Introducción
La Segunda República Española (1931-1936) se caracterizó por una profunda inestabilidad política, radicalización ideológica, divisiones internas y un desfavorable contexto internacional marcado por la crisis económica de 1929 y el auge de los totalitarismos. La insurrección militar del 17 y 18 de julio de 1936 puso fin a esta etapa e inició la Guerra Civil Española, aunque la República no se disolvió oficialmente hasta 1939.
Proclamación de la República
En 1930, la dimisión de Primo de Rivera llevó al rey Alfonso XIII a intentar una transición hacia una monarquía constitucional a través de la Dictablanda del general Berenguer. Tras la dimisión de este, el rey nombró a Aznar con el compromiso de convocar elecciones. Republicanos, catalanistas de izquierdas y el PSOE firmaron el Pacto de San Sebastián en 1930, comprometiéndose a:
- La supresión de la monarquía y la proclamación de la república.
- La formación de un gobierno provisional.
- La convocatoria de Cortes Constituyentes.
- La elaboración de una constitución.
- Un Estatuto de Autonomía para Cataluña.
Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, presentadas por los firmantes del Pacto como un referéndum sobre la monarquía, dieron la victoria a los republicanos. El júbilo popular y la renuncia de Alfonso XIII marcaron el inicio de la Segunda República.
El Gobierno Provisional
Se formó un gobierno provisional presidido por Niceto Alcalá Zamora, orientado a la mejora de las condiciones laborales. Largo Caballero impulsó el Decreto de Términos Municipales, que obligaba a contratar preferentemente a braceros locales, y el Decreto de Laboreo Forzoso, que permitía la cesión de tierras improductivas a campesinos. Se inició una reforma educativa para erradicar el analfabetismo y promover la enseñanza laica, así como una reforma de las Fuerzas Armadas para reducir su tamaño y su inclinación monárquica.
Problemas y tensiones
La cuestión religiosa fue un foco de conflicto. El gobierno provisional decretó la no obligatoriedad de la enseñanza religiosa, lo que generó críticas desde la derecha. Por la izquierda, se produjeron levantamientos campesinos y revueltas obreras demandando medidas más radicales. En Cataluña, Francesc Macià proclamó la República Catalana y se presentó el Estatuto de Estella, un anteproyecto de Estatuto de Autonomía.
Las Cortes Constituyentes y la Constitución de 1931
Las elecciones de julio de 1931 dieron la victoria al PSOE y al Partido Radical. Alcalá Zamora fue elegido Presidente de la República y Manuel Azaña, Presidente del Gobierno. El principal objetivo era elaborar una nueva constitución.
La Constitución de 1931 fue de carácter democrático y socializante. Establecía:
- Sufragio universal para mayores de 18 años, incluidas las mujeres.
- La república como sistema político.
- División de poderes con supremacía del poder legislativo.
- Cortes unicamerales.
- Matrimonio civil y divorcio.
- Amplios derechos individuales y colectivos.
- Estado laico.
- Estado autonómico.
La Constitución creó el Tribunal de Garantías Constitucionales. Se la considera una de las constituciones más progresistas y avanzadas de la época.
Reformas y oposición
La Constitución de 1931 generó una fuerte oposición desde la derecha. La crisis económica dificultó la aplicación de las reformas.
Reforma religiosa: Se separó la Iglesia del Estado. La Ley de Congregaciones Religiosas limitó las actividades docentes de la Iglesia. Se permitió el matrimonio civil y el divorcio.
Reforma educativa: Se impulsó una enseñanza laica, progresista y gratuita. Se construyeron miles de escuelas y se estableció la coeducación y el respeto al bilingüismo.
Reforma autonómica: Se aprobó el Estatuto de Cataluña en 1932, convirtiendo a Cataluña en una región autónoma con la Generalitat como gobierno. Se elaboraron proyectos de Estatuto para otras regiones, como el Estatuto de Estella para el País Vasco y un anteproyecto en Galicia.
Reforma laboral y agraria: Largo Caballero impulsó reformas para mejorar las condiciones de vida y trabajo de obreros y jornaleros. La Ley de Bases de la Reforma Agraria buscaba solucionar los problemas del campo a través de la expropiación de tierras. Se creó el IRA (Instituto de Reforma Agraria) para redistribuir la tierra, pero la reforma agraria no logró los resultados esperados debido a diversos obstáculos.