La Lírica Latina: Características y Deuda con la Lírica Griega
El término lírica procede de la palabra griega λύρα (lyra) debido a que en la antigua Grecia este instrumento acompañaba a la recitación. Así se designaba en Grecia un tipo de poesía que expresaba con diversas formas métricas los sentimientos y opiniones del poeta al son de una lira. En Roma nunca tuvo acompañamiento musical; no obstante, siguió llamándose lírica porque cumplía otras dos características griegas que definían este género literario: el carácter personal y subjetivo y la gran variedad de esquemas métricos.
Orígenes y Revolución de la Lírica Latina
La sociedad romana del siglo II a. C. se encontraba volcada al exterior, a la conquista militar, más que al sentimiento personal. Sin embargo, a finales del s. II a.C. una serie de circunstancias políticas y sociales (falta de un público para el teatro, crisis agraria, poco interés por los asuntos de Estado, etc.) inclinaron los ánimos de los ciudadanos cada vez más hacia la intimidad y la vida privada. Los romanos empiezan a manifestar su interés por una poesía alejada de lo público, más intimista, volcada en la predilección por las cosas pequeñas y vinculada a un reducido círculo de intelectuales. La poesía lírica latina surgió en el siglo II a. C. a partir de los modelos griegos, aunque alcanzó sus más altos niveles artísticos en el siglo I. a. C Las primeras manifestaciones líricas de las que se tiene noticia son los Himnos o cantos entonados por los salios, sacerdotes del dios Marte, a quien imploraban que cuidara las cosechas y les protegiera de la guerra, y el Himno de los hermanos Arvales, Carmen fratrum Arvalium, sacerdotes de una antigua divinidad agrícola romana, Dea Dia, que era festejada en el mes de mayo.
Orígenes y Evolución de la Lírica Latina
La poesía lírica surgió en Roma en el siglo II a.C., en un período muy tardío respecto a otros géneros literarios. La expresión de los sentimientos personales parecía relegada a un segundo lugar en la literatura latina, más preocupada por los ideales patrióticos de una Roma en constante expansión. La relación con la cultura griega, notoria en el círculo literario de los Escipiones (s. II a. C.), favoreció el individualismo y la expresión de los sentimientos personales, y se desarrollaron las condiciones favorables para que surgiera el género lírico. El círculo de Lutacio Cátulo (finales del s. II a.C.), político y militar que destacó como orador y poeta, acogió a los primeros autores de poesía lírica en Roma. Estos autores cultivan el epigrama erótico, bajo la inspiración de la poesía alejandrina. De ellos se conservan escasos fragmentos. La siguiente generación de poetas de importancia, en la primera mitad del s. I a.C., es la que se agrupa bajo el nombre de **poetas nuevos** (poetae novi) o **neotéricos** (neoteroi), llamados así por Cicerón con cierto desprecio por su pretensión de renovar la poesía de su época. Estos líricos componen breves poemas muy elaborados a imitación de los poetas alejandrinos, en especial de Calímaco. Sobresale entre todos **Catulo**.
Catulo: Obra y Temas
Cayo Valerio Catulo (Verona, 87 – Roma, 54 a. C.) Es el más representativo de los poetas líricos latinos. Nació en Verona, en la Galia Cisalpina, pero en el 62 a. C. marchó a Roma, donde se introdujo en los círculos literarios de los poetas neotéricos (poetae novi), muchos de ellos procedentes también de la Galia Cisalpina. Mantuvo una tortuosa relación con Clodia, Lesbia en sus poemas, mujer culta que llevaba una vida escandalosa y pertenecía a la influyente familia de los Claudios (su hermano Clodio provocó el destierro de Cicerón). Lesbia abandonó a Catulo, que murió poco después, a los treinta años. Su obra lleva como título Catulli Carmina. Se trata de una colección de poemas, en su mayoría de temática amorosa, en los que refleja las distintas fases de su relación con Lesbia (Clodia en la vida real): la amada hace enloquecer al amante, que se desquicia y se tortura y hace de ese estado anímico su fuente de inspiración. También cuenta con poemas en los que bromea con sus amigos o ataca a sus enemigos. Catulo es un innegable deudor de la poesía de la griega Safo a la que imita y en la que se inspira. Es ardiente, directo, incontenible y sincero. Hasta en los poemas que podemos llamar “de laboratorio”, como el “Epitalamio de Tetis y Peleo”, “Atis” o “El rizo de Berenice”, Catulo imprime su sello personal.
