La Restauración Española (1874-1923): Auge y Crisis del Sistema Canovista

La Restauración Española (1874-1923): Un Periodo de Estabilidad y Contradicciones

El 29 de diciembre de 1874, el general Martínez Campos proclamó a Alfonso XII de Borbón como rey de España mediante un pronunciamiento militar en Sagunto, dando inicio al periodo conocido como la Restauración. Esta etapa, que se consolidó durante el reinado de Alfonso XII y la regencia de María Cristina, se caracterizó por una relativa estabilidad social, un marcado conservadurismo y la retirada del ejército de la primera línea política.

Proclamación de Alfonso XII: Factores Clave

Aunque tanto Alfonso XII como Cánovas del Castillo, el principal artífice del sistema, rechazaban los pronunciamientos como método para acceder al poder, el golpe militar fue aceptado debido a la falta de oposición y al entusiasmo popular. Dos factores principales influyeron en esta proclamación:

  • El agotamiento de la población tras la inestabilidad del Sexenio Democrático (1868-1874).
  • La estrategia de Cánovas para moldear la opinión pública a favor de Alfonso XII, presentándolo como garante del orden, especialmente a través del Manifiesto de Sandhurst (1 de diciembre de 1874).

El Sistema Canovista: Características y Bases

Principios Ideológicos de Cánovas

Cánovas del Castillo diseñó un sistema político basado en los siguientes pilares:

  • Obtención del apoyo de los sectores sociales influyentes.
  • Una Constitución permanente y flexible, que incluyera a las dos principales corrientes del liberalismo.
  • Predominio del poder civil sobre el militar, materializado en el turnismo: la alternancia pacífica en el poder de dos partidos políticos.
  • Control de los resultados electorales mediante el fraude electoral.

Bases Sociales del Sistema

El sistema canovista contó con el respaldo de:

  • La burguesía terrateniente, que buscaba estabilidad.
  • La burguesía industrial catalana, interesada en el proteccionismo.
  • Los hombres de negocios cubanos, que necesitaban una mayor protección estatal.
  • El Ejército, cansado de la inestabilidad política.
  • La Iglesia, que rechazaba el anticlericalismo del Sexenio Democrático.

La Constitución de 1876

Promulgada el 30 de junio de 1876, esta Constitución estableció las bases jurídicas del sistema:

  • Soberanía compartida entre el Rey y las Cortes.
  • Monarquía constitucional reforzada, con amplias competencias para el Rey.
  • Separación de poderes, con un Congreso electo y un Senado de designación real.
  • Religión católica oficial, aunque se permitía la libertad de culto en el ámbito privado.
  • Exclusión de los partidos que no respetaran los principios del sistema.

Partidos Políticos y Turnismo

Inspirado en el modelo británico, Cánovas estableció un sistema bipartidista con alternancia pacífica entre:

  • El Partido Conservador, liderado por el propio Cánovas: defendía el sufragio censitario, el proteccionismo, el catolicismo y la limitación de los derechos individuales.
  • El Partido Liberal, liderado por Sagasta: abogaba por el sufragio universal, el librecambio, la libertad religiosa y la ampliación de los derechos individuales.

Fraude Electoral y Caciquismo

El turnismo se basaba en el “encasillado”, un sistema de fraude electoral en el que el gobierno de turno aseguraba su victoria en las elecciones. Este fraude era posible gracias a la figura de los caciques, individuos poderosos que controlaban las circunscripciones rurales mediante favores y coacciones. En caso necesario, se recurría al pucherazo (falsificación de votos y destrucción de urnas).

La Oposición al Sistema de la Restauración

Republicanismo

Tras el fracaso del Sexenio Democrático, el republicanismo se fragmentó en varias corrientes:

  • Posibilistas (liderados por Castelar): buscaban una democracia conservadora.
  • Federalistas: promovían el reformismo social.
  • Progresistas-demócratas (liderados por Zorrilla): defendían la lucha subversiva.
  • Centralistas (liderados por Salmerón): fundaron el Partido Republicano Centralista en 1887.

