La Restauración Borbónica y el Sistema Canovista (1874-1902)
La Restauración Borbónica en España, liderada por Antonio Cánovas del Castillo, supuso el restablecimiento de la monarquía en la figura de Alfonso XII y la implementación de un régimen liberal-conservador no democrático. El objetivo principal era restaurar la dinastía borbónica y crear un marco político estable y duradero. Cánovas buscaba renovar el programa de los moderados, adaptándolo a las nuevas circunstancias.
Propuestas Clave de Cánovas
- Sucesión Real: Alfonso XII debía reemplazar a la impopular Isabel II. Cánovas logró que la reina abdicara en favor de su hijo en 1870, convirtiéndose él mismo en tutor del príncipe.
- Fin de la Intervención Militar: Terminar con las continuas intervenciones del Ejército en la política.
- Sistema Bipartidista: Crear un sistema bipartidista con dos partidos burgueses que se turnaran en el poder:
- Partido Conservador: Sustituto del agotado partido moderado.
- Partido Liberal: Liderado por Práxedes Mateo Sagasta, heredero de los ideales de 1869, adaptados al sistema canovista.
- Apoyo Internacional: Inicialmente, el principal apoyo internacional para la Restauración provino de Francia, aunque también contó con el respaldo de las clases dominantes españolas.
El Retorno de la Dinastía Borbónica
Tras el golpe de Estado del general Pavía (3 de enero de 1874), el general Serrano asumió el gobierno, concentrando sus esfuerzos en finalizar la guerra carlista. En otoño de 1874, Cánovas decidió acelerar el proceso para proclamar rey a Alfonso. El príncipe fue trasladado de la academia militar de Viena a la británica de Sandhurst. El 1 de diciembre, Alfonso XII, al cumplir 17 años, emitió un manifiesto a la nación, redactado por Cánovas, que incluía:
- Definición del principio monárquico basado en la legitimidad histórica, no en una asamblea política.
- Defensa de una monarquía constitucional.
- Proclamación de un sentimiento patriótico, católico y liberal.
Aunque Cánovas no era partidario de nuevos pronunciamientos militares, a finales de 1874, el general Martínez Campos proclamó en Sagunto a Alfonso XII como rey de España. Este evento marcó el inicio formal de la Restauración, con el objetivo de restablecer el régimen liberal moderado anterior a 1868.
Inicios del Sistema Canovista
El sistema de la Restauración se consolidó bajo un Ministerio-Regencia presidido por Cánovas, que se caracterizó por:
- Preparar la llegada del rey Alfonso XII a España (entró en Madrid el 14 de enero de 1875).
- Revisar la política del Sexenio Democrático para obtener el apoyo de la Iglesia: restablecimiento del matrimonio canónico, limitación de la libertad de imprenta y prohibición de doctrinas contrarias al dogma católico y al régimen monárquico en la universidad.
- Reincorporar a los mandos militares eliminados durante el Sexenio Democrático, reforzando el papel del Ejército.
- Imponer un fuerte centralismo desde Madrid, incluyendo la abolición de los Fueros de las provincias Vascas (ley de julio de 1876).
- Finalizar la tercera guerra carlista (febrero de 1876) y la guerra de Cuba, con la Paz de Zanjón en 1878.
- Constitucionalizar el nuevo régimen, siguiendo las directrices del Manifiesto de Sandhurst, lo que resultó en la Constitución de 1876.
La Constitución de 1876
La Constitución de 1876, vigente hasta 1923, fue la más duradera de la historia de España. Cánovas del Castillo promovió su creación con la idea de una “constitución interna” que reconocía instituciones fundamentales (Monarquía y Cortes) preexistentes a cualquier texto escrito. La Constitución, aprobada el 30 de junio de 1876, establecía:
- Soberanía compartida entre el Rey y las Cortes, negando la soberanía nacional.
- Proclamación de una Monarquía constitucional con un rey inviolable.
- División de poderes:
- Legislativo: Compartido entre el Rey y las Cortes, con derecho de veto absoluto del monarca.
- Cortes bicamerales: Congreso de los Diputados (elegido, sin especificar el tipo de sufragio) y Senado (senadores por derecho propio, vitalicios y elegidos por sufragio censitario).
- Ejecutivo: En manos del monarca, quien nombraba a los ministros y controlaba el Ejército.
- Judicial: Un único código para todos, teóricamente independiente.
El 25 de diciembre de 1878 se promulgó una nueva Ley electoral que redujo el censo electoral al 5% de la población. Durante la Regencia de María Cristina, el gobierno de Sagasta permitió el restablecimiento del sufragio universal masculino (Ley de 26 de junio de 1890) para los hombres mayores de 25 años y en pleno uso de sus derechos civiles.
El Turno de Partidos
La estabilidad política de la Restauración se basaba en la alternancia pacífica en el poder entre los dos partidos principales: conservadores y liberales. Este sistema bipartidista excluía a otras fuerzas políticas. Ambos partidos defendían la monarquía, la Constitución y el Estado liberal, representando a las élites y clases acomodadas. Los conservadores tenían mayor apoyo entre los terratenientes, mientras que los liberales se basaban más en profesionales.
- Partido Conservador: Liderado por Antonio Cánovas del Castillo, aglutinaba a los sectores más conservadores y tradicionales, excluyendo a carlistas e integristas radicales.
- Partido Liberal: Dirigido por Práxedes Mateo Sagasta, reunía a antiguos progresistas, unionistas y exrepublicanos moderados.
Caciquismo y Fraude Electoral
La alternancia en el gobierno se lograba mediante un sistema electoral corrupto y manipulador, basado en el caciquismo y el fraude. El Ministro de la Gobernación elaboraba el “encasillado”, una lista de candidatos predeterminados para cada distrito. Los gobernadores y alcaldes, apoyados por los caciques locales, controlaban el voto a través de favores y presiones, aprovechando la dependencia de la población rural y el analfabetismo. El cacique negociaba con los gobernadores para asegurar votos a cambio de favores. Este sistema, conocido como “pucherazo”, incluía prácticas como la falsificación de censos, la compra de votos y la coerción.
Evolución Política: Reinado de Alfonso XII (1874-1885) y Regencia de María Cristina (1885-1902)
Durante el reinado de Alfonso XII (1874-1885), España experimentó una notable estabilidad política, que permitió resolver la III Guerra Carlista y la Guerra de Cuba. La guerra carlista terminó en 1876 con la derrota carlista y la emigración de Carlos VII. Se reformó el régimen foral. La Guerra de Cuba finalizó temporalmente con la Paz de Zanjón en 1878, aunque el conflicto resurgiría en 1895. El Partido Conservador gobernó durante los primeros años, seguido por el Partido Liberal de Sagasta entre 1881 y 1884.
Regencia de María Cristina (1885-1902): Tras la muerte de Alfonso XII en 1885, la reina María Cristina asumió la regencia hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII en 1902. El Pacto del Pardo, firmado entre Cánovas y Sagasta, aseguró la estabilidad política mediante el turno pacífico. Bajo el gobierno de Sagasta (1885-1890), se implementaron reformas liberales significativas, como la Ley de Asociaciones (1887), que legalizó las organizaciones obreras; la Ley del Jurado (1888), que permitió los jurados populares; y el sufragio universal masculino (1890).