Horacio: Obra, Temas, Pervivencia
Educado en Roma y en Atenas, Quinto Horacio Flaco (65-8 a. C.), tuvo una discreta participación en los asuntos públicos de Roma, prefiriendo la vida retirada en su finca cercana a la urbe. Allí, bajo el patronazgo de Mecenas y con el visto bueno de Augusto, se dedicó al “ocio creador”.
Obra
Las creaciones líricas de Horacio son muy abundantes. Sus grandes monumentos líricos son las Odas y los Épodos. (Compuso también Sátiras y Epístolas, que se encuadran los géneros de la poesía satírica y el género epistolar) En las Odas (Carmina), Horacio expone sus pensamientos y sentimientos sobre aspectos muy diversos de la vida; entre otros, que el amor es un sentimiento secundario, que la vida es fugaz, que hay que renunciar a la ambición y huir de los tumultos para centrarnos en el yo. En breves pinceladas, resume sus ideales, como aurea mediocritas, beatus ille, non omnis moriar (la idea de que el poeta se inmortaliza a través de su obra), tempus fugit o carpe diem. Horacio nos invita a disfrutar de lo efímero y nos muestra el camino hacia la mesura y la fortaleza de espíritu. El tono de las odas es más bien comedido y mesurado y su perfección formal notable (labor limae).
Los Épodos (Epodi), en cambio, ofrecen un amplio abanico de temas, expresados con la agresividad y la violencia propias de ese tipo de composición. El epodo es una composición de origen griego destinada al insulto y al improperio. Algunos son de carácter eminentemente lírico. Destaca el que empieza con el famoso “Beatus ille…”, que ha dado nombre a un tópico literario, la alabanza de la vida en el campo. Por los Épodos desfilan personajes de la cultura, de la política, de la milicia y de su propio círculo de conocidos; tampoco las mujeres se libran de sus dardos. Horacio es el gran purista de la poesía lírica latina. Distante, calculador y comedido es responsable de que, con frecuencia, se aprecie más la calidad técnica de sus poemas que el vigor o el mensaje de sus versos. Horacio fue mitificado por la posteridad y fue especialmente predilecto e imitado en el Renacimiento, tal vez, precisamente, por su innegable perfección formal.
Pervivencia
Durante el Renacimiento y con el resurgir del humanismo los temas y tópicos de Horacio inundan la poesía europea. En España son claras las influencias de Horacio en autores del Renacimiento como el Marqués de Santillana (que adaptó su Beatus ille), Garcilaso de la Vega o Fray Luis de León, que lo imitó en varios de sus poemas (a él se debe la adaptación más conocida de su Beatus ille).
La Elegía Latina: Características Propias y Autores (Tibulo, Propercio, Ovidio)
La elegía latina es un tipo de poesía lírica y, por lo tanto, expresa sentimientos personales. Surgida en Grecia en el siglo VII a. C. se caracteriza por el uso de dísticos elegíacos. Un dístico está formado por un hexámetro dactílico (seis dáctilos) más un pentámetro (2/5 dáctilos + 2/5 dáctilos). En Roma la elegía extensión variable y era de presentaba distintas temáticas (fúnebres, de banquete, patrióticas, amorosas…). La elegía ya había sido cultivada por Catulo y los neoteroi, pero no se consolidó hasta la época de Augusto, inspirándose directamente en la poesía helenística y, en particular, en Calímaco. Alcanzó su máximo esplendor en el siglo I a.C con autores como Tibulo, Propercio u Ovidio. La elegía de época de Augusto se presenta en libros de poesía estructurados y no solo en textos aislados. Tiene un papel central la figura femenina, con una relación sentimental que toma la forma de una esclavitud amorosa (servitium) ante la bella y caprichosa señora (domina). La poesía proporciona a la amada fama duradera y la razón misma de su vida. El creador de la elegía romana fue Cayo Cornelio Galo, poeta de época de Augusto.
