La Segunda Revolución Industrial y el Imperialismo: Un Análisis Histórico

1. La Segunda Revolución Industrial (1870-1914)

1.1 Crecimiento de la Población Europea

Entre 1800 y 1914, la población europea aumentó de 190 millones a 450 millones. Los nuevos avances médicos provocaron un descenso de la mortalidad, mientras que la natalidad se mantenía elevada, creando una explosión demográfica. Numerosos desplazamientos de población a otros continentes tuvieron lugar. Entre 1800 y 1914, aproximadamente 60 millones de personas abandonaron Europa hacia América. A mediados del siglo XIX, la emigración a ultramar se componía principalmente de británicos e irlandeses que se dirigieron a Estados Unidos, Canadá y Australia, esclavos e italianos a Estados Unidos, y españoles a América Latina.

1.2 Las Nuevas Fuentes de Energía

Entre 1884 y 1914, dos nuevas fuentes de energía, el petróleo y la electricidad, destronaron al carbón. El uso de la electricidad cambió la ubicación de las empresas y su organización interna. Tuvo numerosas aplicaciones en las comunicaciones (teléfono, telégrafo, radio), en el transporte (ferrocarril eléctrico, tranvía, metro) y en la iluminación (bombilla de Edison). La explotación del petróleo comenzó en 1859 en Estados Unidos (lámparas, lubricantes). Su aplicación más importante fue en los medios de transporte, como combustible en automóviles, barcos y aviones.

1.3 Los Nuevos Medios de Transporte

Las nuevas fuentes de energía impulsaron una nueva revolución en los transportes, elemento esencial del crecimiento económico. Se difundieron las mejores técnicas en la construcción de buques y la navegación acortó la duración de los viajes transoceánicos, favoreciendo las grandes migraciones europeas. La apertura de nuevos canales también acortó distancias. La invención del pedal (1865) y del neumático (1888) hicieron posible la aparición de la bicicleta. El transporte revolucionario fue el automóvil, creado por Karl Benz en 1885, y a partir de ahí se desarrolló en Francia (Armand Peugeot) y Estados Unidos (Henry Ford). Las primeras décadas del siglo XX también conocieron el desarrollo de la aviación.

1.4 Nuevos Inventos, Nuevas Industrias

El empuje industrial de finales del siglo XIX estuvo ligado a la innovación tecnológica. A finales del siglo XIX, surgió una competencia tecnológica entre especialistas agrupados en laboratorios de investigación. Se descubrieron nuevos productos o aplicaciones (vidrio, fibras artificiales, caucho). Surgieron nuevos sectores industriales como la industria alimentaria (conservas), la industria química (explosivos) y la industria siderúrgica (níquel, aluminio, cobre).

1.5 La Nueva Organización del Capital y del Trabajo

La concentración empresarial se debió a la necesidad de grandes inversiones para las nuevas industrias, la fuerte competencia tecnológica y las fusiones de empresas. Se crearon nuevos modelos empresariales:

  • Concentración horizontal: Fusión de empresas que trabajan en un mismo sector productivo.
  • Concentración vertical: Integración de diferentes sectores productivos.
  • Cártel: Asociación de empresas para restringir o eliminar la competencia.
  • Trust: Fusión de diversas empresas para controlar el mercado.
  • Holding: Sociedad financiera con capital en diversas empresas para controlar sus actividades.
  • Monopolio: Un fabricante tiene la exclusiva sobre un producto e impone los precios sin control.

La producción en serie: El objetivo era aumentar la productividad y mejorar la competitividad. El Taylorismo es un método de organización industrial cuyo fin es aumentar la productividad, eliminando los movimientos inútiles del obrero y optimizando el tiempo empleado, para reducir costes. La producción se organiza en serie, en una cadena de montaje.

1.6 El Aumento de la Competencia

Las nuevas potencias industriales: Gran Bretaña perdió su hegemonía en la economía mundial (de un 30% a un 14% en 1914). Su principal competidor en Europa fue Alemania, que se convirtió en una potencia tanto en sectores de base como en industrias tecnológicamente avanzadas. La expansión del comercio: El comercio internacional se multiplicó por siete entre 1850 y 1914. Se implementaron nuevos sistemas de ventas a plazos y con préstamos bancarios. Esto provocó una rivalidad entre las grandes potencias industriales: el imperialismo colonial.

2. El Imperialismo

2.1 Causas Económicas

  • Necesidad de mercados donde exportar la producción industrial.
  • Necesidad de materias primas y energías baratas para la creciente industrialización.
  • Necesidad de espacios donde invertir los capitales sobrantes (puertos, ferrocarriles, canales interoceánicos).
  • Uso de mano de obra no cualificada muy barata.

2.2 Factores Políticos y Demográficos

La expansión de las potencias industriales también se debió al deseo de aumentar su poder político a escala internacional. El aumento demográfico en Europa, la llamada «explosión blanca», generó un importante flujo migratorio. La opinión pública de las metrópolis era favorable a la expansión exterior como forma de conquistar nuevos territorios para el asentamiento de la población.

2.3 Causas Ideológicas

A lo largo del siglo XIX, se extendió el interés científico por explorar zonas desconocidas. Se constituyeron sociedades científicas que organizaron expediciones geográficas y antropológicas en África y Asia, como las de Stanley, Livingstone y Brazza. Las causas del imperialismo se basan en las concepciones racistas que defendían la superioridad de la raza blanca y su deber de colonizar y educar a los «salvajes».

