Lenguas Minoritarias y Normalización Lingüística: El Caso del Gallego

Lenguas Minoritarias y Minorizadas

El Concepto de Lengua Minoritaria

Se entiende por lenguas minoritarias aquellos idiomas no oficiales que, históricamente, han sido vehículo de expresión de un pueblo y sus manifestaciones culturales, pero que sufren la competencia de otro idioma ajeno a la comunidad, lo que representa una amenaza para su supervivencia. En otras palabras, se trata de cualquier variedad lingüística que comparte espacio con otra lengua que ostenta el estatus de oficial y pleno desarrollo. Podemos distinguir diferentes tipos de lenguas minoritarias según su situación:

  • Lenguas sin reconocimiento legal: aquellas que carecen de cualquier tipo de reconocimiento legal, como es el caso de otros idiomas distintos al francés en Francia.
  • Lenguas con reconocimiento limitado: aquellas que poseen algún tipo de reconocimiento, pero que ocupan una posición secundaria con respecto al idioma oficial del Estado, como el gallego.
  • Lenguas minoritarias con diversos grados de reconocimiento: aquellas que gozan de diferentes niveles de reconocimiento jurídico, como el catalán en España, Francia, Italia y Andorra.
  • Casos excepcionales: situaciones en las que el idioma nacional es, a su vez, una lengua minoritaria, como el gaélico (Gaeilge), idioma nacional y oficial en Irlanda.

El Concepto de Lengua Minorizada

La realidad de estas lenguas es muy diversa. Lo que tienen en común es que, en todos los casos, la posición del grupo humano que las sustenta es minoritaria en comparación con otras lenguas habladas en la misma zona o en zonas adyacentes. El principio de territorialidad es fundamental en su definición, así como el factor político: las comunidades de hablantes suelen encontrarse en la periferia del poder central. Esto implica un riesgo para su subsistencia.

John Edwards ha establecido una tipología de las lenguas minorizadas:

  • Minoritarias exclusivas: solo se hablan dentro de un estado.
  • Minoritarias no exclusivas: se hablan en más de un estado.
  • Minoritarias a nivel local: son mayoritarias en otro estado.

El Gallego: Lengua en Proceso de Normalización

Hablamos de proceso de normalización lingüística cuando nos referimos a la recuperación de una lengua que ha sido desplazada por otra y ha visto limitado su uso. El enfrentamiento por la supremacía entre una lengua hegemónica a nivel social y otras lenguas minoritarias solo tiene dos desenlaces posibles: la sustitución lingüística o la normalización lingüística.

El proceso de normalización abarca todas las medidas y acciones destinadas a lograr el uso normal de una lengua minoritaria en todos los ámbitos y la recuperación de todas sus funciones dentro de la propia comunidad.

Desde finales de la Edad Media, se produjo una imposición del español por parte de las autoridades, quienes adoptaron medidas políticas y jurídicas para otorgarle una posición de supremacía sobre otras lenguas habladas en los territorios que conforman el Estado español. Esta anomalía afectó a su desarrollo social y lingüístico en los ámbitos de mayor prestigio.

En los siglos XVIII y XIX, se intensificó el proceso de desgalleguización, que afectó principalmente a la clase media y alta. Sin embargo, también surgieron las primeras voces en defensa del gallego. El proceso de normalización se inicia con la literatura del Rexurdimento. El trabajo continúa con las Irmandades da Fala en el primer tercio del siglo XX.

En el último cuarto del siglo XX, se inició un proceso de recuperación institucional, gracias a las bases establecidas por numerosos agentes sociales y culturales durante el régimen franquista. En la década de 1980, el proceso de normalización se enmarcó dentro de un marco jurídico que incluía a diversas instituciones encargadas de promover el desarrollo social del idioma.

Aunque no son el único agente normativo, las instituciones públicas desempeñan un papel clave en el proceso de normalización. En la Xunta de Galicia, la Secretaría Xeral de Política Lingüística tiene como objetivo promover la lengua en la administración y en la sociedad. Tras la entrada en vigor de la Lei de Normalización Lingüística (LNL), no se pudo detener la progresiva sustitución del gallego por el español. Las actuaciones se centraron en cuatro aspectos:

  • Mejora de la competencia en gallego, con cursos de formación para funcionarios.
  • Introducción del gallego en espacios donde no estaba presente, mediante la concesión de ayudas y subvenciones.
  • Financiación de la CRTVG, diseñada para promover la lengua y la cultura gallegas.
  • Extensión del gallego en las nuevas generaciones, centrando los esfuerzos en el ámbito universitario.

Los resultados no fueron los esperados. Los principales problemas de la política lingüística se pueden resumir en tres puntos:

  • Falta de capacitación del personal responsable de la planificación lingüística.
  • Incumplimiento de las normas establecidas legalmente.
  • Insuficiente vigilancia y evaluación de las inversiones.

Para lograr la normalización, es necesario que las nuevas generaciones utilicen la lengua en todas las esferas de la vida. Este es el principal reto en el camino hacia la normalización. Más allá de los órganos institucionales, la ciudadanía comprometida con este proceso ha sido y es un agente activo e importante, a través de movimientos, asociaciones y otros organismos.

La legislación sobre la lengua gallega se caracteriza por una cierta vaguedad y falta de concreción temporal. Durante más de 20 años, se llevó a cabo un proceso de normalización sin la existencia de un plan general, lo que conllevó desorganización, improvisación y parcialidad. El Plan Xeral de Normalización da Lingua Galega no se elaboró hasta marzo de 2004, pero su aplicación aún está pendiente en la mayoría de los ámbitos.