Tibulo
Nació probablemente en la región del Lacio entre el 55 y el 50 a. C., en el seno de una familia del orden ecuestre. Se mudó a Roma, donde conoció al político Marco Valerio Mesala Corvino y entró a formar parte de su círculo de amistades. Acompañó a su protector en dos expediciones militares, en Oriente y en Aquitania, y relató el honor del triunfo. También combatió en la guerra civil junto a él en el bando de Augusto. Parece que sus últimos años los pasó en el Lacio, donde murió en el 19 o 18 a. C. La obra de Tibulo nos ha llegado en una recopilación llamada Corpus Tibullinum, dividida en tres libros de los que solo los dos primeros son con seguridad del poeta.
Libro I
Está dominado por la figura de Delia (tras el que se esconde el nombre de su amada, Plania), a quien el autor dedica cinco elegías (1,2,3,5,6). Delia es presentada como una mujer voluble, caprichosa, amante de los placeres mundanos y protagonista de una relación atormentada en infiel.
Libro II
De las seis elegías que contiene, tres cantan a otra mujer, designada con el pseudónimo de Némesis (venganza), una cortesana ambiciosa y sin prejuicios.
Libro III
Contiene veinte composiciones. Los humanistas italianos lo dividieron en dos partes: la primera no es de Tibulo; la segunda consta de once elegías amorosas y, de estas, solo las cinco primeras se atribuyen al autor.
Características de su Obra
Las elegías de Tibulo tratan de valores concretos como el amor, la amistad, la tranquilidad de la vida campestre, la religiosidad y la paz, y cuestionan las aspiraciones típicas de su época: el deseo de poder, de gloria y de riquezas. En la obra de Tibulo hay poca presencia de temas mitológicos. Su tono es intimista y presenta rasgos comunes del género elegíaco, como el concepto del amor como amarga esclavitud o servitium. Su estilo es refinado y elegante, con versos armoniosos y fluidos, y con un léxico extremadamente puro.
Propercio
Sexto Propercio nació hacia el año 50 a. C. en Umbría. Fue educado en Roma para la carrera judicial, que enseguida abandonó para dedicarse a la actividad poética. Se enamoró de Hostia y escribió un libro de elegías, Monobiblios, en el 28 a. C. El éxito obtenido hizo que Mecenas lo llamara a su círculo. Propercio continuó escribiendo elegías de amor a Hostia en un segundo y tercer libro. El cuarto libro se publicó en el 16 a. C., probablemente el año de su muerte. Toda la obra de Propercio es de carácter elegíaco y está presidida por la figura de Hostia, una muchacha culta y emancipada que el poeta celebra bajo el nombre de Cintia, equivalente métricamente a Hostia.
Propercio 2
Libro I
Está dominado por la figura de Cintia. La relación amorosa no es fácil y está llena de ataques de celos, traiciones, abandonos y reconciliaciones.
Libro II
Formado por 34 elegías en las que tiene un papel central la figura caprichosa de Cintia. En la primera elegía aparece la figura de Mecenas; el poeta expresa su rechazo a componer poesía épica y explica que se dedicará a la lírica.
Libro III
Presenta novedades temáticas: el amor elegíaco aparece marcado por el adiós definitivo a Cintia; aparecen motivos ligados a la ideología augustal (la felicitación por la expedición contra los partos, la promesa de una poesía comprometida) y el interés por la moralidad antigua.
Libro IV
Del total de once elegías, dos están dedicadas a Cintia: en la octava aparece la figura de la mujer celosa y victoriosa; en la séptima, la enamorada, ya muerta, se aparece en sombras al autor. El resto, probablemente por las presiones de Mecenas y Augusto, tratan temas relacionados con la historia o la gloria de Roma; son las llamadas elegías romanas. A diferencia de su contemporáneo Tibulo, Propercio imita la poesía neotérica alejandrina, especialmente a Calímaco, de quien toma el estilo elaborado y la erudición mitológica. Su obra posee una melancolía recurrente y expresa patéticamente un concepto trágico de un amor que se ve atacado por los celos, la tristeza y la desilusión.