3. El Reparto del Mundo

3.1 Del Colonialismo al Imperialismo

Los viejos imperios se ubicaban en América; en la nueva etapa, la ocupación se centró en África, Asia y el Pacífico. Las antiguas colonias habían sido de asentamiento, donde los emigrantes crearon sociedades similares a las europeas. Las nuevas colonias serían territorios de ocupación, donde una minoría de europeos ejercía el control político y económico. El ritmo de ocupación, antes lento y limitado, se aceleró. Las posesiones coloniales anteriores generaron pocos conflictos, mientras que el imperialismo del siglo XIX fue belicoso.

3.2 El Desmembramiento de África

A principios del siglo XIX, los europeos solo tenían factorías costeras o pequeñas colonias en África. En la segunda mitad del siglo, exploradores y misioneros recorrieron el continente. A partir de 1870, las potencias europeas, Gran Bretaña y Francia, se lanzaron a conquistar y colonizar África.

  • Gran Bretaña: Su proyecto trató de conectar el norte con el sur de África mediante el ferrocarril El Cairo-El Cabo. Controló el oro, los diamantes y el Canal de Suez. Tuvo conflictos con Alemania, Francia y Portugal. Surgió la guerra de los Bóers (1880-1881 y 1899-1902) contra los colonos de origen holandés. Anexionó Orange y Transvaal a la colonia de El Cabo.
  • Francia: Ocupó el eje este-oeste. Dominó el norte de África (Argelia, Túnez, Marruecos), África occidental y ecuatorial. Tuvo conflictos con Bélgica y Reino Unido.
  • Alemania: Conquistó el África negra (Togo, Camerún, Tanganica y África sudoccidental).
  • Portugal: Se consolidó en Angola, Mozambique y Guinea-Bissau.
  • España: Consiguió el Sáhara Occidental y Guinea Ecuatorial.

En 1885, Bismarck convocó la Conferencia de Berlín, con 14 países europeos. Se elaboró un acta que estipulaba las condiciones para la expansión colonial en África, garantizaba la libre navegación por los ríos Níger y Congo y establecía los principios para ocupar los territorios africanos.

3.3 La Ocupación de Asia

  • Gran Bretaña: Se concentró en la India. Tras las revueltas de los cipayos (1857), el gobierno británico asumió el control de la India. La reina Victoria fue proclamada emperatriz de la India en 1877. Para garantizar su zona de influencia, rivalizó con Francia para anexionarse Birmania. Tuvo conflictos con Portugal, Francia y Rusia. Ocupó Malasia, Singapur y Nueva Guinea.
  • Francia: Se centró en Indochina (1860-1893), creando la Unión Indochina (Vietnam, Camboya y Laos).
  • Holanda: Indonesia (Islas Célebes).
  • Portugal: Diu, Damán y Goa en India.
  • España: Filipinas (cedidas a Estados Unidos en 1898).
  • Imperio Ruso: Expansión hacia Siberia y el sur. Rivalidades territoriales con China y guerra ruso-japonesa (1904-1905).
  • China: No fue ocupada, pero los europeos establecieron enclaves comerciales. Las guerras del Opio (1839-1842 y 1856-1860) permitieron a Gran Bretaña obtener Hong Kong y la apertura de doce puertos al comercio internacional. Reacciones nacionalistas: Levantamiento de los Cien Días y la revuelta de los bóxers (1900-1901).

4. Las Nuevas Potencias

4.1 El Imperialismo de Estados Unidos

El expansionismo americano se explica por el gran crecimiento económico de Estados Unidos a finales del siglo XIX y la competencia con los estados europeos. El darwinismo social difundió la idea de que Estados Unidos debía competir con otras naciones para sobrevivir. La opinión mayoritaria era que América era su espacio natural de expansión (Doctrina Monroe). Guerra con México (1846-1848): anexión de California y Arizona. Control del estrecho de Bering. Intervención en América hispana (Nicaragua, Cuba, Panamá). Anexión de Hawái (1898). Guerra contra España (1898): anexión de Cuba y Filipinas.

4.2 El Expansionismo Japonés

Tras la Revolución Meiji, Japón se modernizó y se industrializó. Su expansionismo se orientó hacia la ribera asiática del Pacífico, para abastecerse de alimentos y materias primas, y para defenderse de China y Rusia. En 1876, Japón intervino en Corea. Guerra con China (1894-1895): anexión de Formosa. Guerra con Rusia (1904-1905): anexión de territorios.

5. La Organización de los Imperios Coloniales

5.1 La Administración Colonial

  • Colonias de explotación: Escasa población emigrada de la metrópoli, centradas en la explotación de recursos.
  • Colonias de poblamiento: Canadá, Australia, Nueva Zelanda. Fuerte emigración europea con derechos civiles similares a la metrópoli.
  • Colonias: Sin gobierno propio, dependían de la metrópoli.
  • Protectorados: Teórico gobierno autónomo indígena, pero la metrópoli controlaba la política exterior y la defensa.
  • Dominios: Gobierno autónomo, con lazos políticos y culturales con la metrópoli (ej. Canadá en 1867).
  • Mandatos: Territorios de las potencias perdedoras de la Primera Guerra Mundial, administrados por la Sociedad de Naciones (ej. Namibia).