Literatura Española de Posguerra: Poetas y Novelistas Clave (1939-1970)

Miguel Hernández: Poeta de Transición

Miguel Hernández es considerado un poeta puente entre la Generación del 27 y la poesía de posguerra. Los temas que utiliza en sus poemas están relacionados con su concepción de la vida y su compromiso social. Así aparece el tema de la pena, que se vincula con el amor y la muerte. El odio y la crueldad del ser humano convertido en fiera, frente a lo que el poeta opone el amor.

Etapas de su Obra

Antes de la Guerra

Escribe su primera obra, Perito en lunas, poesía de tono barroco, de influencia gongorina y vanguardista. En 1936 publica El rayo que no cesa, libro fundamental que contiene poemas que expresan el sufrimiento del amor no correspondido a través de imágenes surrealistas y de símbolos como el rayo o elementos minerales y puntiagudos, como el cuchillo. La mejor composición que tiene de esta época es la Elegía a Ramón Sijé.

Durante la Guerra

Pone su poesía al servicio de la causa republicana; así nace una poesía comprometida:

  • Viento del pueblo: Aparece el pueblo oprimido y el poeta como viento de salvación. Estrofas clásicas alternan con el verso largo.
  • El hombre acecha (1939): Refleja el pesimismo por la muerte y los horrores de la guerra.

Después de la Guerra

En la cárcel escribirá Cancionero y romancero de ausencias. El poeta se duele de la ausencia de los suyos y escribe intensos poemas de amor a su mujer; también recuerda una guerra que solo ha provocado odio y destrucción, pero aun así no renuncia a la esperanza. Predominan canciones y romances; las metáforas se reducen en busca de una expresión directa y esencial.

El triunfo del ejército franquista significó la derrota de la República y también la decadencia de la actividad cultural: los escritores más brillantes habían muerto (Machado, Lorca), estaban en la cárcel (Miguel Hernández), se habían exiliado (Salinas, Cernuda, Alberti…) o eran condenados al silencio.


La Poesía en los Primeros Años de Posguerra (Años Cuarenta)

Dámaso Alonso ha clasificado a los poetas que se quedan en España en dos grupos:

Poesía Arraigada

Poetas que se identifican con el régimen franquista, han ganado la guerra y muestran su optimismo por ello (algunos posteriormente se distanciaron del régimen): Leopoldo Panero, Dionisio Ridruejo, Luis Rosales, Luis Felipe Vivanco,… Frente a una sociedad marcada por el racionamiento, el hambre y el aislamiento internacional, la España que aparece en sus versos es un país idealizado que se refleja a través de un lenguaje clásico y embellecedor, por lo que regresan a formas poéticas tradicionales como el soneto. Temas: el amor, el paisaje, la patria, Dios (aporta serenidad, armonía y confianza).

Poesía Desarraigada

Para los poetas desarraigados el mundo es un lugar inhóspito, y la poesía, el medio para buscar la salvación. Entre ellos están: Vicente Aleixandre (Sombra del paraíso), Dámaso Alonso (Hijos de la ira), Gabriel Celaya o Blas de Otero. Su poesía refleja la soledad del hombre en un mundo caótico, sin sentido. Los temas serán el vacío personal, la soledad del hombre y el desarraigo. Lo religioso aparece con frecuencia, pero será una religiosidad conflictiva, con dudas y hasta desesperación. Es una poesía de estilo bronco y apasionado, directo y desgarrado, con uso frecuente del verso libre y del versículo.


La Poesía Social en la Década de los 50

En 1947, la publicación de Tranquilamente hablando, de Gabriel Celaya, inició un proceso de cambio: la colectividad pasó a ser el problema central del texto poético, y la angustia personal adoptó un tono social. La poesía social dominó los años cincuenta y culminó hacia mediados de la década.

Predomina en la poesía el deseo de ofrecer un testimonio crítico de la realidad. Es la poesía social, que parte de la idea de que el poeta debe anteponer los problemas y sufrimientos de los hombres de su tiempo a cualquier otra circunstancia. Creían que la poesía podía cambiar el mundo, por lo que era un instrumento útil; el escritor puro, el que sólo busca la belleza, es un irresponsable, ya que todo el que no denuncia la opresión es su cómplice.

Los máximos representantes serán: Blas de Otero y Gabriel Celaya.

