Las Potencias Europeas y el Camino hacia la Primera Guerra Mundial

Las Potencias Democráticas

Gran Bretaña estableció regímenes plenamente democráticos. Era una monarquía liberal denominada Era Victoriana que coincidió con el largo reinado de Victoria I. Durante ese periodo fue el país más poderoso, el más desarrollado. Su sistema político se basaba en la alternancia de los Tories y los Whigs. A finales de la década de 1890, cedieron terreno al Partido Laborista. Las diversas leyes de reformas ampliaron el sistema electoral haciéndolo cada vez más participativo, acercándolo al sufragio universal masculino, la desamortización de la enseñanza obligatoria y gratuita.

Francia: a raíz de la derrota francesa en Sedán frente a Prusia y de la caída de Napoleón III, Francia se convirtió en la única república. La Tercera República Francesa tenía dos cámaras: Asamblea y Senado. Se impulsó la democratización política, se restauraron las libertades, se instauró el sufragio universal. Impulsó un proceso de laicización del estado y escuela obligatoria laica y gratuita. El asunto internacional que más dividía a la opinión pública francesa eran las relaciones con Alemania, muy conflictivas a raíz del contencioso de Alsacia y Lorena, territorios perdidos a favor de Alemania durante la guerra franco-prusiana. Una corriente de opinión defendía acuerdos mientras otros mantenían que debía buscar alianzas para recuperar las regiones que le habían amputado.

El Segundo Reich Alemán

En 1870, una vez concluido el proceso de unificación política, Alemania se convirtió rápidamente en una gran potencia industrial que aspiraba a dirigir la política continental europea. La Alemania del Segundo Reich, bajo el canciller Bismarck y del Káiser Guillermo I, organizó un gobierno férreo. Poseía una estructura territorial federal pero con un fuerte componente autoritario y no llegó nunca a ser verdaderamente democrático. Tampoco contaba con un sistema de sufragio igual para todos. Existían dos cámaras, una alta y una baja compuesta por diputados elegidos mediante sufragio censitario. El pangermanismo alcanzó rápidamente protagonismo y pedía una expansión territorial que diera al pueblo alemán el espacio que necesitaba.

La Rusia de los Romanov

Era un imperio autocrático. La inmensidad de su territorio y su potencial demográfico contrastaban con el atraso de su sociedad a consecuencia de la férrea hegemonía política de los señores agrarios. En 1861, Alejandro II había decretado la liberación de los siervos, no hubo una transformación real de la economía rural y, como consecuencia, su industrialización fue tardía y limitada a determinadas regiones. El último de los zares, Nicolás II, basó su política siempre en la autocracia más absoluta, cuando a raíz de la Revolución de 1905 tuvo que aceptar una nueva reforma agraria y la creación de una Asamblea representativa.

El Imperio Austrohúngaro

Había un estancamiento político. El poder del emperador era prácticamente absoluto y existía un dominio de la aristocracia territorial. A raíz de las reformas de 1868, el Imperio de los Habsburgo se convirtió en un imperio dual dominado por la minoría alemana, pero Hungría tenía un alto grado de autonomía. El problema eran las reivindicaciones de los eslavos del sur y del este: serbios, croatas, eslovenos, polacos…

Descomposición del Imperio Otomano

El Imperio Turco tenía un régimen autocrático. Los movimientos nacionalistas habían conseguido desmembrar su territorio. En 1828, Grecia consiguió su independencia y más adelante se sucedieron Serbia, Rumanía, Bulgaria y Montenegro.

Las Causas de la Guerra

La Formación de las Alianzas Internacionales

Entre 1870 y 1890, Bismarck promovió unos sistemas de alianzas internacionales que obedecían a los siguientes principios: la búsqueda del predominio alemán en la política continental europea, la creación de un bloque de potencias con centro en el Imperio Alemán y la contención de los enemigos de Alemania. Bismarck primero negoció una alianza entre los tres grandes imperios: Austria, Rusia y Alemania. Seguidamente, Alemania y Austria afianzaron la Doble Alianza y finalmente se firmó la Triple Alianza entre Alemania, Austria-Hungría e Italia. El Imperio Ruso se vio amenazado y reorientó su política exterior. Mientras, Gran Bretaña y Francia superaron sus rivalidades coloniales y se formó la Entente Cordiale. Más tarde, Gran Bretaña estableció pactos con el Imperio Ruso y puso fin a los enfrentamientos coloniales en Asia. En 1907, surgió la Triple Entente entre Gran Bretaña, Francia y Rusia.

