Literatura Española del Siglo XVIII y XIX: Romanticismo, Realismo y Neoclasicismo

Literatura Española del Siglo XVIII y XIX

Siglo XVIII

Prosa

La literatura del siglo XVIII está presidida por un afán racionalista y didáctico. En prosa, se prefiere el ensayo a la narrativa. El género más importante es el ensayo, presentando desde una perspectiva personal temas científicos o de pensamiento. Las principales novelas son formas mixtas que combinan la ficción pura con otros intereses. La prensa fue adquiriendo importancia como vehículo de las nuevas ideas y contribuyó a la creación de una prosa suelta y ágil que abrió camino al auge periodístico del siglo XIX.

Benito Jerónimo Feijoo se propone una tarea educadora con doble fin: someter a la prueba de la observación y la práctica los errores populares que tienen como única base la tradición y la rutina, y combatir una idea del saber apoyada en el criterio de la autoridad. Propugna la crítica fundada en la razón y la experiencia. Su obra está compuesta por 8 tomos del “Teatro Clásico Universal” y 5 de “Cartas Eruditas y Curiosas”. Su prosa es clara y directa, y sus temas variados.

Gaspar Melchor de Jovellanos. La mayor parte de su prosa consiste en ensayos dedicados a la reforma de diversos aspectos de la sociedad. Su obra más destacada es el “Informe sobre la Ley Agraria”, donde estudia las causas del atraso de la agricultura y propone medidas para superarlo. En la “Memoria sobre Espectáculos y Diversiones Públicas” estudia la historia de diversos juegos y espectáculos. Defiende el teatro neoclásico ya que considera que la finalidad del teatro es la educación del público.

José Cadalso. Sus obras más importantes son “Cartas Marruecas” y “Noches Lúgubres”. La primera es un conjunto de cartas que se intercambian tres corresponsales: un joven marroquí que viaja por España (Gazel), su preceptor (Ben-Beley) y un español que guía al joven (Nuño). En esta obra se retrata el propio país a través de la mirada de un turista extranjero. De este modo, consigue ofrecer una visión crítica de la sociedad, ideas y costumbres. La segunda fue publicada tras su muerte. Está dividida en tres noches. Es un diálogo entre un joven enamorado cuya amada ha fallecido y un sepulturero. Narra cómo Tediato, loco de amor, quiere desenterrar el cadáver de su amada para llevárselo a casa y morir junto a él prendiendo fuego a la vivienda. Sirve de motivo a la reflexión sobre diversos temas universales.

Teatro

El teatro se caracteriza por las frecuentes polémicas entre los defensores del teatro posbarroco y los que propugnan una renovación neoclásica. En la primera mitad del siglo XVIII se desarrolla un teatro heredero de los estereotipos barrocos anteriores. Los neoclásicos mostraron su oposición porque no respetaba las más elementales reglas de composición, realismo y moralidad. Junto con el teatro convive el sainete, una pieza teatral breve, de carácter cómico, sobre las costumbres y la vida de la época.

Leandro Fernández de Moratín destaca en la comedia. Para él, esta debe perseguir la finalidad didáctica y ha de ridiculizar los comportamientos que nacen de la barbarie, la ignorancia y las malas costumbres. Su producción dramática se limita a cinco comedias, que satirizan los matrimonios concertados, la educación de los jóvenes y las comedias de la época. Su obra maestra es “El Sí de las Niñas”. Se trata de una comedia neoclásica que respeta fielmente las tres unidades del teatro clásico. Tiene una finalidad didáctica: el autor critica los matrimonios concertados en los que una joven se casaba con un hombre mayor por decisión de sus padres y defiende el derecho de las mujeres a escoger marido. Doña Paquita, de 16 años, acaba de salir del convento para casarse con Don Diego, de 60 años. El matrimonio lo organiza su madre, Doña Irene, pero Doña Paquita está secretamente enamorada de Carlos, sobrino de Don Diego. Al darse cuenta de su amor, Don Diego renuncia al matrimonio y bendice su unión.

Poesía

Hasta 1750, la poesía toma como modelo a los grandes poetas posbarrocos. A partir de ahí, se recogen nuevas tendencias. Lo más característico es el retorno a los temas pastoriles, a una nueva visión de la naturaleza y a una nueva sensibilidad. La anacreóntica es un tipo de poesía amorosa, sensual, ambientada en un paisaje idílico poblado por dulces pastorcillos enamorados. A partir de 1770, la poesía acoge los temas más gratos a los ilustrados. Destaca Juan Meléndez Valdés.