Carlismo

Tras su derrota en 1876, el carlismo entró en crisis. En 1886, Juan Vázquez de Mella intentó adaptarlo al liberalismo. A finales de siglo, el Partido Carlista promovió insurrecciones en 1899 y 1900, pero posteriormente optó por la vía política y creó la milicia Requeté.

Movimiento Obrero y Socialismo

El movimiento obrero se organizó en sindicatos y promovió huelgas desde mediados del siglo XIX. En 1879, Pablo Iglesias fundó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que defendía la lucha obrera contra la burguesía. En 1888, fundó la Unión General de Trabajadores (UGT), que recurría a las huelgas como último recurso.

Anarquismo

El anarquismo, con fuerte presencia en Cataluña y Andalucía, se dividió en dos tendencias:

  • Pacifistas: promovían la acción sindical (fundación de la CNT en 1910).
  • Violentos: grupos como La Mano Negra fueron acusados de asesinatos y sabotajes.

Nacionalismo y Regionalismo

  • Catalanismo: impulsado por la burguesía y la Renaixença, llevó a la fundación de la Lliga de Catalunya (1887) y la Lliga Regionalista (1901), liderada por Prat de la Riba y Francesc Cambó.
  • Nacionalismo vasco: surgido tras la abolición de los fueros y la industrialización. En 1895, Sabino Arana fundó el Partido Nacionalista Vasco (PNV), con una ideología etnicista, antiliberal y católica.
  • Regionalismo gallego: centrado en el Rexurdimento, con figuras como Rosalía de Castro, tuvo un carácter más cultural que político.

El Final de la Restauración y la Crisis del Sistema

La Restauración llegó a su fin con la llegada al trono de Alfonso XIII en 1902. A pesar de los intentos de regeneración tras el Desastre del 98, los problemas estructurales del sistema (fraude electoral, exclusión de partidos y corrupción) persistieron. La crisis final desembocó en el golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923, marcando el fin de este periodo histórico.

Documentos Históricos de la Época

Discurso de Sagasta en el Congreso de los Diputados (27 de abril de 1898)

Este texto es un discurso de Práxedes Mateo Sagasta, pronunciado en el Congreso de los Diputados el 27 de abril de 1898, en el contexto de la crisis colonial de 1898. Es un documento político y fuente primaria, ya que refleja la postura del gobierno español ante la guerra contra Estados Unidos. Sagasta, líder del Partido Liberal y presidente del Gobierno en ese momento, defiende la dignidad y soberanía de España.

La idea principal del discurso es justificar la entrada de España en la Guerra Hispano-Estadounidense. Sagasta rechaza la intervención de Estados Unidos en Cuba y denuncia la acusación de que España hundió el barco estadounidense Maine, considerándola una mentira utilizada como pretexto para iniciar la guerra. También destaca que, aunque España podría ser vencida, nunca aceptará ser humillada sin luchar, y asegura que el país irá a la guerra con determinación y patriotismo.

El contexto histórico es la última fase del conflicto colonial español. Cuba llevaba años luchando por su independencia, y Estados Unidos intervino en 1898 tras la explosión del Maine en el puerto de La Habana. Esto llevó a la guerra, en la que España fue derrotada y perdió Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam, poniendo fin al imperio colonial español.

Este discurso es importante porque muestra el sentimiento patriótico y de resistencia en España antes de la guerra. Sin embargo, la realidad fue que el país no estaba preparado para enfrentarse a una potencia como Estados Unidos. La derrota marcó el final del colonialismo español y provocó una gran crisis política y social en España.

Discurso de Sagasta en el Congreso de los Diputados (23 de febrero de 1899)

Este texto es un discurso de Práxedes Mateo Sagasta, presidente del Gobierno de España, pronunciado el 23 de febrero de 1899 en el Congreso de los Diputados. Es un documento político y fuente primaria, ya que refleja la postura oficial del gobierno español tras la derrota en la Guerra Hispano-Estadounidense de 1898. En este discurso, Sagasta responde a críticas sobre la gestión de la guerra y la pérdida de Cuba.

