La Restauración en España: Del Sistema Canovista a la Crisis del 98
I. Introducción
A finales de 1874, el pronunciamiento militar del general Martínez Campos proclamó rey de España a Alfonso XII, hijo de Isabel II. Este acontecimiento marcó el inicio de la Restauración, un periodo caracterizado por el regreso de la monarquía borbónica y la búsqueda de estabilidad política. Entre los aspectos más destacados de esta etapa se encuentran:
- La estabilidad política basada en el turno de partidos.
- La industrialización de Cataluña y el País Vasco.
- La aparición de nacionalismos periféricos en Cataluña, País Vasco y Galicia.
- La crisis de 1898 por la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
II. El Sistema Canovista. La Constitución de 1876 y el Turno de Partidos
1. El Sistema Político Canovista
El Retorno de la Monarquía
Antonio Cánovas del Castillo, figura clave de la Restauración, consideraba el periodo de 1868-1874 como caótico y veía en la vuelta de la dinastía borbónica la única solución. Para lograr la instauración de la monarquía, Cánovas contemplaba dos posibilidades: la vía violenta o la vía del consenso y la opinión pública.
- El Golpe Militar: Cambiar de gobierno o de régimen mediante la fuerza militar no era común durante el siglo XIX. El proceso contó con el apoyo del grupo cubano, integrado por generales que habían participado en la guerra de Cuba, y por hombres de negocios descontentos con la supresión de la esclavitud durante la Primera República.
- El Movimiento Civil de Opinión: Cánovas proponía poner fin a los golpes de estado y lograr que Alfonso XII fuera rey por aclamación popular. Para ello, inició una intensa actividad propagandística, como la publicación del Manifiesto de Sandhurst. Sin embargo, Cánovas se equivocó y el regreso se produjo por el pronunciamiento militar del general Martínez Campos en Sagunto el 29 de diciembre de 1874.
Cánovas del Castillo, Clave de la Restauración
Cánovas, de ideología conservadora, creía firmemente en España como nación. Su doctrina política se sustentaba en cuatro pilares que, según él, eran claves para la estabilidad del país: el Rey, las Cortes, la Constitución y el Turno de Partidos.
2. La Constitución de 1876
Con Alfonso XII en el trono y tras la celebración de elecciones, las Cortes se dispusieron a elaborar una nueva Constitución. Redactada con gran ambigüedad para asegurar su durabilidad, la Constitución de 1876 se caracterizaba por:
- La soberanía compartida entre el rey y la nación.
- La facultad del rey para nombrar al jefe de gobierno y a la mitad de los senadores.
- El sufragio universal masculino restringido.
- La confesionalidad católica del Estado con libertad de cultos.
- La libertad de los ciudadanos, aunque con ciertas limitaciones que otorgaban a las autoridades la posibilidad de suspender cualquier derecho.
La Constitución de 1876 respondía a un pensamiento político conservador, aunque no establecía la censura de prensa.
3. La Alternancia de Partidos
Cánovas del Castillo, con el objetivo de asegurar la estabilidad, impulsó un sistema bipartidista basado en la alternancia en el poder de dos grandes partidos: el Conservador y el Liberal. Para ello, colaboró con Práxedes Mateo Sagasta, líder del Partido Liberal, con el fin de aglutinar a las diferentes fuerzas políticas opuestas al conservadurismo. Este mecanismo se puso a prueba tras la muerte prematura del rey Alfonso XII en 1885. La Regencia de María Cristina de Habsburgo, viuda del monarca y embarazada de quien sería Alfonso XIII, requería de la continuidad del sistema. Para asegurarla, Cánovas y Sagasta firmaron el Pacto de El Pardo en 1885, que garantizaba la continuidad del Turno pacífico.
A pesar del bipartidismo imperante, existían otras fuerzas políticas al margen de los dos grandes partidos:
- A la derecha: carlistas y el Partido Integrista de Ramón Nocedal.
- A la izquierda: republicanos, socialistas y anarquistas.
El Fraude Electoral
La alternancia de partidos, en la práctica, solo funcionaba en Madrid. Para asegurar el buen funcionamiento del sistema gobierno-oposición, se hizo necesario un acuerdo entre conservadores y liberales para pactar los resultados electorales. Este acuerdo se traducía en el”encasillad”, la distribución previa de los escaños. Para conseguir los resultados deseados, se recurría al fraude electoral, conocido popularmente como”pucheraz”, que consistía en la manipulación de votos y el cambio de urnas. El caciquismo, basado en la influencia de los líderes locales, facilitaba este tipo de prácticas. Las altas tasas de analfabetismo también contribuían a perpetuar el fraude.
III. Oposición al Sistema. Regionalismo y Nacionalismo
1. Los Republicanos
Los republicanos fueron la principal fuerza de oposición a la monarquía durante el último cuarto del siglo XIX. Su proyecto político se basaba en:
- La superioridad de la república sobre la monarquía como forma de Estado, considerándola más democrática.
- La separación Iglesia-Estado.
- El sufragio universal.
- La preocupación por la cuestión social.