Siglo XIX

Teatro

El drama romántico expresa el conflicto entre los ideales y la realidad, entre el individuo y la sociedad, conflicto que termina de manera trágica. Se caracteriza porque el tema básico es el amor apasionado, condenado al fracaso porque choca con las normas sociales. Los autores prefieren la ambientación medieval para así situar los conflictos de la sociedad del siglo XIX en una época lejana. Los dramaturgos románticos prescindieron de las unidades neoclásicas. El verso se impuso a la prosa. En España no pudieron estrenarse dramas románticos hasta el cambio de régimen derivado de la muerte de Fernando VII. A partir de ahí, los estrenos se fueron sucediendo.

Duque de Rivas: “Don Álvaro o la Fuerza del Sino” supuso el triunfo definitivo del Romanticismo en España. Este drama rompe con el estilo neoclásico, no sigue las tres unidades e intercala escenas en prosa con otras en verso. Rivas construye las escenas como cuadros, concediendo gran importancia a los efectos de iluminación y sonido.

José Zorrilla: Su obra maestra es “Don Juan Tenorio”. Introduce una modificación en el argumento clásico: Don Juan se enamora de Doña Inés. La fuerza de este amor le permite redimir su vida escandalosa y salvar su alma, gracias a lo cual puede reunirse en el cielo con su amada. La obra está ambientada en Sevilla y dividida en dos partes: la primera, donde expone la libre vida de Don Juan, la seducción de Doña Inés y su rapto; la segunda, cuando Doña Inés muere de pena y Don Juan intenta cambiar para redimirse. La obra tuvo un éxito extraordinario que se prolongó durante largo tiempo.

Acabado el Romanticismo, el Realismo trajo consigo un teatro de ambientación contemporánea e intención moralizante conocido como alta comedia. A finales de siglo, Benito Pérez Galdós intentó renovar el teatro español con obras de crítica social, lo que provocó una gran polémica por su denuncia a la religión.

Poesía

La poesía lírica adquirió un gran desarrollo durante el Romanticismo, ya que era el género más apropiado para la expresión de los sentimientos. La poesía romántica alcanzó niveles de extraordinaria calidad en Alemania, Inglaterra y Francia. Podemos dividir la poesía romántica en dos: lírica (expresa sentimientos) y narrativa (expresa sucesos históricos o leyendas).

  • Lírica: Se caracterizó por el uso de un estilo retórico y altisonante, con abundancia de exclamaciones. La composición favorita es el romance. Los temas son los sentimientos, la mujer ideal, el desengaño amoroso, la tristeza…
  • Narrativa: Abundó la narración de leyendas y acontecimientos históricos. Se divide en dos grupos: poemas extensos (poemas narrativos de miles de versos, tratan temas históricos o legendarios. José Zorrilla y Espronceda) y poemas breves (la estrofa más usada es el romance. Duque de Rivas y Zorrilla).

Hacia la segunda mitad del siglo XIX, la exaltación del primer Romanticismo da paso a una mentalidad más escéptica y sosegada. La reacción contra el sentimentalismo romántico se hizo desde posiciones diversas. Varias tendencias:

  • Poesía realista (principal representante Ramón de Campoamor, que se burlaba del sentimentalismo romántico con un lenguaje prosaico).
  • Poesía ideológica (de temática filosófica, religiosa o social y estilo retórico. Gaspar Núñez de Arce).
  • Poesía posromántica (continuadora del intimismo romántico pero con un tono menos retórico y un lenguaje más sencillo. Bécquer y Rosalía de Castro).

El catalán volvió a ser utilizado en la literatura culta, originando la Renaixença.

José de Espronceda es un representante del romanticismo exaltado. Sus poemas líricos tratan diversos asuntos, como la defensa de los marginados o sus ideales políticos. Su estilo poético es un reflejo de su temperamento apasionado: gusta del verso rítmico, sonoro, contrastes violentos… La musicalidad de su poesía ha contribuido a hacerla muy popular. Destacan dos poemas narrativos: “El Estudiante de Salamanca” y “El Diablo Mundo”. El primero está ambientado en el siglo XVII y protagonizado por Félix de Montemar, un donjuán que seduce y abandona a Elvira, que muere de dolor. Una noche ve a una dama vestida de blanco pasear por las calles, la persigue hasta que descubre que es el esqueleto de Elvira. El fantasma le arrastra a los infiernos. El segundo, mezcla distintos géneros. El tono oscila entre lo sublime y filosófico y lo grotesco y vulgar. El poema quedó inacabado. Su intención ideológica es la de demostrar que el hombre es bueno por naturaleza pero la sociedad le convierte en egoísta y malvado. El protagonista, Adán, es un sabio que se convierte en joven con alma infantil. Va descubriendo la maldad humana, aleccionado por un viejo delincuente. La segunda parte del poema, el “Canto a Teresa” es una elegía donde Espronceda recuerda sus relaciones con su amada.

