La Restauración en España: Crisis y Transformación (1874-1923)

La Caída del Imperio Colonial y la Crisis del 98

El régimen de la Restauración se vio muy afectado por la cuestión cubana. Tras la Paz de Zanjón (1878), siguieron brotes de conflictividad como la Guerra Chiquita de 1879 y las insurrecciones en 1883 y 1885. La falta de un proceso descentralizador que dotara a la isla de órganos representativos y la política proteccionista que no permitía el desarrollo de la economía cubana favorecieron el resurgimiento de nuevas revueltas.

La burguesía, los comerciantes y los hacendados se negaban a admitir ningún tipo de autonomía. El comercio con Cuba era prácticamente un monopolio que proporcionaba a España un saldo positivo y evitaba el desarrollo industrial. Toda propuesta de dotar a Cuba de autonomía era rechazada por las Cortes. La única medida que se aprobó fue la abolición de la esclavitud en 1886.

Las tensiones entre metrópolis y colonia aumentaron a raíz de la oposición cubana a los fuertes aranceles proteccionistas que imponía España. Cuba obtenía gran parte de sus intereses de EE. UU., que había realizado grandes inversiones en la isla. En 1892, EE. UU. consiguió un arancel favorable.

Antonio Maura, cuando llega al Ministerio de Ultramar, se da cuenta inmediatamente de la gravedad de la situación y propone la concesión de un autogobierno para la isla en 1892, pero su proyecto fracasa por las presiones de los grupos oligárquicos, como la burguesía catalana.

Ese mismo año, José Martí funda el Partido Revolucionario Cubano. La guerra estalla en febrero, iniciada por José Martí junto a Máximo Gómez y Antonio Maceo. A la muerte de Martí, le sucede Maceo. El gobierno de Cánovas envía un ejército a Cuba mandado por el general Martínez Campos, que era el más adecuado para combinar la acción militar con un posible acuerdo que pusiera fin a la contienda.

La falta de éxito militar trae la renuncia de Martínez Campos, que es sustituido por Weyler, quien utiliza una inteligente estrategia para hacer frente a la guerra de guerrillas de Maceo. Consistía en compartimentar el territorio en trochas o líneas fortificadas que impedían el paso de los insurgentes y, por tanto, su eliminación. Con la muerte de Maceo, la guerra estaba prácticamente ganada, pero se produjo la intervención americana. Coincidiendo con el conflicto cubano, también se produce una revuelta en 1896 en Filipinas, que va a ser sofocada por el general Polavieja. En Filipinas, la presencia española era testimonial y se limitaba a la explotación de algunos recursos y a la presencia de algunas órdenes religiosas.

El Republicanismo y el Movimiento Obrero

La oposición al sistema político de la Restauración se llevó a cabo por los partidos no dinásticos o de oposición, compuestos por un heterogéneo grupo de formaciones. Los carlistas se encontraban a la derecha del sistema y, tras la derrota de 1876, se dividieron en dos grupos. Los republicanos se encontraban a la izquierda del sistema y estaban también muy desunidos. Castelar lideraba el grupo de los posibilistas, que colaboraron con el partido de Sagasta dentro del régimen.

El republicanismo federal de Pi y Margall se transformará, a finales de siglo, en los movimientos nacionalistas de Almirall en Cataluña, Arana en el País Vasco y Brañas en Galicia.

En cuanto al movimiento obrero, durante los primeros años de la Restauración, bajo el gobierno de Cánovas, los conservadores practicaron una política de represión frente a las organizaciones obreras y terminaron con la única organización obrera de importancia, la FRE.

La represión y la clandestinidad produjeron una radicalización revolucionaria.

En los años 80, durante los gobiernos de Sagasta, se adoptaron medidas liberalizadoras que consolidaron las organizaciones obreras, legalizadas por la Ley de Asociaciones de 1887.

Los anarquistas catalanes y los campesinos andaluces se unieron en la FRTE en 1881 para defender por medios legales al proletariado, lo que dio lugar a la Mano Negra.

Los socialistas, bajo la dirección de Pablo Iglesias, fundaron el PSOE en 1879, que fue ganando adeptos en las grandes ciudades y en los núcleos industriales.

