Literatura Latinoamericana del Siglo XX: El Boom y sus Autores Clave

La Narrativa Hispanoamericana de la Segunda Mitad del Siglo XX

La narrativa hispanoamericana de la segunda mitad del siglo XX viene marcada por dos momentos determinantes en su desarrollo:

  1. EL SURGIMIENTO DEL REALISMO MÁGICO con todas sus innovaciones.
  2. La consolidación de estas innovaciones a través de los AUTORES DEL BOOM (década de 1960).

Realismo Innovador o Realismo Mágico (1940-1960)

A partir de 1940, la novela y el cuento hispanoamericano acogen nuevos temas y emplean novedosas técnicas narrativas que desplazan al realismo tradicional. En principio, no abandonan los temas políticos, sociales e indigenistas (recordemos, opresión y postración de los indios, reivindicación de su identidad como la verdaderamente auténtica de Hispanoamérica) pero incorporan temas existencialistas (el destino del hombre, la identidad, el paso del tiempo, la muerte, etc.) y urbanos.

Los narradores de estos años (1940-1960) asimilan géneros y modos de narrar procedentes de la literatura clásica, la literatura contemporánea europea y la estadounidense.

Como resultado final obtienen un modelo de narración –sea cuento o sea novela– que recrea un mundo donde se fusionan la realidad y lo fantástico e incluso lo fantasmagórico.

Alejo Carpentier (El señor Presidente), Jorge Luis Borges, Miguel Ángel Asturias (El siglo de las luces) y Juan Rulfo (El llano en llamas y Pedro Páramo) son los escritores que emprenderán esta renovación de la narrativa hispanoamericana que desembocará en el realismo mágico.

El Boom de la Literatura Hispanoamericana (1960-1980)

La promoción de narradores hispanoamericanos que se dan a conocer en los años sesenta siguen, en general, la senda del realismo mágico trazada por sus antecesores, mezclando realidad y fantasía. El lenguaje tiende hacia la sencillez o hacia el barroquismo, según los autores, pero en todos ellos destaca la variedad de registros, el léxico caudaloso y la belleza estilística de su prosa.

El término “realismo mágico” se debe al vanguardista italiano Massimo Bontempelli. Inspirándose en el futurismo y en el surrealismo, invitaba al artista moderno a “revelar el sentido mágico de la vida cotidiana de los hombres y de las cosas”.

La denominación boom deriva del escaso conocimiento que existía en España de la narrativa hispanoamericana, dado el aislamiento internacional de España en la posguerra. En los años sesenta, con el desarrollo español, se conocen en España obras como La ciudad y los perros (1963) de Mario Vargas Llosa, Cien años de soledad (1967) de Gabriel García Márquez, Rayuela (1963) de Julio Cortázar, El astillero (1961) de Juan Carlos Onetti o El siglo de las luces (1962) de Alejo Carpentier. A este aluvión de calidad literaria debe añadirse su éxito editorial y su gran difusión internacional. Por eso, la irrupción de tantos y tan extraordinarios novelistas hispanoamericanos en el panorama literario español dio lugar al fenómeno cultural denominado boom.

Autores Representativos del Boom

Jorge Luis Borges (1899-1986)

Una de las figuras más importantes de la literatura universal. Compone relatos cortos, libros de cuentos. Los más famosos, Ficciones (1944), El Aleph (1949), El hacedor (1960). Sus relatos tienden a ser juegos imaginativos que sitúan al lector ante insólitos ejercicios intelectuales. El objetivo de Borges es plantearnos problemas de carácter metafísico. Entre sus temas favoritos están el tiempo cíclico o circular, la presencia de laberintos que simbolizan el universo y el mundo, los espejos como imagen de desdoblamiento en la personalidad del ser humano, los ríos que simbolizan el tiempo que fluye, la muerte como final o como principio de ese mundo cíclico y a la vez ilusorio.

Julio Cortázar (1914-1984)

Argentino. Junto a Borges, es el gran renovador del género del cuento. Se inclina por el relato fantástico partiendo de anécdotas insólitas de la vida cotidiana. Pretende hacer visible lo que el mundo tiene de ilógico, impredecible e incluso monstruoso bajo su aparente normalidad. Destacan sus obras Las armas secretas (1959), Historias de Cronopios y de Famas (1962). En Rayuela (1963), novela muy compleja, construida como un collage vanguardista, de capítulos intercambiables y varios niveles de lectura, nos ofrece un texto lleno de audacias experimentales que intentan expresar el desasosiego humano de la existencia. Cuestiona todos los valores de la civilización y la cultura de nuestro tiempo.

Mario Vargas Llosa (1936)

Premio Nobel 2010. Peruano. Siendo el más joven, personifica como nadie el boom de la narrativa hispanoamericana. El Perú contemporáneo es el marco de casi todas sus novelas. La obra de este escritor prolífico, disciplinado y apasionante se divide en dos etapas:

La 1ª comprende, entre otras, las obras Los jefes (1959), La ciudad y los perros (1963), Conversación en la Catedral (1969). Su temática se centra en el proceso de formación de la juventud peruana, basada en el machismo y en los valores militaristas. Existe un evidente objetivo de denuncia antimilitarista y una crítica al poder político.

En 2ª escribe novela de referencias autobiográficas, como La tía Julia y el escribidor (1977) o sucesos históricos como La guerra del fin del mundo (1981) o La fiesta del chivo (2000). La última es El sueño del celta (2010).

Gabriel García Márquez (1927-2014)

Premio Nobel 1982. Colombiano. Conocido en el mundo entero por Cien años de soledad (1967), novela cumbre del realismo mágico. Esta obra transcurre en gran parte en el mundo de Macondo, un espacio geográfico inventado, inspirado en la realidad colombiana, y en el que se funden los límites entre realidad y ficción. García Márquez funde en Cien años de soledad (1967) violencia humana, naturaleza salvaje, guerras y explotación con supersticiones, hechicerías y milagros. Su fin es crear un marco mágico y humano para el tema de la obra: el destino del ser humano. La repetición de nombres, la narración desde una perspectiva histórica y la estructura circular de la novela ayudan a ese fin. Otras obras suyas de fama internacional son El coronel no tiene quien le escriba (1958), El amor en los tiempos del cólera (1985) o Crónica de una muerte anunciada (1981).

A estos nombres habría que añadir, para hacer justicia, al peruano Alfredo Bryce Echenique con Un mundo para Julius (1970); el guatemalteco Augusto Monterroso; los chilenos José Donoso con Casa de campo (1973), y Jorge Edwards con Persona non grata (1973); el cubano Guillermo Cabrera Infante con Tres tristes tigres (1968), o el uruguayo Mario Benedetti con La tregua (1973); entre muchos otros.