Temas fundamentales: las injusticias sociales, la solidaridad con los desfavorecidos, la opresión, la lucha por la libertad, etc.

Forma: Se busca un lenguaje claro y sencillo, desnudo de recursos retóricos, con un tono coloquial. Interesa más el contenido que los valores formales o estéticos.


Autores Destacados de la Poesía de Posguerra

Blas de Otero (1916-1979)

Su obra resume las etapas cubiertas por nuestra poesía durante varias décadas. Su trayectoria se puede sintetizar con estas palabras: “del yo al nosotros”.

Primera Etapa: Poesía Existencial (“Ancia”)

En 1950 y 1951 publica dos libros: Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia. En 1958 los fundiría en un volumen titulado Ancia (formado por la primera sílaba del primer título y la última del segundo). Dámaso Alonso sitúa esta primera etapa de Blas de Otero dentro de la “poesía desarraigada”, en la que domina el “yo” con sus problemas, con su angustia existencial. Muestra la angustia de todo el ser humano ante la muerte, lo cual se acrecienta por la falta de respuestas de un Dios que no contesta a sus preguntas, a través de las cuales pretende moderar la angustia y obtener algo de paz.

Segunda Etapa: Poesía Social

En los años 50 inicia un nuevo ciclo con Pido la paz y la palabra (1955), al que le siguen En castellano (1959) y Que trata de España (1964). Con este último título, y en el mismo año, recoge en Cuba los tres libros. El poeta arrincona sus angustias, y el camino que no encontró en la religión lo busca ahora en la solidaridad con los que sufren; es una temática social que se halla presidida por la esperanza y por los deseos de paz y convivencia fraterna. La voluntad de llegar “a la inmensa mayoría” le lleva a adoptar un lenguaje claro y hasta un tono coloquial. Ante todo, Blas de Otero concibe la poesía como lucha y como construcción. Pide la paz, la justicia, la libertad y proclama su fe, su esperanza en una España mejor, en la línea de Machado. El estilo es sencillo, pero tras esa sencillez se esconde un trabajo férreo, que se aprecia en la rigurosa construcción, en la presencia de paralelismos, abundantes juegos fónicos…

Tercera Etapa: Búsqueda de Nuevas Formas

El cansancio de la literatura social también se manifiesta en Blas de Otero, de ahí que también busque nuevas formas y, como otros, debió de pensar que el escritor revolucionario lo ha de ser también en la forma. Su producción posterior a 1965 solo nos es conocida en parte. Del libro Hojas de Madrid conocemos algunos poemas incluidos en el libro Mientras (1970) y otros en antologías. Publicó, además, Historias fingidas y verdaderas (1970), conjunto de poemas en prosa. En estos poemas destaca la preferencia por formas métricas muy libres: versículos desiguales, pero con tendencia a los de considerable amplitud, imágenes insólitas, etc. En cuanto a la temática, y aunque no desaparezcan los problemas sociales y políticos, hay una mayor presencia de la intimidad, aunque situada en el marco de lo colectivo. En síntesis, Blas de Otero ejemplifica en su obra la evolución de la poesía española desde 1939.

Jaime Gil de Biedma (1929-1990)

Es quizá el autor que mejor ilustra el cambio poético de los años sesenta. Su poesía se basa en experiencias personales evocadas desde la distancia que impone el paso del tiempo, desde el escepticismo que proviene de una visión del ser humano cuya cualidad es la derrota. Frente a ello, solo cabe el valor de la cultura, por lo que la intertextualidad se convierte en recurso habitual de sus composiciones.

En su poesía domina el tono confesional (en primera persona) e irónico, con el que se recogen sus recuerdos de infancia y juventud, la visión descarnada de la alta burguesía a la que él mismo pertenecía y el relato de sus experiencias amorosas de carácter homosexual. Todo ello se expresa con un lenguaje aparentemente sencillo, narrativo y coloquial. La voz poética de Gil de Biedma se dirige con frecuencia a un tú o a un vosotros, lo que construye un diálogo que permite una visión irónica y distanciada.

