La Revolución Rusa y la Construcción del Estado Soviético

La Monarquía Zarista y la Oposición

El Reinado de Nicolás II

Nicolás II era un monarca absolutista que gobernaba una Rusia mayoritariamente rural y sumida en la pobreza. La liberación de los campesinos, si bien favoreció el desarrollo industrial, no mejoró sus condiciones de vida en las fábricas. La desigualdad social era patente, con una burguesía rural emergente (los kulaks) y una creciente masa obrera descontenta.

La Intelectualidad Rebelde

La intelligentsia, un grupo de intelectuales rusos de finales del siglo XIX, se opuso al régimen zarista. Rechazaban el absolutismo y aspiraban a la liberación del pueblo ruso.

El Populismo y la Lucha por el Pueblo

A finales del siglo XIX, surgió el movimiento populista, que defendía los intereses del pueblo. Este movimiento agrupaba a diversas facciones, algunas que creían en la educación popular y otras que abogaban por la acción terrorista de inspiración anarquista. Los populistas creían en la posibilidad de alcanzar el socialismo sin pasar por el capitalismo.

Partidos Políticos Rusos

  • Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR)

    Fundado en 1898 y liderado por Plejánov, introductor del marxismo en Rusia, el POSDR se dividió en dos facciones:

    • Mencheviques: Liderados por Mártov, con el apoyo de Plejánov, eran moderados y creían en la necesidad de una revolución liberal encabezada por la burguesía.
    • Bolcheviques: Liderados por Lenin, sostenían que la burguesía no lideraría el cambio y que las masas populares debían encabezar la revolución.
  • Partido Social Revolucionario (PSR)

    Fundado en 1901 y liderado por Kerenski, abogaba por la instauración de un sistema parlamentario en Rusia.

  • Partido Constitucional Democrático (Kadetes)

    Fundado en 1905 y liderado por Miliukov, buscaba implantar un modelo de capitalismo parlamentario constitucional similar al británico.

La Revolución de 1905: El Primer Estallido

La derrota de Rusia ante Japón en 1905 evidenció la debilidad del régimen zarista y agravó la crítica situación social, provocando protestas generalizadas. El detonante de la revolución fue la brutal represión del ejército contra una manifestación pacífica, conocida como el Domingo Sangriento. Le siguieron huelgas masivas y revueltas campesinas. Surgieron los soviets, consejos de trabajadores, soldados y campesinos que organizaban la lucha revolucionaria. El primer soviet se formó en San Petersburgo bajo la dirección de Trotski.

Ante la presión, el Zar se vio obligado a hacer concesiones, plasmadas en el Manifiesto de Octubre: creación de la Duma (parlamento), reconocimiento de libertades civiles, ampliación del derecho al voto y supresión de impuestos. Sin embargo, estas medidas resultaron insuficientes. La Duma tenía poco poder y el Zar seguía gobernando. La represión continuó y líderes como Lenin se exiliaron.

La Revolución de Febrero de 1917: El Fin del Zarismo

En febrero de 1917, una huelga general en Petrogrado, agravada por la situación de guerra, obligó al Zar a abdicar. Se formó un Gobierno Provisional, liderado por miembros del Partido Kadete, que instauró una república y prometió una constitución y reformas sociales. Sin embargo, la decisión de continuar la guerra y la falta de reformas inmediatas generaron descontento popular.

Paralelamente, los obreros y soldados crearon el Soviet de Petrogrado, instaurando una dualidad de poderes: el poder legal del Gobierno Provisional (burguesía) y el poder real de los soviets (pueblo).

La Revolución de Octubre de 1917: La Toma del Poder Bolchevique

La continuidad de la guerra y la falta de reformas sociales fortalecieron a los bolcheviques. Lenin regresó del exilio y, tras un fallido golpe de estado en julio, preparó la toma del poder. En la noche del 24 de octubre, los bolcheviques, liderados por Lenin y Trotski, ocuparon puntos estratégicos de Petrogrado. El II Congreso de los Soviets, celebrado el 25 de octubre, apoyó la insurrección.