La idea principal del texto es defender la actuación del gobierno y el ejército español en la guerra. Sagasta rechaza la idea de haber rendido Cuba sin luchar y explica que España tenía allí un ejército de 300.000 soldados. Asegura que se hizo todo lo posible por resistir, pero que la derrota no significó deshonra, sino el resultado de un conflicto desigual contra una potencia superior como Estados Unidos.

El contexto histórico es el final del imperio colonial español tras la derrota en 1898. La guerra comenzó después de la explosión del barco estadounidense Maine en La Habana, que fue usada como excusa por Estados Unidos para intervenir en el conflicto cubano. España perdió la guerra y, en el Tratado de París (1898), tuvo que ceder Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam a Estados Unidos. La guerra causó un gran impacto en España, provocando una crisis política y social.

Este discurso es importante porque muestra el sentimiento de orgullo nacional y resistencia a pesar de la derrota. Sagasta intenta justificar la actuación del gobierno y rechazar las acusaciones de cobardía o mala gestión. Sin embargo, la realidad es que la guerra demostró la debilidad militar y política de España, marcando el fin de su imperio colonial y el inicio de un periodo de reflexión y cambios en el país.

Manifiesto de Montecristi (25 de marzo de 1895)

Este texto es el Manifiesto de Montecristi, firmado el 25 de marzo de 1895 por José Martí y Máximo Gómez, líderes de la independencia de Cuba. Es un documento político y fuente primaria, ya que expresa la posición de los revolucionarios cubanos en el inicio de la Guerra de Independencia de Cuba (1895-1898) contra España.

La idea principal del texto es justificar la guerra de independencia y afirmar que no es una guerra contra los españoles como pueblo, sino contra el dominio colonial. Martí y Gómez señalan que muchos españoles también sufren la falta de libertad en su propio país. Además, aseguran que la futura República de Cuba acogerá a los españoles que quieran vivir en paz y trabajar honestamente, dándoles derechos y bienestar.

El contexto histórico es el inicio de la última guerra de independencia de Cuba. Cuba llevaba décadas luchando por separarse de España, con conflictos previos como la Guerra de los Diez Años (1868-1878). En 1895, José Martí organizó una nueva insurrección para lograr una Cuba libre. Esta guerra terminó en 1898, cuando Estados Unidos intervino tras la explosión del Maine en La Habana, derrotando a España en la Guerra Hispano-Estadounidense. En el Tratado de París (1898), España perdió Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam.

Este manifiesto es importante porque muestra la visión de los independentistas cubanos: no querían venganza contra los españoles, sino libertad para Cuba y la creación de una República democrática. También refleja el pensamiento de José Martí, quien creía en una Cuba independiente y unida, sin odio ni revanchas. Sin embargo, tras la victoria, Cuba pasó a estar bajo la influencia de Estados Unidos, en lugar de lograr la independencia total que Martí soñaba.

Ultimátum del Congreso de los Estados Unidos a España (20 de abril de 1898)

Este texto es el ultimátum del Congreso de los Estados Unidos a España, fechado el 20 de abril de 1898. Es un documento político y jurídico, porque expresa la decisión oficial del gobierno estadounidense y da órdenes a su presidente. Además, es una fuente primaria, ya que fue escrito en el momento en que ocurrieron los hechos.

La idea principal del texto es justificar la intervención de Estados Unidos en Cuba y exigir que España abandone la isla. Se presentan tres puntos clave:

  1. Se declara que Cuba debe ser libre e independiente.
  2. Se exige a España que retire su gobierno y sus tropas de Cuba.
  3. Se autoriza al presidente de Estados Unidos a usar la fuerza militar para hacer cumplir estas decisiones.

El contexto histórico es la Guerra de Independencia de Cuba (1895-1898), en la que los cubanos luchaban contra el dominio español. En febrero de 1898, el barco estadounidense USS Maine explotó en el puerto de La Habana. Aunque no se probó que España fuera responsable, Estados Unidos usó el incidente como excusa para intervenir. Tras este ultimátum, España rechazó la exigencia, lo que llevó al inicio de la Guerra Hispano-Estadounidense el 25 de abril de 1898.