Etapas

  1. Compañeros de viaje: Aparece el mundo de la infancia y de la adolescencia; la amistad y también el amor terminado. Los últimos poemas tratan del dolor y el sufrimiento en la historia de España.
  2. Moralidades: Al recuerdo del pasado y la nostalgia por todo lo perdido, se une la reflexión sobre el tiempo histórico, los valores de la burguesía de la época, la Guerra Civil y la situación de España. Con la referencia de Barcelona al fondo se mezclan ideas y sentimientos, junto con reflexiones sobre el amor y el sexo.
  3. Poemas póstumos: Se intensifica la tristeza por el paso del tiempo y la desilusión por lo no conseguido. La vejez es signo del deterioro frente al recuerdo de la juventud lleno de vida y expectativas. Es la crisis existencial de un poeta.

Gloria Fuertes

Autora cuyo nombre está ligado a dos movimientos literarios: la mencionada Generación del 50 y el Postismo, grupo literario de posguerra al que se unió a finales de los 40. Del postismo toma el humor como manera de descubrir la verdad de las cosas y de la Generación de los 50 es considerada por haber publicado muchas de sus obras en esta época, además de practicar la poesía de denuncia moral que hacían Celaya, Blas de Otero, José Hierro y Bousoño con temas como la soledad, el dolor, la injusticia social, el amor, Dios, la muerte.

Sin embargo, la principal diferencia entre estos radica en que, aunque los poemas de estos autores salen del dolor, del desamor y amor, ni ellos ni los postistas supieron llegar al pueblo de la forma en que lo hacía Gloria Fuertes, ya que, según decía ella “antes de contar poesía, los poetas tienen que contar lo que pasa”.

En los años 50 inició una fulgurante carrera literaria con obras como Isla Ignorada, Aconsejo beber hilo y Todo asusta. En la siguiente década los elementos intimistas pasaron a primer plano en Ni tiro, ni veneno, ni navaja, Poeta de guardia,…

Al margen de su poesía para adultos, surgida de forma autodidacta, marcada por la tragedia bélica de la Guerra Civil, y enmarcada dentro del postismo y el surrealismo, en donde con imaginación, dosis de melancolía y puntual sentido del humor, trata temas clásicos dentro de la lírica como los asuntos sociales, la vida, el amor o el dolor, Gloria ha escrito, principalmente en la última etapa de su carrera, literatura infantil, llegando a recibir en 1968 el Premio Andersen por su trabajo y en 1994 el Premio Cervantes Chico.


La Novela en los Primeros Años de Posguerra (Década de los 40)

Rasgo esencial de la novela de esta época es la total desorientación por falta de unidad generacional. Hasta 1945 hay una serie de narradores que cultivan una novela histórica, de exaltación, que evolucionó posteriormente hacia una justificación del régimen.

Realmente, la historia de la novela española de posguerra se inicia a partir de la obra de dos escritores:

  • Camilo José Cela con La familia de Pascual Duarte (1942), que inicia el Tremendismo.
  • Carmen Laforet con Nada (1945), que inaugura la novela existencial.

Miguel Delibes sigue esta línea con La sombra del ciprés es alargada (1947).

Características de estas novelas:

  • Reflejo de la vida de posguerra desde una perspectiva pesimista y existencial.
  • Los temas giran en torno a la amargura de la vida cotidiana.
  • Personajes desorientados, frustrados…
  • Falta de crítica directa o de denuncia.
  • Técnicamente, destacan por su sencillez y tradicionalidad.

La Novela Social en la Década de los 50

Con la publicación de La colmena (1951) de Camilo José Cela, se abrió un nuevo rumbo: el Realismo social, movimiento literario que se desarrolló a lo largo de esta década. Es una literatura de corte realista, atenta a los condicionamientos histórico-sociales del individuo que, en 1956, con la aparición de El Jarama de Rafael Sánchez Ferlosio queda consolidada.

Características de esta narrativa:

  • Estructura aparentemente sencilla y preferencia por la narración lineal.
  • Relato objetivista basado en técnicas cinematográficas.
  • Número elevado de personajes y preferencia por el protagonista colectivo.
  • Concentración espacio-temporal.
  • Predominio del diálogo y fidelidad a la hora de recoger el habla de las distintas clases sociales.
  • En cuanto a la temática, interés por testimoniar la situación por la que atraviesa el pueblo.

