Justificación de la Filosofía de Platón
Atenas sufría una profunda crisis social y política, y el pensamiento platónico surge como una crítica al relativismo de los sofistas. Cuando Platón habla de la liberación del prisionero, explica que el conocimiento es dialéctico, un paso de la ignorancia a la sabiduría. La liberación del prisionero representa el sentido ascendente de la dialéctica. Por ello, justificamos este texto desde la teoría del conocimiento de Platón, la Teoría de las Ideas, que considera los conceptos universales del entendimiento humano como representaciones de formas inmateriales, suprasensibles y perfectas. Platón las llama ideas, modelos eternos, universales, permanentes y comunes de las cosas, prototipos de la realidad y del conocimiento. La teoría platónica se puede entender desde varias perspectivas:
1. Dualismo Ontológico: Teoría de la Realidad
La teoría ontológica platónica es dualista, distinguiendo dos tipos de realidad:
Mundo Sensible
Es un mundo engañoso que no ofrece la verdadera realidad. Se obtiene al dejarse llevar por los sentidos en lugar de la razón. Ofrece solo apariencias, es imperfecto y engañoso, permitiendo solo opiniones (doxa). Proporciona conocimiento de seres materiales cambiantes, copias de las ideas.
Mundo Intelectual
Es el mundo verdadero, accesible al liberarse de los sentidos y usar la razón. Ofrece la verdadera realidad: las ideas únicas, inmutables, inmateriales, una realidad extramental y jerarquizada, la esencia de las cosas y sus modelos. Este conocimiento permite obtener la ciencia (episteme) al llevar a los conceptos universales.
Según Platón, el mundo inteligible es anterior al sensible. Los seres sensibles (imperfectos) son imitaciones de las ideas, lo que se denomina idealismo. La idea del Bien es la idea suprema, la cumbre de la jerarquía que permite el desarrollo de las demás ideas.
2. Dualismo Gnoseológico: Teoría del Conocimiento
Según Platón, para recuperar el conocimiento de las ideas, hay que seguir un camino de esfuerzo, desde la ignorancia hacia la sabiduría. Este camino, la dialéctica, pasa por cuatro fases: dos del mundo sensible (doxa), expuestas al error, cambiantes y sin fundamento sólido, y dos del mundo inteligible (episteme), infalibles, seguras y fundamentadas en razones.
Fases del Conocimiento Sensible (Doxa)
- Imaginación (eikasia): Conocimiento de imágenes de la realidad proyectadas por otros, “copia de la copia”. Se repiten opiniones ajenas como si fueran reales. Es la situación de los esclavos encadenados en el mito de la caverna.
- Creencia (pistis): Conocimiento directo de los sentidos. Es la situación de los esclavos al conocer los objetos artificiales y naturales causantes de las sombras en la caverna.
Fases del Conocimiento Inteligible (Episteme)
- Pensamiento Discursivo (dianoia): Conocimiento de objetos matemáticos, propedéuticos para el mundo de las ideas. Se basa en la razón, apoyándose en hipótesis. Se dirige desde ideas hacia cosas sensibles. Es la situación del esclavo al acercarse a la salida de la cueva y ver las cosas iluminadas por el sol.
- Inteligencia (noesis): Conocimiento de las ideas mismas, no de hipótesis hacia cosas, sino hacia las ideas. Lleva a la idea del Bien, causante de todas las demás. Es la situación del esclavo al salir de la caverna y mirar directamente al sol.
El alma pertenece al mundo de las ideas y tenía conocimiento de estas antes de unirse al cuerpo, pero lo pierde al encarnarse. Si lo persigue, lo recuperará. Conocer es recordar, el conocimiento es reminiscencia.
El eros, el amor, mueve al ser humano de la ignorancia a la sabiduría, entendido como el reconocimiento de lo que se carece y su búsqueda. Para Platón, la dialéctica es un diálogo para llegar a la verdad y un proceso de purificación del alma.
3. Dualismo Antropológico
Platón tiene una concepción dualista del hombre, similar a la del mundo. El alma tiene prioridad sobre el cuerpo:
Cuerpo
Es material, impuro, sensible, lleno de pasiones, apetitos, deseos e instintos. Aprisiona y corrompe el alma, causante del mal y la ignorancia. Es la cárcel del alma, impidiendo la búsqueda de la verdad. El alma debe liberarse del cuerpo y purificarse.
Alma
Tiene rasgos del mundo de las ideas: inmortal, eterna, no cognoscible por los sentidos. Tiene deseos intelectuales y es principio vital del cuerpo. Se une a él accidentalmente, siendo “prisionera” del mismo.
El alma está encerrada y encadenada a la ignorancia y la falta de virtud (el cuerpo), como los prisioneros en la caverna. No pueden conocer la verdad sin educación. Platón alude al proceso educativo como la liberación del prisionero de sus cadenas y la curación de su ignorancia. Atada a los sentidos, el alma tiene un conocimiento confuso que no contiene la verdad.
Antes de ser educada, el alma está en el nivel más bajo del conocimiento, la conjetura, sobre las imágenes de los objetos físicos. Esto se simboliza en la alegoría con las sombras proyectadas en la caverna. Detrás de los prisioneros hay otra realidad, los objetos transportados y la hoguera, que corresponden al siguiente grado de conocimiento, menos confuso, pero opinión: la creencia, que corresponde a los objetos en el mundo sensible.
El alma se mueve por tres partes, según Platón:
- Nous: Alma racional, inmortal, creada por el Demiurgo, aspira al máximo conocimiento y tiende a vivir en el mundo de las ideas.
- Thymos: Alma irascible, encargada de las emociones y pasiones nobles.
- Epothymia: Alma concupiscible, donde residen los impulsos irracionales.
Para alcanzar un estado justo, es necesario un orden y armonía entre las tres funciones del alma, sin que ninguna prevalezca sobre las otras, además de una correlación estructural entre individuo y estado.
Debe haber un principio de especialización funcional: la prudencia del individuo corresponde a la razón en la cabeza, y en el Estado, a los gobernantes-filósofos como necesidad de un gobierno justo; la fortaleza del individuo corresponde al coraje en el pecho, y en el Estado, a los defensores como necesidad de defensa; la moderación del individuo corresponde a los apetitos en el abdomen, y en el Estado, a los productores como consecuencia de las necesidades materiales. En un estado justo, cada individuo realiza una función especializada. El gobernante debe ser un filósofo, conocedor de las ideas de justicia (participante de la idea del bien) gracias a la educación.