Ovidio
Publio Ovidio Nasón, (43 a. C. al 18 d. C.) natural de Sulmona, en el Abruzzo italiano, se trasladó a Roma, donde asistió a las mejores escuelas de retórica con la intención de dedicarse a la carrera judicial y política. Tras un viaje de estudios a Atenas, Asia Menor, Egipto y Sicilia, regresó a Roma, donde frecuentó el círculo literario de Cayo Valerio Mesala Corvino y trabó amistad con Propercio, Horacio y Cornelio Galo. Tras una brillante carrera literaria y, por lo menos, tres matrimonios, en el 8 d. C. el emperador Augusto lo castigó y lo relegó al exilio a Tomis, en el mar Negro, (actual Constanza, Rumanía), de donde no regresó jamás. En los Tristia, Ovidio menciona dos posibles faltas: carmen et error. El carmen se refiere quizás al hecho de haber escrito El arte de amar, tratado sobre el amor libertino que contrastaba con el programa de restauración moral de Augusto (fue retirado de las bibliotecas públicas). En cuanto al error, la hipótesis más verosímil es que Ovidio se hubiera visto implicado (como testigo o como cómplice) en un escándalo cortesano relacionado con Julia la Menor, nieta de Augusto, que, acusada de adulterio, fue también relegada al exilio.
Ovidio Estilo
En la época de Ovidio, el fantasma de la guerra civil ya se había alejado, se había consolidado la paz y la sociedad buscaba estilos de vida más relajados y refinados. Ovidio, que escribió exclusivamente en dísticos y en hexámetros, modernizó la poesía, afinando al máximo sus reglas y el uso poético de estos versos. Esta modernidad se manifiesta en un estilo elegante, musical y fluido, y de gran riqueza expresiva; y es que la inspiración poética dominó toda la vida de Ovidio, tal y como escribió él mismo: “todo lo que intentaba escribir, me salía en verso” (“et quod tentabam scribere, versus erat”).
Ovidio Obras
La obra de Ovidio es abundante, densa y no siempre fácil de clasificar.
Amores (Amores)
Es la primera obra de Ovidio. Se trata de una recopilación de 50 poemas de amor en dísticos elegíacos en los que se describen experiencias y aventuras amorosas centradas en una mujer, Corina, con el trasfondo de una sociedad frívola y refinada que solo busca placer para huir del aburrimiento. El tono general es más de agudeza de espíritu que de una pasión real.
Ovidio Obras 2
El arte de amar (Ars amatoria)
Es un pequeño poema elegíaco y didáctico en dísticos elegíacos compuesto por tres libros: los dos primeros están dedicados a los hombres, y el tercero, a las mujeres. El poeta, en tanto que maestro del arte de amar, enseña cómo encontrar, conquistar y conservar el amor de una mujer o de un hombre, respectivamente. El Arte de amar inaugura un nuevo género literario: se trata de una especie de compilación de preceptos y estrategias sobre galantería amorosa. Los preceptos que ofrece no buscan el rigor sino el ingenio y la gracia, y las situaciones amorosas se tratan como aventuras con un tono irónico y referencias míticas. El lenguaje es claro, directo, pero al mismo tiempo elegante: Ovidio no se complace en aspectos procaces o escabrosos.
Cosméticos para el rostro femenino (Medicamina faciei femineae)
Es un tratado del que nos han llegado unos cien versos, en metro elegíaco, dividido en dos partes: en la primera, defiende la elegancia de la vida urbana en relación con la antigua simplicidad del campo; en la segunda, presenta cinco recetas de belleza femenina.
Ovidio Obras 3
Remedios de amor (Remedia amoris)
Es un poema didáctico escrito en dísticos elegíacos. La obra, dirigida a los enamorados que quieren liberarse de los efectos nefastos del amor, da consejos útiles recurriendo a la ironía: tener en cuenta los defectos de la amada, huir de la soledad, evitar el ocio, dedicarse a actividades que distraigan, etc.
