El inicio de la Transición
Tras la muerte de Franco, se produjo la transición de la dictadura a la democracia, etapa iniciada con la proclamación de Juan Carlos I, quien proclamó una monarquía constitucional y parlamentaria, y que concluye con la llegada del PSOE al poder en 1982.
Factores como las retrasadas condiciones socioeconómicas frente al resto de Europa, la labor del rey proclamando su compromiso con la democracia, la labor de Adolfo Suárez legalizando partidos y sindicatos o el fin de las dictaduras de Portugal y Grecia dieron lugar a unas condiciones favorables que hicieron posible el cambio.
El gobierno de Arias Navarro
En 1975, Juan Carlos I asume el título de la jefatura del Estado y confirmaba como presidente de gobierno a Arias Navarro, junto a otros ministros de talante reformista, un gobierno que pretendía reformar el sistema poco a poco. La oposición democrática defendía la ruptura y forcejeó en muchas ocasiones con el gobierno.
Las primeras medidas de gobierno pretendían ser democráticas, pero Arias Navarro era un convencido franquista y quiso respetar partes del legado franquista, dejando de lado la amnistía, elecciones constituyentes o libertades sindicales, plegándose a los intereses de los sectores más conservadores. Por ello, las movilizaciones populares se intensificaron: huelgas y manifestaciones que afectaban a fábricas, servicios públicos, comunicaciones… sobre todo en Madrid, Barcelona y el País Vasco, en esta última ETA inicia de nuevo su campaña terrorista. La oposición logró debilitar a Arias Navarro y reflejar el nulo reformismo del gobierno. Tras sucesos como la muerte de manifestantes a manos de policías y ultraderecha, la situación insostenible dio lugar a la dimisión de Navarro.
El gobierno de Adolfo Suárez
Tras la dimisión, el rey designó a Adolfo Suárez como nuevo jefe de gobierno en contra de lo que se esperaba, pues ocupó algunos cargos durante el régimen de Franco. Sin embargo, lleva adelante la reforma anunciando una reforma constitucional y las elecciones generales en 1977, y legaliza los derechos de reunión, manifestación, propaganda y asociación, y aprueba además una primera amnistía excarcelando a 500 presos políticos. Consigue el apoyo de franquistas y del ejército (quien es modernizado y profesionalizado posteriormente), aunque más por disciplina y lealtad al rey que por convicción. La acción política de Suárez fue clave en la Transición.
Las elecciones de 1977 y la Constitución de 1978
El resultado de las elecciones dio la victoria a la UCD, siendo un triunfo del centro, de la moderación y del consenso democrático. La labor de las Cortes será entonces la redacción de una Constitución, elaborada por el Congreso, con representantes del UCD, PSOE, PCE, AP y nacionalistas catalanes. Esta es aprobada en 1978 y define a España como un Estado social y democrático de Derecho, cuya forma política es la Monarquía Parlamentaria, reconoce el derecho de autonomía de nacionalidades y regiones, las libertades democráticas, abolió la pena de muerte, abría posibilidad al divorcio, libertad de enseñanza, libertad de empresa y economía de mercado y derechos sociales como la educación, la sanidad y la vivienda. La división de poderes es la siguiente:
- Las Cortes: poder legislativo, sufragio universal.
- Gobierno: poder ejecutivo, administración civil y militar, política interior y exterior.
- Poder judicial: protector de las leyes y propulsor de la justicia.
- Rey: jefe de Estado y jefe de las Fuerzas Armadas.
El periodo constituyente y la crisis de la UCD
En este periodo constituyente, se abordaron otras cuestiones:
- La reforma de la organización territorial del Estado.
- Pactos de la Moncloa, para hacer frente a la crisis económica: inflación, paro, caída de la inversión…
- Reforma fiscal.
- Nueva amnistía.
Aprobada la Constitución, se disuelven las Cortes y se convocan elecciones generales, municipales y legislativas en las que la UCD (que pierde algo de fuerza) y PSOE obtienen los mejores resultados.
Comienza entonces a deteriorarse la vida política, con Suárez con problemas para sacar sus propuestas al no tener mayorías absolutas. Las tensiones en el partido aumentaron y en 1980 obtienen malos resultados en las elecciones autonómicas, deteriorándose la situación política, que tenía que paliar el terrorismo y el involucionismo.
Suárez, con pocos apoyos dentro de su propio partido, acaba dimitiendo como presidente, estallando así una crisis política. Mientras se desarrollaba la votación de investidura para el nuevo presidente de gobierno, Antonio Tejero, con un grupo de guardias civiles, asalta el Congreso —un golpe de Estado—, y en Valencia el capitán general sacaba los tanques a la calle, aunque tarda pocas horas en desactivarse, gracias, principalmente, a la decisión del rey de mantener las libertades.
El fin de la Transición
Tras el golpe de Estado, Leopoldo Calvo-Sotelo es investido presidente del gobierno. Sin embargo, la crisis de la UCD continúa y el partido se disuelve. En las elecciones de 1982, el PSOE, liderado por Felipe González, obtiene una amplia mayoría absoluta, dando comienzo a una nueva etapa en la historia de España.