Regionalismo y Nacionalismo

A la oposición del sistema se sumaron los regionalismos y los nacionalismos, cuyos objetivos eran, en algunos casos, moderados, como la creación de instituciones propias o la consecución de la autonomía administrativa; en otros, más radicales, es decir, la independencia de sus territorios. Destacaron el nacionalismo catalán y vasco, y en menor medida el gallego y el valenciano.

El nacionalismo catalán surgió durante el Sexenio, representado por el federalismo de Pi y Margall. Durante la Restauración, Almirall fundó el Centre Català (1882) para aglutinar a todos los nacionalistas.

La crisis de los años 90 facilitó la difusión de ideas catalanistas, gracias al Modernismo, que sustituye a la Renaixença, y a la pérdida de las colonias, que afectó al comercio y a la industria textil catalana.

El nacionalismo vasco evolucionó rápidamente a pesar de su formación más tardía. Se inició con los hermanos Sabino y Luis Arana, quienes fundaron en 1895 el PNV, que se estructuró en torno a la afirmación de la raza vasca. Este territorio comprenderá las tres provincias vascongadas y Navarra.

El Reinado de Alfonso XIII

Puso de manifiesto que el régimen de la Restauración era incapaz de adaptarse al siglo XX. Pese al inicial impulso reformador y regeneracionista encarnado por Antonio Maura, la monarquía fue incapaz de superar los retos que tuvo que afrontar.

Se sucedieron numerosas crisis, que fueron desgastando a los distintos gobiernos hasta que un general, Miguel Primo de Rivera, estableció un régimen dictatorial.

El Regeneracionismo

El impacto del 98 en la opinión pública hizo aflorar el descontento que este régimen de la Restauración había provocado en la mayor parte de la clase media.

Se produjo un movimiento intelectual y social crítico con el sistema que se conoce como regeneracionismo. Censuró el sistema político y el falseamiento de la democracia, y propuso una serie de reformas económicas y educativas.

Los políticos de la izquierda liberal también adoptaron el espíritu regeneracionista.

En junio de 1909, Maura ordenó que los soldados reservistas catalanes se agruparan en el puerto de Barcelona para defender Melilla de los ataques marroquíes. Contó con la oposición de los sindicatos y de los partidos catalanes, que se oponían a la guerra.

En 1910, la Ley del Candado lo enfrentó con el Vaticano y parte del clero.

El rey llamó al conde de Romanones para formar gobierno y se produjo la división en el Partido Liberal, lo que llevó a Maura a presentar su dimisión en octubre de 1913.

La Descomposición del Sistema

En octubre de 1913, el rey llamó a Dato para formar un nuevo gobierno, lo que provocó la separación de Maura y sus seguidores del Partido Conservador.

Los partidos antimonárquicos acentuaron su anticlericalismo y los ataques contra el orden establecido.

Durante el segundo gobierno de Dato, la crisis surgió en el seno del ejército con la creación, por parte de los oficiales de infantería, de las llamadas Juntas de Defensa en 1916. Fueron concebidas para defender sus intereses económicos y profesionales, y querían evitar agravios comparativos con otras armas y, en especial, con los “africanistas”. Las Juntas fueron prohibidas hasta junio de 1917, fecha en la que el nuevo gobierno de Dato, ante el temor a un golpe de Estado, las legalizó. Eso hizo aumentar el poder del ejército.

La Crisis de 1917

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Se denomina como crisis de 1917, a la profunda crisis en todos los órdenes que vivió nuestro país debido a la confluencia de diversos factores como la división de los partidos, la falta de solución a los problemas sociales, los intentos de revolución de los partidos obreros y el problema regional. Todo esto dará como resultado una crisis política, económica y militar. E van a suceder tres grandes crisis:
La crisis Social, los problemas sociales se agudizan por el alza de los precios que tuvo lugar a consecuencia de la guerra. Las centrales sindicales UGT y CNT, convocan una huelga general respaldada por los amplios sectores republicanos.
Crisis del ejército, los que estaban en la península ascendendían con mayor dificultad que los destinados al norte de África.
Crisis política en 1917 el movimiento político regionalista y los partidos de la izquiera no dinástica exigieron una reforma de la constitución.
Ante la grave crisis, será necesario formar gobiernos de concentración nacional. Entre Marzo y Noviembre de 1918 se forma el gobierno de concentración de Garcia con liberales y catalanistas.maura forma el primer gobierno de conecntracio con ministros de todas las tendencias.A las crisis anteriores hay que añadir el desastre de annual de 1921