Los Enfrentamientos Coloniales

La Conferencia de Berlín en 1885 había intentado establecer medidas de acuerdo y arbitraje entre los imperios. Las hostilidades entre imperialismos rivales tuvieron como escenario el norte de África con Marruecos. Alemania estaba dispuesta a ello ya que había llegado relativamente tarde al reparto colonial. La primera crisis marroquí fue en 1905. El gobierno alemán ofreció su apoyo al Sultán de Marruecos. Guillermo II llegó a desembarcar en Tánger para mostrar su apoyo al Sultán. Con el fin de resolver el conflicto, se convocó la Conferencia de Algeciras. La segunda crisis tuvo una presión alemana que acabó consiguiendo la ampliación de su colonia de Camerún a cambio de abandonar Marruecos.

Las Crisis Balcánicas

El Imperio Austrohúngaro y el Imperio Ruso buscaban acrecentar su influencia en la región aprovechándose de la debilidad del Imperio Turco. El primero se oponía a la voluntad serbia de unificar a todos los eslavos del sur y el segundo aspiraba a aumentar el protectorado de los eslavos. Entre 1908 y 1913 estallaron tres crisis. El primer foco de tensión se inició en 1908 con la excusa de reducir la agitación eslava, y al final Austria-Hungría se anexionó Bosnia-Herzegovina en 1878. Hubo dos guerras balcánicas. La Primera Guerra Balcánica: el Imperio Ruso apoyó la creación de una Liga Balcánica que agrupaba a Serbia, Bulgaria y Montenegro para atacar a Turquía, obligándola a abandonar sus últimos territorios europeos a excepción de Constantinopla y a reconocer la independencia de Albania. La Segunda Guerra Balcánica enfrentó a los serbios con los búlgaros.

La Rivalidad de las Potencias

La rivalidad franco-alemana se reavivó con la crisis marroquí. La competencia naval entre Alemania y Gran Bretaña en 1912 reforzó la alianza franco-británica. Mientras, Francia anunciaba su apoyo a Rusia en caso de conflicto en los Balcanes y el Imperio Ruso apoyaba el proyecto paneslavo serbio, opuesto a los intereses del Imperio Austrohúngaro.

El Estallido del Conflicto

El 28 de junio fue asesinado en Sarajevo el heredero de la corona austríaca, el archiduque Francisco Fernando, junto a su mujer. Como consecuencia, Austria decidió anexionarse Serbia, acusada de organizar el atentado, y le declaró la guerra. A partir de ese momento se puso en marcha el juego de alianzas y en una semana toda Europa entró en guerra. Rusia, sin consultar a su aliado francés, se puso al lado de Serbia y declaró la guerra. Alemania, aliada de Austria, declaró la guerra a Rusia y Francia. La invasión de los ejércitos alemanes sobre la neutral Bélgica hizo que Gran Bretaña declarara la guerra a Austria y Alemania.

Guerra de Movimientos y Guerra de Trincheras

Se inició en agosto de 1914 la guerra en dos frentes. El plan alemán preveía un ataque rápido contra Francia entrando por Bélgica y Luxemburgo. En seis semanas, Francia y los Imperios Centrales podrían dedicar todo su esfuerzo al frente ruso. Las previsiones se cumplieron: los franceses intentaron atacar a Alemania por Alsacia, pero a los pocos días tuvieron que retroceder derrotados. A comienzos de septiembre de 1914, los alemanes se encontraban a 40 km de París. Los ejércitos franceses, reorganizados por el mariscal Joffre, consiguieron parar el avance de los alemanes en la batalla del Marne.

Guerra de Trincheras

La estrategia alemana de la guerra relámpago había fracasado. Los franceses consiguieron estabilizar sus posiciones defensivas y el frente quedó inmovilizado desde la frontera de Suiza hasta el Mar del Norte. La guerra de trincheras, también llamada guerra de posiciones, fue larga y dura, y llegó a convertirse en el símbolo de la Primera Guerra Mundial. En el frente occidental, en 1916, estalló la batalla del Marne, iniciada por los alemanes. Los soldados franceses soportaron durante más de cuatro meses los embates de las tropas alemanas sin ceder un palmo de terreno. También los aliados intentaron una ofensiva en el Somme, pero no tuvieron éxito.

La Mundialización del Conflicto

En mayo de 1915, la intervención de Italia al lado de los aliados abrió un nuevo frente para Austria-Hungría, que conseguiría una importante victoria en Caporetto. Por otro lado, la entrada del Imperio Otomano y de Bulgaria al lado de los Imperios Centrales trasladó el conflicto a los Balcanes. La intervención de otros países como Japón al lado de los aliados no aportó modificaciones decisivas. La participación de los territorios coloniales fue tomando importancia. Las colonias ofrecieron recursos económicos y mano de obra para sustituir a las economías europeas. La guerra también se extendió a los mares, donde se saldó sin vencedores ni vencidos. En 1915, el paquetebote británico Lusitania fue hundido por un submarino alemán. Estados Unidos, que era neutral en el conflicto, protestó enérgicamente.

