La Liberación de Europa
Tras la Batalla de Stalingrado, se inició un cambio de tendencia en la guerra favorable a los aliados. Las tropas soviéticas fueron desplazando a los alemanes de Europa del Este: a finales de 1944, habían llegado a Hungría y Varsovia tras ocupar Rumania y Bulgaria. Por su parte, los partisanos yugoslavos y albaneses organizaron la resistencia contra los alemanes y consiguieron la fuerza necesaria para liberar sus países.
En mayo de 1943, británicos y estadounidenses expulsaron a las tropas nazis del Norte de África, y poco después (julio-septiembre), desembarcaron en Sicilia y el Sur de Italia. El gobierno de Mussolini fue incapaz de hacerles frente. Hitler acudió a su rescate e invadió el Norte y el centro de la península, donde se implantó la República fascista de Saló. En el Sur, se formó un gobierno antifascista que declaró la guerra a Alemania. La península había quedado dividida y enfrentaba claramente a partisanos y fascistas.
Las aviaciones británica y estadounidense consiguieron imponerse a la Luftwaffe en el cielo e intensificaron los bombardeos sobre Alemania, que destrozaron industrias e infraestructuras y arrasaron ciudades, sembrando el terror entre la población civil. Por ejemplo, una tormenta de fuego destruyó Hamburgo (1943) y provocó la muerte de 50.000 civiles.
El ataque decisivo en Europa Occidental fue el desembarco de las tropas aliadas en Normandía el 6 de junio de 1944, con la participación de la Resistencia francesa. Los combates fueron muy duros y los nazis se vieron forzados a retirarse, permitiendo a los ejércitos aliados avanzar hacia París, que fue liberada el 24 de agosto.
La Caída de Berlín
A finales de 1944, gran parte de Europa estaba liberada, pero los nazis continuaban manteniendo una voluntad de resistir que se tradujo en una nueva contraofensiva militar en las Ardenas, a mediados de diciembre de 1944. Tras un mes de combates, la victoria de los EE. UU. se hizo efectiva, anulando definitivamente la capacidad ofensiva del ejército alemán.
El avance soviético por el Este continuó y permitió conocer en toda su amplitud la realidad de los campos de concentración y exterminio a partir de las atrocidades que salieron a la luz. En enero de 1945, llegaron a Auschwitz, donde hallaron unos 7.000 prisioneros enfermos y famélicos, multitud de objetos y miles de cadáveres. La realidad de los campos superó todas las previsiones.
Las tropas soviéticas llegaron a una devastada Berlín (24 de abril de 1945) ante una población aterrorizada y que sometieron con brutalidad, y las angloamericanas alcanzaron el Rin. Hitler se suicidó en el búnker donde se refugiaba (30 de abril). La guerra había terminado.
Berlín capituló el 2 de mayo y firmó la rendición incondicional (7 y 8 de mayo). También se rindió el ejército alemán de ocupación en Italia, poco después de que Mussolini fuese detenido y ejecutado (28 de abril) por un grupo de partisanos.
La Guerra de Corea (1950-1953)
Fue la primera guerra de la Guerra Fría. Estimulada por la victoria maoísta en China, en junio de 1950, la URSS animó a sus aliados de Corea del Norte a invadir Corea del Sur. La ONU condenó la agresión y aceptó el envío de tropas norteamericanas dirigidas por el general MacArthur. Estas rechazaron la invasión e iniciaron su expansión hacia el Norte, pero la intervención de tropas chinas les obligó a retroceder. El conflicto finalizó con la Paz de Panmunjom, en 1953, que restableció la frontera donde estaba y consolidó la división de las dos Coreas.
La guerra duró tres años y provocó más de cuatro millones de muertos, la mitad civiles, y se reprodujeron las brutalidades (masacres, asesinatos…). En Estados Unidos se reforzó el anticomunismo, se multiplicó por cuatro el gasto en defensa y la presencia militar en el exterior de forma permanente. Corea del Norte quedó devastada por los bombardeos y China vivió como un triunfo el haberse enfrentado con éxito al poder occidental.
Tensiones en Tiempos de Distensión
El acercamiento entre las grandes potencias no excluyó situaciones de crisis, que repetían la tensión de los años de la Guerra Fría, como las que se produjeron en Egipto, Cuba y Berlín.
El Conflicto del Canal de Suez (1956)
En Egipto, la decisión del dirigente egipcio Gamal Abdel Nasser de nacionalizar la Compañía del Canal de Suez (1956), controlado por franceses y británicos, comportó un ataque aéreo por parte de Francia y Gran Bretaña, con la ayuda de Israel. Después de momentos de tensión internacional, la amenaza de represalias por parte de la URSS y la condena de EE. UU. acabaron el conflicto.
La Revolución Cubana (1959)
La Revolución cubana de 1959 liquidó la dictadura de Fulgencio Batista y provocó la hostilidad de EE. UU., que decretó (1961) el boicot económico y apoyó un frustrado intento de invasión de la isla. Ante ello, el líder cubano Fidel Castro buscó el apoyo de la URSS, proclamó (1961) el carácter socialista de la revolución y aceptó la instalación de misiles soviéticos en la isla.
Ante la amenaza de los misiles, EE. UU. ordenó en 1962 el bloqueo de Cuba para impedir la llegada de los buques que los transportaban y amenazaron con atacar. La tensión fue extrema y el mundo vivió al borde del precipicio, pero finalmente Kennedy y Kruschov llegaron al acuerdo de retirar los misiles soviéticos y respetar la integridad territorial de la isla.
El Muro de Berlín (1961)
Ante la emigración de más de dos millones de ciudadanos desde Berlín Este al Oeste, el gobierno comunista de la RDA decidió construir un muro que impidiese la fuga. Kruschov lo aprobó mientras Kennedy lo aceptó para poner fin al conflicto. El muro alcanzó los 155 km, separó a las familias berlinesas y fue escenario de casi 100.000 intentos de fuga, con un saldo de unos 600 muertos.