La Novela Experimental en la Década de los 60

A partir de 1960 comienzan a manifestarse síntomas de cansancio del realismo social; los autores tienen cada vez más en cuenta las aportaciones de los grandes novelistas extranjeros, y pronto causará un fuerte impacto la nueva novela hispanoamericana. En 1962 se publica Tiempo de silencio de Luis Martín-Santos, que se considera la obra inaugural de esta nueva etapa de nuestra narrativa. A lo largo de esta década, se suceden aportaciones decisivas en la línea de la renovación.

Destacan: Miguel Delibes (Cinco horas con Mario); C.J. Cela (San Camilo, 1936); Juan Goytisolo (Señas de identidad); Juan Benet (Volverás a Región) y Juan Marsé (Últimas tardes con Teresa).

Algunas de las novedades técnicas:

  • Perspectivismo: Narrar un mismo hecho desde el punto de vista de los distintos personajes.
  • Desorden temporal: Flashback, contrapunto, técnica caleidoscópica…
  • Incorporación de elementos extraños: Informes, expedientes, textos periodísticos…
  • Imitación de géneros menores: Novela folletinesca, novela policíaca… → Pastiche.
  • Nuevas técnicas para reflejar los pensamientos de los personajes: El monólogo interior.

Autores Destacados de la Novela de Posguerra

Miguel Delibes

Su obra muestra un compromiso con la dignidad del ser humano, que combina con el amor a la naturaleza y el rechazo a la deshumanización, al materialismo y al consumismo. En ella abundan los seres indefensos y los ambientes humildes: los niños, los viejos, la vida en el campo, la pobreza de los pueblos y del paisaje castellano. Pero también se fija en la vida de la ciudad de provincias y en la pequeña burguesía. Su estilo se mantiene siempre dentro de la sencillez, lo que no ha impedido que, a lo largo de su extensa obra, haya ido experimentando nuevas técnicas narrativas.

  • Se inicia con La sombra del ciprés es alargada. En ella el autor se centra en la Castilla rural y en la mentalidad de los hombres que la habitan, personas humildes y marginadas la mayoría de las veces.
  • En 1950 publica El camino, novela sobre el despertar a la vida de un niño, Daniel el Mochuelo; así como la vida de un pueblo y sus gentes desde unos ojos infantiles.
  • Una de las obras más significativas del Realismo social es Las ratas, denuncia la subsistencia y las desigualdades sociales en un pueblo agrícola.
  • Cinco horas con Mario (1966) -su obra maestra- es un diálogo/monólogo interior de Carmen, mujer de clase media que vela el cadáver de su esposo. El contraste entre Mario, profesor solidario y progresista, y Carmen, de mentalidad cerrada y convencional, refleja el de la España progresista y el de la tradicional.
  • Otras novelas destacadas: El disputado voto del señor Cayo, Los santos inocentes y El hereje (la única de carácter histórico: ambientada en el Valladolid del S. XVI, tomando como eje la vida de un personaje, Cipriano Salcedo, y es, sobre todo, un canto apasionado por la tolerancia y la libertad de conciencia).

Camilo José Cela (Premio Nobel de Literatura en 1989)

Aunque su obra es muy variada, se pueden apreciar en ella unos temas comunes: la guerra civil y sus consecuencias; y la sociedad española en su conjunto, a la que satiriza grotescamente. Toda su narrativa refleja un profundo pesimismo. Su actitud es la de un espectador distanciado y burlón, con un humor negro, amargo, desgarrado y cruel. Sin embargo, a veces manifiesta ternura por algunos seres desvalidos y adopta un tono lírico. En general, ofrece una visión deformadora del mundo, cercana al esperpento de Valle-Inclán. Su estilo se caracteriza por la riqueza expresiva en la descripción de tipos y ambientes; también se distingue por su afán de experimentar nuevas técnicas narrativas.

Etapas

Primera Etapa (Años Cuarenta)

A ella corresponden La familia de Pascual Duarte y Pabellón de reposo. En La familia de Pascual Duarte se narra la historia de un campesino extremeño quien, condenado a muerte, recoge por escrito su sórdida vida, llena de acontecimientos truculentos, asesinatos, violencia y horrores diversos. Se advierten en ella variadas influencias: la novela picaresca, las novelas naturalistas… Todo ello unido da como resultado una obra que, al seleccionar los aspectos más desagradables de la realidad y recrearse a veces en ellos, propone una nueva estética que se denominó Tremendismo.

