La Restauración borbónica en España: un análisis del sistema político

La Restauración borbónica en España

Introducción

La Restauración de la dinastía borbónica en España marcó el fin de la I República con la proclamación de Alfonso XII como rey tras el pronunciamiento militar del general Martínez Campos en diciembre de 1874. Este período se extendió por más de cincuenta años, desde 1874 hasta la proclamación de la II República en 1931, abarcando los reinados de Alfonso XII y Alfonso XIII, con la regencia de María Cristina de Habsburgo. Se inició una etapa de estabilidad basada en la monarquía, cuyo artífice fue Antonio Cánovas del Castillo. Él organizó un sistema monárquico liberal, aunque no democrático, que se apoyaba en las élites sociales y defendía valores conservadores, tal como lo expresaba el rey en el Manifiesto de Sandhurst. Para afrontar los desafíos de la época, se creó un sistema político que buscaba el consenso entre los sectores burgueses.

Desarrollo

1. El sistema político de la Restauración

El sistema ideado por Cánovas del Castillo buscaba la estabilidad y el orden. Esta estabilidad se lograría a través de tres pilares:

A) El bipartidismo

Los partidos políticos leales a la corona, conocidos como “dinásticos”, eran dos: el Partido Conservador y el Partido Liberal.

  • Partido Conservador: Liderado por Antonio Cánovas del Castillo, representaba a los sectores más conservadores, como la burguesía latifundista y financiera, la nobleza y el clero.
  • Partido Liberal (o Liberal Fusionista): Liderado por Práxedes Mateo Sagasta, agrupaba a antiguos unionistas, progresistas, demócratas y algunos republicanos moderados. Se identificaba con la pequeña burguesía industrial y comercial, profesionales liberales y funcionarios.

Ambos partidos se nutrían principalmente de las élites económicas y la clase media acomodada, con diferencias ideológicas mínimas.

B) El turno pacífico en el poder

El sistema de Cánovas se basaba en la alternancia pacífica de los dos partidos dinásticos en el poder. Cuando el partido gobernante perdía apoyo, el rey encargaba la formación de gobierno al partido de la oposición. Se convocaban elecciones para obtener una mayoría parlamentaria que permitiera gobernar con estabilidad. El fraude electoral garantizaba la victoria del partido que convocaba las elecciones.

El fraude electoral, conocido como “pucherazo”, era una práctica común de ambos partidos, incluso tras la introducción del sufragio universal en 1890. Solo en los grandes núcleos urbanos era más difícil el control caciquil del voto.

C) Una Constitución flexible

La Constitución de 1876, de carácter moderado e inspirada en las Constituciones de 1845 y 1869, fue diseñada para ser adaptable a los programas de ambos partidos. Su flexibilidad la convirtió en la Constitución más duradera hasta ese momento en la historia de España. Establecía los siguientes principios:

  • Soberanía compartida entre las Cortes y la Corona.
  • Amplias prerrogativas a la Corona: derecho a veto, capacidad legislativa con las Cortes y nombramiento de ministros.
  • Confesionalidad católica del Estado.
  • Declaración de derechos, pero su aplicación quedaba sujeta a leyes posteriores que restringieron su ejercicio, especialmente en materia de imprenta, expresión, reunión y asociación.
  • Ausencia de definición sobre el sistema electoral y el tipo de sufragio.

2. Evolución política del período

A) El reinado de Alfonso XII (1875-1885)

Esta etapa fue la de consolidación del sistema canovista. Hasta 1881 gobernaron los conservadores, ya que el Partido Liberal tardó más en formarse. Los conservadores desarrollaron la Constitución y pacificaron el país. En 1876 terminó la tercera guerra carlista, iniciada en 1872, que supuso la abolición de los fueros vascos. El fin de la guerra permitió enviar tropas a Cuba, donde se puso fin al conflicto con la Paz de Zanjón. Entre 1881 y 1883 gobernó el Partido Liberal de Sagasta, iniciándose el turnismo. Los liberales restablecieron derechos como la libertad de cátedra, expresión, reunión y asociación, y crearon una Comisión de Reformas Sociales que comenzó a abordar las condiciones de vida de los trabajadores.

B) La regencia de María Cristina (1885-1902)

Tras la muerte de Alfonso XII, su segunda esposa, María Cristina de Habsburgo, asumió la regencia con el apoyo de los partidos dinásticos. Los liberales gobernaron de forma más continua entre 1885 y 1890. Se aprobó la Ley de Asociaciones, que permitía la legalización de organizaciones obreras, y se instauró el sufragio universal en 1890. Se enfrentaron a la agitación social, especialmente la anarquista, con la Ley antiterrorista de 1894.