El Primer Gobierno Bolchevique y la Guerra Civil

El primer gobierno obrero y campesino, el Consejo de Comisarios del Pueblo, presidido por Lenin, promulgó una serie de decretos:

  • Decreto sobre la paz: Firma del Tratado de Brest-Litovsk.
  • Decreto sobre la tierra: Legalización de la ocupación y reparto de tierras.
  • Decreto sobre las empresas industriales: Control obrero de las fábricas.
  • Decreto de nacionalidades: Igualdad y soberanía de los pueblos de Rusia.

Temerosos de la expansión del socialismo, las potencias occidentales apoyaron a las fuerzas contrarrevolucionarias (el Ejército Blanco) en la Guerra Civil Rusa (1918-1921). El gobierno bolchevique organizó el Ejército Rojo, liderado por Trotski, que logró la victoria tras tres años de guerra. La guerra civil tuvo un impacto profundo en la Rusia soviética, llevando a la centralización del poder, la represión política a través de la Cheka (policía política) y la instauración de un sistema de partido único (PCUS).

El Comunismo de Guerra y la Nueva Política Económica (NEP)

Para afrontar la guerra civil, el gobierno bolchevique implementó el Comunismo de Guerra (1918-1921), nacionalizando industrias y comercios, requisando productos agrícolas y suprimiendo el mercado libre. Esta política, aunque efectiva para sostener el esfuerzo bélico, provocó descontento popular y revueltas.

En 1921, Lenin implementó la Nueva Política Económica (NEP), una solución transitoria que combinaba elementos socialistas con mecanismos de mercado. Se permitió a los campesinos vender sus excedentes, se devolvió la gestión de pequeñas empresas a particulares y se fomentó la inversión extranjera. La NEP logró reactivar la economía soviética.

La Lucha por el Poder: Stalin vs. Trotski

Tras la muerte de Lenin en 1924, se desató una lucha por el poder entre Stalin y Trotski. Trotski defendía la revolución permanente, buscando extender la revolución a otros países. Stalin, por su parte, abogaba por el socialismo en un solo país, priorizando la construcción del socialismo en la URSS. Stalin se impuso en la lucha por el poder, consolidando su control absoluto sobre el Partido Comunista y el Estado soviético.

Los Planes Quinquenales y la Industrialización Forzada

Stalin implementó los Planes Quinquenales para transformar la URSS en una potencia industrial. El Primer Plan Quinquenal (1928-1932) se centró en la industria pesada y la colectivización forzosa de la agricultura. Se eliminó la propiedad privada de la tierra y se crearon granjas colectivizadas (koljoses). La resistencia campesina fue brutalmente reprimida. El Segundo Plan Quinquenal (1933-1937) continuó la industrialización, mientras que el Tercer Plan Quinquenal (1938-1942), interrumpido por la Segunda Guerra Mundial, se centró en la producción bélica.

El Terror Stalinista y las Purgas

La era estalinista estuvo marcada por el terror y la represión. La NKVD, la policía política, eliminaba a cualquier sospechoso de oposición al régimen. Las Purgas, campañas de represión política, eliminaron a miles de comunistas, incluyendo a antiguos compañeros de Lenin. Se llevaron a cabo juicios falsos, ejecuciones masivas y deportaciones a campos de concentración (gulags). El asesinato de Trotski en México en 1940, ordenado por Stalin, fue un ejemplo del alcance del terror estalinista.

Conclusiones

La Revolución Rusa marcó un hito en la historia del siglo XX. La instauración del primer Estado socialista, bajo el liderazgo de Lenin y posteriormente de Stalin, tuvo un impacto global. La industrialización forzada, aunque convirtió a la URSS en una potencia, se logró a un costo humano enorme. El terror estalinista y la represión política marcaron una época oscura en la historia soviética.