Segunda Etapa (Años Cincuenta)

Introduce el Realismo social con La colmena, considerada la obra maestra de Cela. Lo más destacado es su falta de argumento. El autor ofrece, a través de una acción que transcurre en poco más de dos días de invierno, un panorama colectivo de la vida del Madrid de la inmediata posguerra, en un ambiente de pobreza en el que un gran número de personajes (más de trescientos), fracasados y relacionados entre sí, intentan sobrevivir.

Tercera Etapa (Desde los Años Sesenta)

Se deja influir por la corriente experimental. A esta época pertenecen novelas como San Camilo, 1936, en la que refleja de manera grotesca los primeros días de la Guerra Civil en Madrid, y Mazurca para dos muertos, ambientada en la Galicia rural de los años 30.

Carmen Laforet

Ganó, con 23 años, la 1ª edición del Premio Nadal con su novela Nada, que obtuvo un enorme éxito de público y de crítica. La novela sigue el itinerario de la joven Andrea, que recién terminada la Guerra Civil española se traslada a Barcelona, cargada de ilusiones y dispuesta a emprender sus estudios universitarios. Sus ansias juveniles y sus expectativas chocan con el mundo gris, cargado de violencia, que representan su abuela y sus tíos que la acogen en su casa. Sin embargo, en la universidad conoce a Ena, que desempeñará un papel importante en su vida, pues con ella aprenderá lo que el mundo exterior puede ofrecer.

La producción literaria de la escritora no es muy amplia. En 1950 publicó La isla y los demonios, novela ambientada en Canarias, donde se había criado. En 1955, La mujer nueva, que refleja sus propias experiencias religiosas, y que tiene como tema central la fe de la protagonista, Paulina, una mujer que pasa de criticar a la Iglesia a practicar la religión católica. Siguió, en 1963, La insolación, primer volumen de la trilogía Tres pasos fuera del tiempo, de la que no llegó a publicar los otros dos tomos. También escribió novelas cortas, libros de cuentos y narraciones de viaje. Casi toda su obra gira en torno a un mismo tema central: el enfrentamiento entre el idealismo juvenil y la mediocridad del entorno.

Luis Martín-Santos

Su formación en las corrientes filosóficas modernas y las innovaciones narrativas lo llevó a replantearse el papel de la novela española de los años cincuenta y a apostar por una renovación del género que incluía la experimentación lingüística y estructural de las obras. Además de Tiempo de silencio, su producción narrativa abarca un libro póstumo de cuentos, Apólogos, y la edición de algunas partes de Tiempo de destrucción, en la que el autor retomó el tema del aislamiento cultural de España.

Tiempo de silencio es considerada la novela que inicia la narrativa experimental en España. El asunto de la obra tiene mucho de relato folletinesco, con rasgos de novela negra, y lo original no es el argumento sino el tratamiento que el novelista hace de la historia: Pedro es un investigador que se ve implicado en un aborto clandestino que acaba en muerte, en un suburbio madrileño de chabolas. La policía lo detiene y, al demostrarse su inocencia, queda en libertad. Poco después, sufre la venganza de un chabolista, que mata a su novia. Pedro abandona Madrid y se hace médico rural.

Su gran novedad es la forma, el estilo, que supone una ruptura radical y definitiva con el realismo convencional: se explota el monólogo interior, cuya principal función es caracterizar a los personajes; hay un constante cambio de narrador (1ª, 2ª, 3ª persona); se acude a digresiones para ironizar y criticar sucesos; se ofrecen distintos registros lingüísticos…


Ejemplos de Perífrasis Verbales

Desde muy temprano, tengo que salir de casa para llegar a tiempo al instituto. (Perífrasis modal de obligación: “tener que” + infinitivo).

Mientras camino hacia la parada del bus, el cielo comienza a oscurecerse y me doy cuenta de que va a llover. (Perífrasis aspectual ingresiva: “ir a” + infinitivo). No llevo paraguas, así que acabo corriendo hasta la parada del autobús. (Perífrasis aspectual de terminación: “acabar” + gerundio).

Al llegar al colegio, el cielo ya está despejado y me digo a mí misma que debo comprar un paraguas para la próxima vez. (Perífrasis modal de obligación: “deber” + infinitivo), ya que si no lo hago puedo enfermar (Perífrasis modal de posibilidad: “poder” + infinitivo).