Dos millones de soldados americanos fueron enviados a combatir en Europa y toda la potencia industrial estadounidense se puso al servicio de la guerra y de los aliados.

Un Nuevo Tipo de Guerra

La Gran Guerra lo fue por la movilización de todos los recursos y por la implicación del conjunto de la población, civil y militar. Provocó el éxodo de millones de civiles ante el pavor al saqueo y movimientos de refugiados. La participación del grueso de la población civil masculina en edad militar y la utilización por primera vez de la propaganda permitió movilizar a la opinión pública de cada bando, usando la exaltación de la patria y el odio al enemigo como forma de comprometer a toda la población en el conflicto. Desde el punto de vista económico, los gobiernos instauraron economías de guerra con una intervención del estado sin precedentes. La población femenina y la masculina no movilizada fueron incorporadas a la producción. Pero la guerra había que pagarla y los gobiernos aliados pidieron préstamos, especialmente a Estados Unidos, la potencia más rica en aquellos años.

De la Crisis de 1917 al Fin de la Guerra

En 1917, un sentimiento de desengaño y frustración recorrió Europa. La guerra parecía interminable, la vida en el frente era insoportable para los combatientes y la miseria se adueñaba de la retaguardia. El entusiasmo de los primeros momentos del conflicto fue desapareciendo. El nuevo gobierno soviético pidió un armisticio, abandonó la contienda y firmó en marzo de 1918 el Tratado de Brest-Litovsk con los Imperios Centrales. En el año 1918 se produjo el desenlace definitivo del conflicto. En el frente de los Balcanes, británicos, franceses e italianos derrotaron a turcos, búlgaros y austríacos. El Imperio Otomano y el Austrohúngaro pidieron armisticios y los combates cesaron en todas las fronteras del este. El 3 de noviembre, el Imperio Austríaco se rindió y su emperador abdicó. En el frente oeste, los alemanes aprovecharon la retirada rusa para iniciar una serie de ofensivas. Los aliados reorganizaron sus ejércitos bajo un mando único y, fortalecidos por la ayuda estadounidense, obtuvieron una decisiva victoria en la zona del Marne. A partir de septiembre, el Reich empezó a hundirse. Guillermo II abdicó el 9 de noviembre de 1918, se proclamó la república y el nuevo gobierno, en manos del Partido Socialdemócrata Alemán, firmó el armisticio. Al fin, la Primera Guerra Mundial había terminado.

Tratados de Paz

La Paz de los Vencedores

La Conferencia de Paz comenzó en París con Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia al mando, sin la participación de las potencias perdedoras. Se firmaron cinco tratados de paz, de los cuales el de Versalles fue el más importante porque responsabilizaba a Alemania del conflicto. Territorialmente, tuvo que devolver Alsacia y Lorena a Francia. Económicamente, las reparaciones de guerra fueron muy elevadas. Se prohibía la unión territorial con Austria para evitar una posible expansión pangermánica. Otros tratados fueron: Saint-Germain con Austria, Trianon con Hungría, Neuilly con Bulgaria y Sèvres con el Imperio Turco. Era una paz inestable provocada por las duras condiciones impuestas a Alemania que, junto a otros factores, fomentó el ascenso de los fascismos.

Sociedad de Naciones

La Sociedad de Naciones fue una organización internacional que se constituyó en París con sede en Ginebra. Su objeto era garantizar y fomentar la colaboración internacional. En la práctica, ni Estados Unidos ni Rusia formaron parte de la SDN, por lo que nació debilitada y sin medios para imponer sus decisiones.

Consecuencias

Demográficas: se produjeron grandes pérdidas humanas. La elevada mortalidad, agravada por las penalidades y la falta de alimentación, afectó a los hombres movilizados entre los 20 y 40 años, lo que provocó un descenso de la natalidad durante varias generaciones.

Económicas: se produjo un endeudamiento de los países beligerantes y la pérdida definitiva de la hegemonía europea. Estados Unidos se convirtió en un gran prestamista europeo y líder de las finanzas mundiales. También Japón inició una expansión comercial y marítima en Asia.

Políticas y sociales: se produjo un desmembramiento de los grandes imperios. Las monarquías imperiales fueron destronadas y las democracias fueron ganando terreno. Surgieron nuevos ricos, se avivaron las aspiraciones independentistas y se produjo la emancipación de la mujer.

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