Fastos (Fasti)
Es una obra narrativa que pretendía describir día a día las festividades y los distintos ritos del calendario romano. Quedó interrumpida cuando Ovidio fue exiliado. En los Fastos, Ovidio se proponía cantar endísticos elegíacos las tradiciones romanas, explicando su origen, el culto y el nombre de cada fiesta. La obra se enmarcaba en el programa de restauración política, cultural y religiosa de Augusto.
Obras del Exilio
Tristes (Tristia)
Es una recopilación de poesías en dísticos elegíacos. Las poesías están compuestas en forma de carta y dirigidas a su esposa y a los amigos. Contienen recuerdos autobiográficos, justificaciones de la propia poesía erótica, lamentos por la condición de relegado y presiones dirigidas a Augusto (verdadero destinatario del texto) para que le permitiera regresar a Roma.
Obras del Exilio 2
Pónticas (Epistulae ex Ponto)
Es una recopilación de 46 elegías, en forma epistolar, distribuida en cuatro libros. Los poemas lamentan la nostalgia y la soledad.
Ibis (Ibis)
El título se refiere a un ave egipcia a la que los antiguos atribuían malas costumbres (se alimentaba de reptiles y desechos). En esta obra Ovidio ataca a un adversario y calumniador, de origen africano, de quien había sido amigo. Escrita en dísticos elegíacos, toma como modelo una obra homónima del poeta griego Calímaco.
Metamorfosis (Metamorphoseon libri) Es la obra cumbre y más ambiciosa de Ovidio. Escrita en hexámetros y dividida en 15 libros, combina los géneros épico y didáctico. Se desarrollan unos doscientos cincuenta mitos unidos por el hilo conductor de la transformación: hombres y criaturas de los mitos griegos, romanos y orientales se transforman en animales, plantas, rocas y otros elementos de la naturaleza. La obra es una especie de historia mítica del mundo. Se inicia con un prólogo dedicado a la creación y al diluvio, al que siguen tres partes: en la primera, los protagonistas son divinidades; a continuación, vienen las narraciones sobre héroes y heroínas; por último, aparecen figuras consideradas históricas, encabezadas por los personajes de la guerra de Troya.
El texto, aunque es el resultado de la fusión de muchas historias, presenta una gran cohesión interna. El propio Ovidio declaró que componía un carmen perpetuum, es decir, una unidad continua y no una recopilación de composiciones independientes. La cohesión viene dada por distintos elementos:
- La concepción de la naturaleza en constante cambio.
- La interconexión estructural: el poeta relaciona hábilmente un episodio con otro, mediante vínculos sutiles: relaciona los mitos por analogía, por identidad de contenido o enmarcándolos en otros mitos. Por ejemplo, en el libro primero pasa de las formaciones naturales de animales a la aparición de Pitón y, a continuación, de su muerte a manos de Apolo al mito de Apolo y Dafne.
- Cierta progresión cronológica de los argumentos: desde la transformación del Caos originario en un universo ordenando (kosmos) hasta la divinización de Julio César y Augusto.
Las Metamorfosis beben de distintas fuentes y precedentes. En época helenística se pusieron de moda los epilios, composiciones épicas breves que, en ocasiones, conformaban recopilaciones. La diferencia entre estas recopilaciones y las de Ovidio es que este último se propone crear una gran obra épica unitaria y cohesionada. La influencia de las Metamorfosis ha sido enorme, ya que ha servido de fuente mitológica en la que se han basado prácticamente todos los artistas y escritores de la tradición occidental.
De origen humilde, tuvo una carrera gloriosa gracias al apoyo del emperador, pero, por razones que se desconocen, cayó en desgracia, fue condenado al exilio, se le confiscaron los bienes y se le indujo al suicidio. Escribió cuatro libros de elegías, probablemente titulados Amores, en los que cantaba su amor por Licóride, pseudónimo de la actriz de mimo Citéride.