Bécquer: Destacan sus “Rimas”, que se componen de poemas cortos, divididos en cuatro apartados temáticos. Se trata de una poesía subjetiva que expresa las vivencias del poeta. El estilo es sencillo. La poesía de Bécquer recibe la doble influencia de la lírica alemana y de las canciones populares andaluzas. Bécquer tendrá una enorme influencia posterior, por lo que se le considera como el precursor de varias tendencias de la lírica contemporánea. De la producción en prosa de Bécquer destacan las “Leyendas”, relatos fantásticos ambientados la mayoría en la Edad Media. En ellas, Bécquer expresa sus obsesiones íntimas.

Prosa

La novela romántica no trató casi nunca temas contemporáneos, sino que se situó en épocas pasadas ya que los románticos consideraban que la sociedad moderna era prosaica, vulgar y poco interesante. En España, la novela histórica no produjo obras de gran calidad. El costumbrismo trata de la sociedad contemporánea, describiendo costumbres populares, personajes y oficios. Los escritores critican las tendencias modernas y evocan con nostalgia los usos antiguos. El principal costumbrista fue Ramón Mesonero Romanos. La novela experimentó un desarrollo notable en Inglaterra, Rusia y Francia. Destacan Charles Dickens, León Tolstói y Émile Zola, entre otros. El Realismo se introduce en España con retraso. “La Fontana de Oro” de Galdós es la primera novela realista. Los progresistas chocaron con los sectores católicos tradicionalistas. Este conflicto se reflejará también en la narrativa. La generación de 1868 está formada por un conjunto de novelistas que publicaron entre 1874 y 1884, década que da comienzo a la Restauración. Destacan José María de Pereda, Galdós, Clarín y Emilia Pardo Bazán. El Naturalismo se introdujo en España hacia 1882. Los sectores conservadores lo consideraban inmoral y opuesto al catolicismo porque negaba la libertad del hombre para elegir su conducta. Hacia 1887 se produce una reacción antinaturalista, en consonancia con las nuevas orientaciones literarias europeas. Este giro de la narrativa de finales del XIX conecta con la renovación estética general, Modernismo, opuesta a la mentalidad científica en que se basó el Realismo.

Mariano José de Larra: Sus artículos constituyen la muestra más importante del ensayismo romántico en España. En la segunda mitad del siglo, el enfrentamiento entre modernidad y tradición motivó que los autores se alinearan en dos bandos y el ensayo tuvo carácter polémico a menudo. Los artículos periodísticos de Larra se clasifican en tres: artículos de costumbres (critican la sociedad española de su tiempo, atrasada e inculta. Se basa en la defensa de la europeización, la modernización del país. Su modelo es la sociedad francesa. Larra pretende contribuir a reformar), artículos políticos (atacan con dureza a los carlistas y a los gobiernos liberales con tendencia moderada) y artículos literarios (comentarios sobre diversas obras literarias. Como crítico se muestra ecléctico en la polémica entre neoclásicos y románticos). Larra pretende convencer al público, por lo que utiliza un estilo directo y un lenguaje cuidado. Muchos de sus artículos constituyen ensayos. Larra emplea continuamente la ironía, que esconde una gran amargura. Se implica en sus artículos, que se convierten en una confesión personal.

Benito Pérez Galdós: Su extensa producción literaria se agrupa en tres grandes apartados: Episodios Nacionales, novelas de la primera época y novelas contemporáneas. Los Episodios Nacionales constituyen una amplia reconstrucción novelada de la historia de España en el siglo XIX: desde la batalla de Trafalgar hasta los comienzos de la Restauración. Son 46 novelas agrupadas en 5 series de 10 volúmenes, excepto la última de 6. Las novelas de la primera época están ambientadas en época contemporánea. Todas tratan del enfrentamiento ideológico que dividía a España en la época. Las novelas contemporáneas constituyen un amplio retrato de la sociedad española. Destaca “Fortunata y Jacinta”, obra maestra de Galdós. Cuenta las relaciones de Juanito con dos mujeres: Fortunata, su amante, de clase baja, y Jacinta, su esposa, de clase media. Con Fortunata tiene un hijo que Jacinta no puede darle. Fortunata representa el amor apasionado y Jacinta el amor sereno y espiritual.

Clarín: Su producción novelística es escasa, pero destacan sus cuentos. Su obra maestra es “La Regenta”, considerada como una de las novelas más importantes de la literatura española, comparable al Quijote. Aspira a retratar la ciudad de Vetusta (Oviedo) y a la vez representar la sociedad española de la Restauración. Clarín somete a una irónica crítica a todos los estamentos de la ciudad. La obra se divide en dos partes, cada una de 15 capítulos, pero cuya distribución temporal es irregular entre ambas. “La Regenta” es una novela de poca acción, lenta, donde adquiere gran importancia las descripciones de la psicología de los personajes y de los ambientes. Clarín interviene en la obra dando sus opiniones.