos, pero mantiene el decoro poético del habla «humilde» o llana, con la finalidad de transmitir un relato bello.