Este documento es importante porque marcó el fin del dominio español en América. Tras la guerra, España perdió Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam, que pasaron a estar bajo el control de Estados Unidos con el Tratado de París (1898). Aunque Cuba logró la independencia en 1902, quedó bajo fuerte influencia estadounidense, con medidas como la Enmienda Platt, que permitió a Estados Unidos intervenir en la isla cuando quisiera.

Tratado de París (Diciembre de 1898)

Este texto es un fragmento del Tratado de París, firmado en diciembre de 1898. Es un documento político y jurídico, ya que es un tratado oficial entre dos países. Además, es una fuente primaria, porque fue escrito en el mismo momento en que ocurrieron los hechos.

La idea principal del texto es poner fin a la guerra entre España y Estados Unidos y establecer los términos de la rendición española. En él se recogen tres puntos clave:

  1. España renuncia a Cuba, que pasará a estar ocupada por Estados Unidos.
  2. España cede Puerto Rico, Guam y otras islas a Estados Unidos.
  3. España vende Filipinas a Estados Unidos por 20 millones de dólares.

El contexto histórico es la Guerra Hispano-Estadounidense (1898), que comenzó después del hundimiento del USS Maine en La Habana. España fue derrotada y se vio obligada a firmar este tratado, que significó la pérdida de sus últimas colonias en América y Asia.

Este documento es muy importante porque marcó el fin del Imperio español y el comienzo de Estados Unidos como una potencia colonial. Cuba logró su independencia en 1902, pero con gran influencia estadounidense. Puerto Rico y Guam siguen siendo territorios de Estados Unidos hoy en día, y Filipinas estuvo bajo su control hasta 1946.

Joaquín Costa. Oligarquía y caciquismo (1901)

Este texto es un fragmento del libro Oligarquía y caciquismo (1901), escrito por Joaquín Costa, un intelectual y político español de la corriente regeneracionista. Es un documento político y social, ya que expone ideas para mejorar España tras la crisis del siglo XIX. Además, es una fuente primaria, porque fue escrito en el mismo momento en que ocurrieron los hechos.

La idea principal del texto es que España necesita una transformación profunda para modernizarse y ponerse al nivel de Europa. Para ello, Costa propone reformar la educación en todos sus niveles, mejorar la formación de los maestros, aumentar las escuelas y acabar con el analfabetismo. También critica la universidad tradicional y propone reemplazarla por una enseñanza más práctica y moderna.

El contexto histórico es la crisis de 1898, cuando España perdió sus últimas colonias (Cuba, Filipinas y Puerto Rico) tras la guerra con Estados Unidos. Esto provocó una gran crisis política, económica y social, y muchos intelectuales, como Costa, pidieron reformas para modernizar el país.

Este documento es muy importante porque refleja las ideas del Regeneracionismo, un movimiento que buscaba sacar a España del atraso con reformas en la educación, la economía y la política. Aunque algunas ideas de Costa no se aplicaron en su tiempo, influyeron en futuras reformas educativas en España.

Tabla de Muertos en la Guerra de Cuba

Este documento es una fuente histórica secundaria, ya que es un análisis de datos recopilados por un historiador sobre la crisis colonial de 1898. Su contenido es estadístico, pues muestra el número de militares españoles muertos en Cuba y Filipinas entre 1895 y 1898, diferenciando las causas de su fallecimiento.

La idea principal del documento es evidenciar las grandes pérdidas humanas que sufrió España en la guerra. No solo murieron soldados en combate, sino que la mayoría falleció por enfermedades, como la fiebre amarilla y otras dolencias.

El contexto histórico es la Guerra de Independencia de Cuba y la Guerra Hispano-Estadounidense. España luchó contra los independentistas cubanos desde 1895 y, en 1898, contra Estados Unidos, lo que llevó a la pérdida de Cuba, Filipinas y Puerto Rico.

Este documento es importante porque muestra que las enfermedades causaron más muertes que las batallas, lo que refleja las malas condiciones sanitarias del ejército español. También demuestra el alto costo humano de la guerra y ayuda a entender por qué España perdió sus colonias.