La división interna de los republicanos, divididos en diferentes grupos como los federales, progresistas, centralistas y posibilistas (estos últimos llegarían a colaborar con Sagasta), dificultó su acceso al poder.
2. Regionalismo y Nacionalismo
En las regiones periféricas de España surgieron movimientos políticos y culturales que, en sus inicios, se denominaron regionalistas y, más tarde, nacionalistas. Estos movimientos, presentes en Cataluña, País Vasco y Galicia, nacieron como un fenómeno cultural que reivindicaba las lenguas y culturas propias de cada región. En Cataluña, este movimiento se conoció como la”Renaixenç”, mientras que en Galicia se denominó”Rexurdiment”. Estas corrientes encontraron apoyo en las burguesías regionales, que veían en la autonomía una forma de defender sus intereses económicos y políticos frente al centralismo de Madrid. El nacionalismo, con raíces en el siglo XIX, se convertiría en un fenómeno político de gran importancia en el siglo XX.
Nacionalismo Catalán
El principal ideólogo del nacionalismo catalán fue Valentí Almirall, fundador del Centre Català. Sus reivindicaciones, en un principio, se centraban en aspectos económicos y culturales. Las aspiraciones políticas del catalanismo se plasmaron en el Memorial de Greuges (1885) y en las Bases de Manresa (1892). Este último documento, elaborado por la Lliga de Catalunya, diseñaba un proyecto político basado en el autogobierno de Cataluña, con la recuperación de las instituciones propias como las Cortes Catalanas y la oficialidad del catalán.
Nacionalismo Vasco
El nacionalismo vasco, impulsado por Sabino Arana, fundador del Partido Nacionalista Vasco (PNV), se caracterizó por un discurso más radical. Arana defendía la recuperación de los fueros vascos y la independencia del País Vasco respecto a España.
Nacionalismo Gallego
El nacionalismo gallego, liderado por autores literarios como Rosalía de Castro o Manuel Curros Enríquez, tuvo un carácter principalmente cultural en sus inicios. Su objetivo principal era la defensa de la lengua y la cultura gallegas.
3. El Movimiento Obrero
El crecimiento industrial de finales del siglo XIX trajo consigo el desarrollo del movimiento obrero en España. Aunque Cánovas del Castillo había alertado sobre los peligros del socialismo, los gobiernos de la Restauración se vieron obligados a prestar atención a las demandas de los trabajadores. En 1883, bajo el gobierno de Sagasta, se creó la Comisión de Reformas Sociales para estudiar las condiciones de vida de la clase obrera. Las denuncias sobre las duras condiciones laborales, la explotación infantil y la falta de derechos de los trabajadores contribuyeron a la difusión de los movimientos reivindicativos. Los dos principales movimientos obreros fueron:
- Anarquismo: Tuvo especial arraigo en el campo andaluz, Cataluña y Levante. Defendía la supresión del Estado y la propiedad privada.
- Socialismo: Impulsado por Pablo Iglesias, fundador del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), tuvo mayor presencia entre los obreros industriales. Defendía la conquista del poder político por la clase obrera para lograr una sociedad más justa e igualitaria.
IV. Guerra Colonial y Crisis de 1898
1. El Problema de Cuba
España se sentia ligada a cuba, Jose marti y Antonio maceo reclamaban la separacion de la metropoli. En 1868 con el grito de Yara se inicia la 1º guerra cubana que durara 10 años hasta la Paz de zanjan. En 1895 estalla de nuevo el conflicto y aparecieron tres posiciones en las fuerzas politicas españolas los unianistas, autononista, independentista. 2. LA GUERRA HISPANO NORTEAMERICANA. Tras la autonomia cubana se produciran distrubios en la Habana promovidos por oficiales españoles unionistas opuestos a la autonomia. EEUU envio un acorazado, El Maine, al puerto de La habana poco despues sufrio una explosion y se hundio. Esto dio lugar a la declaracion de guerra de EEUU a españa. Este enfrentamiento tuvo dos escenarios: El archipielago filipino y el caribe donde la flota española fue derrotada y destruida. Con la mediacion francesa se llegara al PROTOCOLO DE WHASINGTON que acordaba un anmisticio donde España aceptaba la evacuacion de Cuba y Puerto Rico. 3. LA PAZ DE PARIS España se vio obligada aceptarlo y supuso el principio de la expansion oceanica de EEUU que implantara una soberania en Cuba enmascarada. EEUU concedio a España una compensacion de 20m. 4. EL 48 Y SUS REPERCUSIONES: Desde 1833 España experimento un proceso de modernizacion. Aunque las tasas de mortalidad y analfabetismo eran sintomas de atraso de la sociedad, lo que provoco la queja de los regeneracionistas. Las reprecusiones de la guerra de Cuba fueron que el gobierno no solucionaba los problemas sociales. La generacion del 98 y regeneracionistas denunciaban la situacion. Hubo una polemica sobre responsabilidad de la derrota. // era necesario reformar y relanzar la educacion para transformar el pais que presentaba los mismo problemas que a comienzos de siglo.