La Revolución Rusa: Del Zarismo al Comunismo

La Rusia de los Zares

1.1. Un imperio inmenso y atrasado

El Zar, investido de poder absoluto por Dios, gobernaba directamente el imperio apoyado en una burocracia fiel, un numeroso ejército y la Iglesia Ortodoxa. La economía era fundamentalmente agraria, con dos clases sociales: los mir (campesinos) y los kulaks (clase de menor poder). Las condiciones de vida de los campesinos eran muy pobres y en algunas zonas aún existía la servidumbre.

Desde finales del siglo XIX, el capitalismo penetró en la parte occidental del imperio, iniciando un proceso de industrialización en ciudades como San Petersburgo, Moscú y los países bálticos, con capital extranjero principalmente francés. Esto provocó la aparición de un importante número de obreros industriales.

1.2. El crecimiento de la oposición

Desde finales del siglo XIX, la oposición al zarismo fue creciendo. El proceso de industrialización difundió ideas liberales y doctrinas obreristas como el anarquismo y el marxismo. En Rusia, tomaron fuerza movimientos populares conocidos como populistas. El anarquismo tuvo un notable arraigo, con intelectuales como Bakunin y Kropotkin.

A finales del siglo XIX también se crearon partidos liberales y burgueses como el Partido Democrático Constitucional y el Social Revolucionario. La influencia del marxismo dio lugar a la fundación en 1898 del Partido Social Demócrata Ruso, liderado por Lenin. A comienzos del siglo XX, el partido se dividió en bolcheviques y mencheviques.

1.3. La revolución de 1905 y los intentos de reforma

Durante el reinado de Nicolás II, la agitación social y política aumentó debido a las malas condiciones de vida y la corrupción en la corte. La derrota militar rusa en la Guerra Ruso-Japonesa agravó la penuria económica.

En enero de 1905, estalló un movimiento revolucionario contra la opresión zarista y las injusticias sociales, con una manifestación en el Palacio de Invierno que dio lugar al llamado Domingo Sangriento. Se convocó una Duma y el ministro Stolypin propuso una reforma agraria.

La revolución de febrero de 1917

2.1 La coyuntura de la 1º G.M

La decisión de Rusia de participar en la guerra precipitó los acontecimientos. Las fábricas se transformaron en industrias de guerra y el reclutamiento de campesinos disminuyó la producción agraria. Los productos escasearon y los precios subieron, extendiendo la escasez y el hambre entre la población.

A ello se sumaron las derrotas militares ante Alemania, con un ejército mal equipado y mal dirigido. El desastre militar y económico provocó una revolución de mayor envergadura que la de 1905.

2.2 La caída del zarismo (febrero de 1917)

El primer episodio revolucionario se desencadenó cuando grupos populares salieron a las calles pidiendo el fin de la guerra. El movimiento comenzó el 23 de febrero con una manifestación en Petrogrado que culminó el 27 en una huelga general. Se formaron grupos de soviets. El zar se negó a abandonar la guerra y, ante la presión del ejército y los partidos, abdicó.

La Duma tomó protagonismo en la crisis y, de acuerdo con el Soviet de Petrogrado, impuso un gobierno provisional presidido por Lvov. El nuevo gobierno prometió reformas políticas y sociales, y convocó una Asamblea Constituyente para decidir el destino de Rusia.

La revolución de octubre de 1917

3.1 Las jornadas revolucionarias

Lenin planeó tomar el poder. Los soviets, dirigidos por los bolcheviques y algunos mencheviques, planificaron la insurrección con el apoyo de la Guardia Roja. El día elegido fue el 25 de octubre.

En la madrugada de ese día, las fuerzas insurrectas se apoderaron de lugares clave y servicios esenciales de la capital. La toma de la Fortaleza de Pedro y Pablo demostró que el ejército no dispararía contra el pueblo, lo que permitió el asalto al Palacio de Invierno. El triunfo en Petrogrado fue decisivo y el gobierno dimitió tras la huida de Kerenski, su presidente.

3.3 La guerra civil y el comunismo de guerra

La revolución había triunfado en muchos lugares del imperio, pero el dominio bolchevique era incierto en gran parte del país. Los partidos del antiguo orden zarista se llamaron rusos blancos en oposición a la Rusia roja. Los rusos blancos eran fuertes en el este del país, mientras que los revolucionarios controlaban el centro de Rusia.

El Ejército Rojo se basaba en la disciplina y los grados militares clásicos. Se inició una guerra civil que costó un elevado número de vidas y sumió en la miseria y el hambre a millones de personas.

La Guerra Civil orientó toda la economía del país hacia un único objetivo: avituallar al ejército para ganar la guerra. Esta fase de la revolución se conoció como comunismo de guerra y supuso la supresión de la propiedad privada y la estatización de la industria para hacer frente a las necesidades del ejército.

3.4 La consolidación del poder bolchevique y la formación de la URSS

El Partido Bolchevique, que a partir de 1921 pasó a denominarse Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), se constituyó en el centro del poder. Su dirección estaba a cargo de un comité llamado Politburó. El partido estaba dirigido por un secretario general que también ejercía el cargo de jefe del Estado.

El órgano supremo del Estado era el Congreso de los Soviets, que ejercía el poder legislativo. El ejecutivo quedaba en manos de un Presidium, dirigido por un presidente que ejercía las funciones de jefe del Estado.

Los bolcheviques transformaron el antiguo imperio de los zares en una república federal y crearon la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

3.5 La NEP, una nueva política económica

La nueva orientación de la revolución en el terreno económico se centró en una Nueva Política Económica (NEP), que significaba la implantación de una economía mixta en la que algunos sectores socializados convivirían con un retorno a la economía de mercado. La NEP cumplió rápidamente sus objetivos económicos.

La nueva política económica también generó un serio debate en el Partido Comunista y reforzó los enfrentamientos internos.